Ventas récord registra el sector relojero
En 2004, logró exportaciones por 11.100 millones de francos suizos gracias al dinamismo de los mercados de Estados Unidos y Asia.
Los vecinos habituales de Francia, Alemania y Reino Unido adquieren cada vez menos piezas de precisión suizas; en contrapartida, China y Rusia sorprenden.
El sector relojero es el tercer pilar de la industria suiza, apenas detrás de la maquinaría y de los gigantes químicos-farmacéuticos.
Responsable de emplear a más de 44.500 personas cada día, tiene que arreglárselas para que las ventas avancen siempre “con toda puntualidad”.
Y en un periodo en el que las economías de Suiza y la Unión Europea viven un periodo de ajuste y estancamiento, en algunos casos, era necesario buscar nuevas estrategias como fijar la mirada en Asia y Norteamérica, cuyo crecimiento es dos y hasta tres veces más veloz.
El saldo fue positivo: el sector relojero suizo realizó exportaciones por 11.100 millones de francos suizos durante el 2004, monto histórico y 9,2% superior al del 2003.
Al respecto, el presidente de la Federación de la Industria Relojera Suiza (FIRS), Jean Daniel Pasche, explica que “el impulso general de la venta de relojes se debió a una situación geopolítica mundial más estable –con respecto al 2003- y, sobre todo, a una recuperación económica de Estados Unidos que aprovechamos, a la par de la incursión en nuevos mercados asiáticos”.
¿Qué se exporta?
El 2004 fue un año de relojes terminados. Para dejar claro esto, hay que decir antes que la industria relojera nacional realiza dos tipos de ventas al extranjero:
Relojes listos para ser utilizados.
Piezas. Componentes, especialmente de acero, que se utilizarán para ensamblar relojes en otros países.
La venta de productos terminados sumó 10.200 millones de francos suizos en el 2004, aproximadamente 10% más que en el año previo.
Y aunque la venta de piezas es mucho menor, proporcionalmente hablando, había crecido de forma importante durante el periodo 2000-2003, tendencia que perdió dinamismo en el 2004.
La Federación lo explica de la siguiente manera: “Siguieron vendiéndose pulseras y brazaletes de reloj, manecillas y cajas para instalar la maquinaria; pero se compraron menos alarmas y despertadores”.
Los ojos puestos en Asia
Suiza concentra su exportación relojera en 15 mercados.
Los tres más rentables son Estados Unidos, Hong Kong y Japón, en ese orden, pues conjuntamente importan relojes suizos por más de 4.500 millones de francos suizos, esto es, alrededor del 40% de lo que se vende en el extranjero.
Luego siguen los vecinos europeos, Italia, Francia, Alemania y Reino Unido, que siempre han sido compradores fieles de los productos suizos.
Sin embargo, el bajo crecimiento de sus economías se ve reflejado en los bolsillos de su población.
Italia, paraíso de la moda y el buen vestir, importó relojes suizos por 777 millones de francos suizos, 5,7% más que en el 2003… pero fue el único.
El consumo francés fue de 611 millones de francos, idéntico al del 2003; y en los casos de Alemania y Reino Unido hubo retrocesos de 0,6 y 4,8%, respectivamente.
Al respecto, Pasche asegura que el verdadero potencial futuro en el Este, es decir, países como Polonia y Hungría o aún más lejanos, como Rusia.
China merece un capítulo aparte dentro del comportamiento de las ventas relojeras, pues su economía se ha revelado ya como la de un gigante listo para devorar y ser devorado.
El repunte del poder adquisitivo de su población la está convirtiendo en consumidora de productos de lujo.
Concretamente, aunque los chinos importaron relojes helvéticos por sólo 279 millones de francos suizos, sus adquisiciones crecieron 41% con respecto al 2003, un lujo que poquísimos países pueden darse en este momento.
El 2005 y el sector
Jean Daniel Pasche auguró hace apenas una semana (26.01) que la relojería suiza mantendrá un ritmo de crecimiento excepcional –con respecto al resto de la economía- también durante el 2005, cuando podría crecer hasta 7%.
Por lo tanto, la perspectiva para esta industria, surgida desde el siglo XVII en Ginebra, es favorable.
Los tiempos de los legendarios Frédéric Ingold o Georges Léchot quedaron lejos, pero la precisión de sus productos es la que sigue ganándole compradores en el mundo.
Actualmente, la industria relojera produce 26 millones de relojes anuales, que cuestan 380 francos suizos en promedio.
De hecho, 95% de su producción se exporta, sólo 5% es adquirida por consumidores helvéticos.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, aunque las cuentas presentadas en el 2004 fueron buenas, este sector no puede olvidar que desde hace años enfrenta el lastre de la falsificación, la producción y venta de productos “pirata” que le obligan a perder 800 millones de francos suizos anuales.
swissinfo/Andrea Ornelas
·La industria relojera suiza exportó productos por el equivalente a 11.100 millones de francos suizos durante el 2004.
·Los cinco mejores compradores fueron:
·USA 1.875.9 millones de SFR
Hong Kong 1.641.8 millones SFR
Japón 999 millones de SFR
·Las ventas en Alemania y Reino Unido cayeron 0,6 y 4,8%, respectivamente, el año pasado.
·El sector relojero helvético constituye el tercer pilar más importante de la industria y su principal mercado se encuentra en Norteamérica y Asia.
·Este año fue histórico por el nivel de sus ventas, lo que se debió a una mayor estabilidad geopolítica en el mundo y a que China y Rusia se revelan como extraordinarios compradores.
·La industria relojera helvética, fundada desde el siglo XVII, es más rentable que nunca, pero aún enfrenta el problema de la falsificación, asunto en el que debe ocuparse.
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