La economía al rescate de la Fiesta Nacional
Varios empresarios encabezados por Nicolas G. Hayek y Johann Schneider-Ammann cubrirán los costos de la seguridad durante la celebración del 1° de agosto en el Rütli.
Con ello se salva la realización de la fiesta organizada en la histórica pradera donde tendría su origen la Confederación Helvética.
Casi como sorpresa de último momento, la edición 2007 del festejo el 1° de agosto en el Rütli se ha salvado de haber sido cancelada, gracias al apoyo de los patrones de Swatch Group, de Amann y de otras empresas que cubrirán la factura de 200.000 francos para el despliegue de los servicios de la seguridad durante la manifestación.
Estos actores privados han llegado para socorrer al gobierno, que no quiso hacerse cargo de los costos en cuestión, luego de un rechazo categórico del ministro e Justicia y Policía, Christoph Blocher.
Para vender nuestros productos en el extranjero, debemos mostrar que provenimos de un país donde la calidad y el orden cuenta. El hecho de que se realice el festejo nacional de forma adecuada lo prueba, explica Johann Schneider- Ammann, diputado radical y presidente de Swissmem, la organización de la industria de la maquinaria.
Bajo esas condiciones, la ciudad de Lucerna se dice lista para embarcarse en el proyecto del festejo que se celebrará en menos de seis semanas. El año próximo se deberá encontrar otra solución en la que también se impliquen las autoridades de las comunas que rodean el Lago de los Cuatro Cantones.
Para la celebración del festejo aún queda por resolver una cuestión: la decisión de la Comisión del Rütli. No obstante, el viernes debería aprobar el concepto ya existente sin problema, elaborado a principios de año con la presidenta de la Confederación Helvética, Micheline Calmy-Rey, la presidenta de la cámara baja de la Asamblea Federal, Christine Egerszegi y la organización femenina Alliance F.
Ese concepto –que prevé una fiesta para las familias en presencia de las dos políticas- ya fue aceptado por la Sociedad de Utilidad Pública, que administra el Rütli, y por el cantón de Uri.
«Señal fuerte»
«Con la señora Egerszegi quiero dar una señal fuerte. Somos dos mujeres de dos regiones de Suiza y representamos una Suiza moderna, abierta», declaró Micheline Calmy-Rey en una entrevista a la revista semanal ‘Facts’.
«Es la mayor prueba de la libertad de la que nos beneficiamos en este país», agrega la presidenta.
El año pasado, las medidas de seguridad para detener a los extremistas de derecha han costado dos millones de francos, los costos serán este año menos fuertes y el dispositivo de seguridad será también menor, indica, por su parte, la alcalde de Lucerna, Ursula Stämmer-Horst.
La ciudad de Lucerna dice poder contar con las fuerzas de policía del cantón. La ayuda de otros cantones vecinos no sería requerida, como tampoco la participación del ejército helvético.
Reacciones de la prensa
Luego de la acción de rescate de la fiesta por parte de Hayek y compañía, la prensa se dice aliviada este jueves, «pero se trata también de un testimonio de debilidad por parte del gobierno», escribe el diario ‘Blick’. «Y eso subraya el egoismo de la mayoría de nuestro gobierno».
El ‘Tages Anzeiger’ estima que si Suiza tiene la oportunidad de poderse evitar la realización de pomposas fiestas nacionales, la celebración del Rütli «no se trata desde hace tiempo de una simple manifestación del cantón de Uri o de la región central de Suiza. El gobierno debería darse cuenta de ello».
De acuerdo al diario de Lucerna, el ‘Luzerner Zeitung’, «las autoridades deberán enviar en el futuro signos de solidaridad hacia los cantones de la Suiza central», que acogen y asumen la organización del festejo nacional.
swissinfo y agencias
De acuerdo a la leyenda, en esta pradera del Rütli los representantes de los cantones de Uri, Schwytz y Unterwald se reunieron para fundar la Confederación en 1291.
El lugar se ha convertido en parte de la memoria patriótica suiza a partir del siglo XVII. El recuerdo del mito fundador se ha reforzado aún más en el siglo XIX.
En el Rütli, en 1940, el general Guisan, al frente del ejército suizo, proclamó un discurso histórico a sus oficiales para reanimarles a resistir una eventual invasión germana.
Cada año se celebra allí una pequeña fiesta nacional a la que acude algún miembro del gobierno colegiado helvético. No obstante, en 2000 y 2005, manifestantes de extrema derecha insultaron al ministro encargado en turno de la presidencia rotativa helvética, durante su discurso en conmemoración de la Fiesta Nacional.
Desde entonces, las medidas de seguridad en torno a la celebración se habían reforzado.
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