Las fuerzas especiales en acción
La Confederación decidió extender su protección a los ciudadanos y a los diplomáticos en el extranjero, particularmente en situaciones de crisis.
Desde el 1 de agosto, Suiza, famosa por su ejército de milicia y su neutralidad, dispone por vez primera de fuerzas especiales profesionales de élite, denominadas DRA 10.
Algunos manifestantes intentan introducirse en la casa de un ciudadano suizo. Estallan granadas y se difunde gas lacrimógeno. Mientras tanto, las fuerzas especiales mantienen a raya a la muchedumbre.
De repente, surge un helicóptero. Desde el aparato lanzan una cuerda y, abandonando el edificio por los tejados, ocho hombres son rápidamente evacuados con su «objetivo».
«Pueden retirar sus protectores de oídos», señala el mayor Daniel Stoll, jefe de la nueva unidad de las fuerzas especiales, al final de la demostración organizada en un campo de entrenamiento militar cerca de Isone, en el cantón del Tesino.
La misión de la DRA10 es proteger al personal y a los ciudadanos suizos en el extranjero, cuya seguridad esta amenazada cada vez más a menudo; salvar y repatriar a ciudadanos suizos que se encuentren en situaciones de crisis en el extranjero, así como reunir informaciones.
«Es una de las piedras angulares de la reforma Ejército 21, explica orgullosamente Luc Fellay, comandante de las tropas terrestres del ejército suizo. El gobierno dispone por fin de un instrumento que permite hacer frente a situaciones de crisis con un cierto margen de maniobra».
La seguridad vía la cooperación
La nueva unidad cuenta con 30 hombres entrenados en comandos de élite, una cifra que debería aumentar a 91 de aquí al 2011.
La DRA10 es comparable a las fuerzas especiales que se encuentran en países tales como Noruega, Finlandia, Suecia o Austria, explica Daniel Stoll, pero es más modesto que aquel de que disponen las grandes potencias militares.
En otros tiempos no había soldados formados para socorrer a los ciudadanos suizos «como aquellos que debieron ser evacuados de Líbano el año pasado».
«Hasta aquí, la Confederación siempre procuró colaborar con los países vecinos pero sin poder poner tropas a disposición», añade a swissinfo. «En adelante, estaremos en posición de enviar a un pequeño número de soldados para participar con los países vecinos en operaciones multinacionales de evacuación de ciudadanos suizos y europeos».
Este año Suiza participó en el ‘Exercise Cold Response 2007’ en Noruega, al lado de las fuerzas tácticas de otros 15 países, con el objetivo de verificar si está a punto.
«La seguridad vía la cooperación», es la palabra clave del ejército en este momento. Pero la cooperación se limita a la seguridad porque, en caso de emergencia, Suiza continuará dependiendo de sus vecinos para el transporte aéreo.
Fuerzas de choque
Pero, ¿quiénes son esos soldados de choque dispuestos a arriesgar su vida para socorrer a diplomáticos o veraneantes en dificultad?
Daniel Stoll precisa que no son ‘Rambos’. La unidad es una mezcla «que va del técnico al catedrático universitario, pasando por el padre de familia o el estudiante, cuyas edades fluctúan entre los 22 y los 36 años».
«La mayoría son empujados por un cierto idealismo. Quieren hacer algo especial, cumplir una misión para servir a su país», explica.
El ejército sólo tiene que buscar entre innumerables reservistas para encontrar a candidatos. Desde el 2003, hay cerca de 300 cada año.
Pero un severo proceso de selección, que implica pruebas psicológicas y físicas, «marchar, nadar, tomar decisiones tácticas, ser capaz de comunicar bajo estrés y después de un intenso esfuerzo físico», hace que no sean más de diez los que llegan al final.
Los que pasan el filtro deben seguir luego un agotador entrenamiento de dieciocho meses, durante el cual saltan de un avión, escalan cumbres nevadas y siguen una instrucción psicológica.
Más tarde se comprometen para una aventura de cinco años, durante los cuales deben poder desplazarse de manera permanente y secreta.
«Es duro, verdaderamente no puedo hablar de eso, ni siquiera con mi familia. Simplemente les digo que estoy en el ejército «, narra uno de los miembros del comando.
swissinfo, Simon Bradley, Isone
(Traducción: Marcela Águila Rubín)
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Ejército de milicias
Durante la Guerra Fría, el ejército suizo podía movilizar a 600.000 hombres.
En 1995, el efectivo descendió a 400.000 hombres y a 220.000 en la actualidad.
Los hombres de 20 a 36 años, considerados aptos, deben efectuar 260 días de servicio militar.
El servicio militar es voluntario para las mujeres y los suizos con residencia en el extranjero.
La DRA 10 es una unidad de élite de las fuerzas especiales integrada en la División de Reconocimiento y Granaderos, con los regimientos de granaderos y de paracaidistas.
Las misiones de la DRA10 consisten en proteger a los representantes y a los ciudadanos suizos en el extranjero cuya seguridad esté amenazada; socorrer y repatriar a los suizos que se encuentren en situaciones de crisis en el extranjero y reunir informaciones.
Los entrenamientos comenzaron en 2003. Hay actualmente 30 soldados profesionales y habrá 91 para 2011.
El entrenamiento dura 18 meses, contra 25 semanas para los granaderos y 43 para los paracaidistas.
El presupuesto (para 91 hombres) es de 16 millones de francos al año.
El DRA 10 será presentado al gran público durante las jornadas del ejército 2007, del 20 al 25 de noviembre en Lugano.
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