Niños de la calle durante un día
Millones de niños en el mundo viven y se ganan la vida en la calle, a veces trabajando hasta 14 horas diarias.
La fundación Terre des hommes (TdH) organiza este jueves, Día Mundial de la Infancia, una jornada de sensibilización sobre el fenómeno.
El 20 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Infancia y se conmemora la adopción en 1989 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño por la Asamblea General de la ONU.
Como cada año, Terre des hommes (TdH) aprovecha ese aniversario para sensibilizar a la población suiza sobre la situación de precariedad y exclusión social en la que viven millones de niños en el mundo.
La fundación dedicada a la defensa y protección de la infancia organiza este jueves la acción ‘Niño de la calle durante un día’: unos 4.000 escolares de toda Suiza realizan labores de limpiabotas o vendedores ambulantes en las calles de varias ciudades helvéticas.
Doble objetivo
La idea es que “conozcan las dificultades de los niños de su misma edad en otros países” y “puedan ver cuál es la situación que viven estos niños (de la calle) cada día”, explica a swissinfo Anja Bouerdick-Berdondini, responsable de los proyectos de TdH en América Latina.
La acción de TdH tiene un doble objetivo. En primer lugar, la fundación se propone “sensibilizar a los niños que están aquí sobre una situación diferente a la que ellos mismos viven todos los días”.
Y en segundo lugar, TdH aspira a que “estos mismos niños sensibilicen a la gente en las calles en Suiza sobre el tema de los derechos de los niños”, puntualiza Anja Bouerdick-Berdondini.
Los niños no cobrarán dinero por los servicios prestados, “sino que la gente puede ofrecer lo que quiera”. Los fondos recaudados se destinarán exclusivamente “a los proyectos con niños de la calle en países como Brasil, Afganistán, Bangladesh, Burundi o Vietnam”.
Stop al tráfico de niños
Pero la jornada de este jueves tiene otra particularidad: la entrega de la petición denominada ‘Stop al tráfico de niños’ a las autoridades federales.
El documento pide que “sea considerado como un crimen contra la humanidad y pueda ser juzgado incluso años después de cometerse el delito”, independientemente del lugar en el que haya ocurrido o de la nacionalidad del agresor, subraya TdH.
Otra exigencia es el levantamiento de “la inmunidad en este tipo de crimen”, agrega Anja Bouerdick-Berdondini.
En un acto simbólico, que tendrá lugar en la céntrica plaza Bärenplatz, de Berna, los miembros del grupo de rock suizo Gotthard liberarán a un centenar de niños encadenados.
La petición pasará de mano en mano y recorrerá la cadena humana que formarán los menores hasta el Palacio Federal, sede del Gobierno y Parlamento helvéticos.
Cifras alarmantes
Según un reciente informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el tráfico de niños afecta cada año a 1,2 millones de menores en el mundo.
Es un negocio en alza para las bandas de delincuentes, cuyos beneficios anuales UNICEF estima en 8.500 millones de euros.
Lamentablemente, sigue siendo un delito impune en países como Burkina-Faso o Albania, “en los cuales el tráfico es una forma de economía importante para el país”, explica Anja Bouerdick-Berdondini. “Por eso es tan difícil luchar contra ese negocio”.
Los fines del tráfico infantil son la utilización de los menores como mano de obra barata, para la explotación sexual, el transporte de drogas o en labores domésticas, entre muchos otros.
Asimismo se sabe que el número de menores explotados con fines comerciales aumenta y que el tráfico de niños adquiere un carácter “cada vez más transnacional”, puntualiza la representante de TdH.
Prevención y reinserción
A diferencia de otras ONG, entre ellas la suiza Declaración de Berna, TdH no dispone de recursos para informar a la opinión pública sobre los productos que se fabrican con mano de obra infantil. “Hay otras organizaciones más especializadas en este campo”.
“Nosotros no podemos trabajar en demasiados enfoques”. La labor de la fundación TdH se desarrolla, fundamentalmente, en los ámbitos de la prevención (con las familias) y la reintegración de las víctimas.
“Más que nada trabajamos para prevenir el tráfico de estos niños y con niños que han sido traficados e intentamos buscar soluciones para estos niños”, subraya Anja Bouerdick-Berdondini.
Y respecto a la petición ‘Stop al tráfico de niños’ destaca que se trata de “un trabajo muy a largo plazo, pero un trabajo que podrá tener un impacto muy importante en la sociedad, en Suiza, pero también con un resultado en los países en desarrollo”.
swissinfo, Belén Couceiro
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