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“Existen emigrantes de primera y de segunda”

El viaje hacia el extranjero y la posterior vuelta es una constante entre la población gallega desde hace más de un siglo. Xurxo Martínez Crespo

A pesar de que Galicia es una de las regiones con mayor migración en todo el mundo, la emigración a Suiza se trata con cierta desidia y la acogida que brinda a los retornados dista mucho de ser la ideal para estas personas.

Así lo cree Xurxo Martínez Crespo, historiador y responsable de migración del sindicato CIG, que señala a swissinfo.ch: “la idea de que la sociedad acoge al retornado es falsa, el que llega se encuentra con un gran vacío, hay una falta de sensibilidad aunque Galicia sea una comunidad histórica de emigrantes, con una identidad formada en la emigración”.

         

Esta región española se ha visto históricamente afectada de manera masiva por la emigración: el siglo pasado alrededor de un millón de gallegos abandonaron sus pueblos, en una población de poco más de dos millones de habitantes.

Galicia es la comunidad española con el mayor número de emigrantes en Suiza. En la última década esta región fue también la que recibió a gran parte de los retornados, en especial de Latinoamérica, si bien en 2006, el 37% de los que volvieron procedían de la Confederación Helvética.

Emigración con pedigrí

La gran parte de los trabajadores gallegos que salieron lo hicieron a Argentina, Cuba, Venezuela o Uruguay, a principios del siglo pasado. “La emigración a Latinoamérica centró la atención y la de Suiza se trató con una cierta desidia. La de América, una emigración política parece tener más pedigrí que la económica, que fue la que acudió a Suiza desde la década de los 60”, lamenta Martínez Crespo. Entre la comunidad científica, la clase docente o los investigadores, como queda patente en los libros y trabajos publicados, existen emigrantes de primera y de segunda, asegura el historiador.

Como todos lo que dejan su tierra, los gallegos que optaron por Suiza vivieron los problemas familiares ocasionados por la distancia, a menudo dejaban a sus hijos y mujeres en España. Muchas de estas personas aportaron dinero a Galicia y le dieron señas de identidad.

“La emigración a Europa se quiere tapar de forma injusta, a favor de la de América, si se tiene en cuenta la valía de la gente trabajadora y culta que emigró a Suiza”, destaca Martínez Crespo. Por ejemplo, “uno de los principales poetas del siglo XX era el gallego José Ángel Valente, funcionario de la ONU en Ginebra y ensayista, crítico y traductor”.

Flujo constante

Según el escritor, la comunidad presente más importante de Galicia es la de Suiza, mientras que por ejemplo la de Cuba y Argentina son viejas glorias. “Desde 1956 no sale ningún gallego a Argentina y desde 1930 a Cuba”. Con Suiza se mantiene un flujo constante todavía hoy en día. Entre los hijos de los emigrantes españoles en Suiza figuran deportistas, escritores, actrices y actores, intelectuales.

“En resumen gente brillante y muy representativa en un país de 7,7 millones de habitantes. La aportación de los gallegos tanto en Suiza como en Galicia es muy destacada, en términos de cantidad, calidad e importancia, Sin embargo, en Galicia hay un gran desconocimiento general de esta realidad, que merece tener más relevancia. No se conoce lo que hace el emigrado fuera ni cuando retorna a su origen muchos años después”, indica Martínez Crespo.

Los primeros retornados invirtieron los ahorros que traían de Suiza especialmente en negocios de hostelería o explotaciones lácteas. Muchos no tuvieron suerte y fracasaron, sobre todo, los que optaron por las granjas de vacas debido a la entrada de España en la Unión Europea (UE) que significó la introducción de estrictas cuotas de producción lechera.

Asistencia sanitaria

El principal problema con el que se encuentran estos españoles retornados cuando vuelven a su tierra es de la asistencia sanitaria. Los jubilados que retornan cobran la pensión suiza como les corresponde por ley, si bien en Suiza también tenían la obligación de contratar un seguro privado. “A su vuelta, en Galicia y en otras comunidades españoles, se pueden beneficiar de la seguridad social pública pero pagando, ya que se les obliga a que tengan un seguro privado por razones económicas. Estas personas deben regirse por la ley del país donde se jubilaron, como también sucede en Inglaterra”, apunta el responsable sindical.

El presidente de Galicia entre 2005 y 2009, el socialista Emilio Pérez Touriño, en plena campaña con los gallegos residentes en Suiza o Argentina, situó entre sus promesas electorales que los retornados tuvieran el derecho a la seguridad social.

Reivindicación histórica

Por otra parte, los que han padecido enfermedades o bajas laborales por causas de accidente o incapacidades se encuentran también con un sistema de información deficiente, estima Martínez Crespo. A los retornados españoles en general, la Seguridad Social no se les reconoce la incapacidad o la invalidez, o al menos en el mismo grado que les fue reconocida en Suiza. Algo clave para poder recibir una prestación económica por baja laboral. Los criterios son muy distintos, si en Suiza se declara a una persona una incapacidad del 80% quizá en Galicia esta solo se cifre en un 40%.

“La homologación y el reconocimiento de las situaciones de incapacidad es una reivindicación histórica. En ocasiones estas personas tienen que optar a un segundo examen ante tribunal para se les reconozca su incapacidad, lo que supone graves perjuicios y daños psicológicos para los retornados. Es un choque de trenes y un doble problema para el que viene y para el que atiende la situación”, subraya el historiador.

Un libro de entrevistas que ilustra bien este fenómeno es el escrito por dos psiquiatras del Hospital de Ourense, con el clarificador titulo ‘Psicopatologías del retornado’.

Tras muchos años de esfuerzos y sacrificios, los retornados que vuelven a su tierra se encuentran con una realidad bien distinta a la esperada, que en ocasiones crea serias consecuencias en este colectivo e impide su reintegración en la sociedad que les vio nacer.

Según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) de enero de 2010, 90.142 españoles vivían todavía en Suiza.

Una cantidad menor debido a la no inclusión de los menores de edad, de 72.291 españoles, figura en el censo electoral de españoles residentes en Suiza (CERA), en septiembre de 2010.

Retornados españoles de Suiza.

Bajas consulares.

3.821 en 2005

4.068 en 2006

3.942 en 2007

1.784 en 2008

1.536 en 2009

1º: Desde el último tercio del siglo XIX hasta los años 30 del siglo XX. Dirigida fundamentalmente a América (Argentina y Cuba), y que afectó especialmente a hombres jóvenes.

2ª: Desde el año 1945 al 60, dirigida también a América (Venezuela) y al resto de España, que afectó a hombres y mujeres de más edad.

3ª: Desde el año 60 al 75, dirigida fundamentalmente a Europa (Suiza, Alemania e

Inglaterra).

El conglomerado de inmigrantes españoles que llegó a Suiza con el franquismo tenía una peculiaridad: 68% venía de Galicia, según datos del Ministerio del Trabajo de España.

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