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Ayuda suiza para las víctimas de los huracanes en Cuba

Los huracanes Ike y Gustav han destrozado miles y miles de casas en Cuba. swissinfo.ch

Las tormentas tropicales Gustav e Ike, que sacudieron Cuba en el mes de septiembre, han causado daños por más de 5.000 millones de dólares. Varias organizaciones suizas tratan de paliar la situación de penuria in situ con ayuda financiera y técnica.

Los huracanes son un fenómeno recurrente en Cuba. Cada año asolan el Caribe. Empero, Gustav y Ike han rebasado los límites de lo conocido. Ambos asolaron 65.000 viviendas, destrozaron 450.000 tejados y causaron daños en fábricas, casas de secado para tabaco, escuelas y salas de cine. Los ciclones dejaron a un cuarto millón de personas sin techo en ocho provincias.

La población cubana sufrirá durante muchos años las consecuencias de los huracanes.

La protección civil funciona bien

A diferencia de Haití o Jamaica, la protección civil funciona perfectamente en Cuba. Con planes de evacuación rigurosos, las autoridades cubanas han conseguido que los huracanes no han dejado casi víctimas mortales.

Las medidas de prevención superiores al promedio implementadas por las autoridades de La Habana, han influenciado de manera indirecta también la disponibilidad a la ayuda financiera por parte de los donantes extranjeros, tanto gobiernos como organizaciones humanitarias.

“El Estado cubano está proveído de un sistema bien organizado contra las catástrofes naturales y los huracanes, que abarca todos los niveles estatales hasta el ámbito comunal”, señala a swissinfo Herbert Schmid, el representante de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) en La Habana.

Debido a las numerosas víctimas que se han registrado en Haití, los llamamientos no reciben el mismo eco en Cuba. Sin embargo, esto no quiere decir que Cuba no necesite ayuda.

Ayuda directa y duradera

COSUDE ayuda a las víctimas cubanas de los huracanes en dos campos: “Nuestra ayuda se dirige de forma directa a la población perjudicada. Suministra productos de consumo habitual a las personas cuyas casas fueron destruidas o cuyas provisiones fueron arrasadas por las aguas”, explica Herbert Schmid. Además, provee de simientes a los agricultores damnificados para que puedan preparar el próximo ciclo agrícola.

La cooperación suiza al desarrollo también ofrece ayuda a largo plazo: “En la zona afectada edificamos talleres donde se pueden fabricar ladrillos y otros materiales para la construcción. En total, la COSUDE dedica cerca de 800.000 francos suizos a las víctimas de los huracanes”, revela Schmid.

Reconstrucción de escuelas

Las regiones más afectadas fueron la ciudad y provincia de Camagüey en el centro de la isla, donde está asentada la organización suiza de ayuda para niños Camaquito. “He vivido los huracanes en el garaje de la casa residencial de Camaquito”, relata Mark Kuster, que dirige la organización helvética desde hace varios años.

Camaquito apoya a niños y adolescentes en Cuba en los ámbitos de la formación, el deporte y la cultura. “Después de los huracanes, Camaquito pone su enfoque en la reconstrucción de las 29 escuelas que fueron destruidas totalmente”, señala Kuster.

Camaquito hizo un llamamiento a los donantes y está en contacto con diversas iglesias suizas, que consideran un apoyo financiero para proyectos de Camaquito en Cuba. “Con relativamente poco dinero, podemos conseguir mucho en Camagüey. En una primera fase planeamos una inversión de 62.000 francos suizos para la reconstrucción de las escuelas”, precisa.

Salud pública tiene preferencia

También mediCuba decidió rápidamente ayudar a las víctimas cubanas. Esta organización no gubernamental suiza apoya desde 1992 proyectos de salud pública en Cuba: “El país necesita ayuda directa para superar la situación de urgente escasez material”, opina Nelido González, que gestiona los proyectos de mediCuba.

El cirujano subraya que hay que poner la ayuda médica en Cuba en un segundo plano: “Queremos utilizar los aproximadamente 50.000 dólares, que al principio estaban previstos para proyectos en otras provincias, para apoyar a las víctimas de los huracanes”, manifiesta a swissinfo Nelido González.

Además se necesitan en todo el país material para la construcción de tejados y artículos de higiene para las personas que han perdido sus hogares. En el campo de la salud pública son necesarias campañas de prevención contra epidemias, concluye.

Erwin Dettling, La Habana
(Traducción del alemán: Antonio Suárez Varela)

En los últimos años, Cuba se vio asolada por siete huracanes importantes:

1996: Lili
2001: Michelle
2004: Charley, Iván
2005: Dennis
2008: Gustav, Ike

La historia meteorológica demuestra que ha aumentado el número de huracanes en el Caribe. En el período de 1844 a 1885 ocho huracanes sacudieron la isla; entre 1909 y 1952 fueron 12 ciclones.

Los huracanes pueden alcanzar una extensión de hasta 800 kilómetros cuadrados y duran, por regla general, entre siete y diez días.

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