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El auto compacto de ‘pilas’, en el horno

Nicolas Hayek, presidente de Swatch, asume una nueva misión. pixsil

Un suizo ideó en el siglo XIX la pila de combustible, un objeto capaz de generar calor y movimiento; el proyecto es perfeccionado hoy por científicos también helvéticos.

El reto, lanzado y financiado por Nicolas Hayek, ‘Mr. Swatch’, es conseguir un coche pequeño, barato, ‘cero contaminación’ y desplazado por una batería.

Sin las pilas de combustible, que proveyeron agua y energía eléctrica a los astronautas, misiones espaciales estadounidenses como Apolo, Gemini u Orbiter habrían sido imposibles.

Hoy, dichas baterías se aprestan a convertirse en las nuevas protagonistas del desplazamiento de vehículos ‘verdes’ en el mundo.

Suiza, por su parte, compite para ser la pionera en la materia al nivel internacional.

Y Nicolas Hayek –el gurú empresarial que revivió la industria relojera suiza en los años 80´s con la creación del Swatch- decidió financiar las investigaciones necesarias para perfeccionar una batería capaz de desplazar un auto compacto de cuatro plazas que, además, compita en precio con cualquier otro vehículo pequeño del mercado.

Un reto que moviliza a más de uno en este momento.

Un pasado remoto

Como concepto, la pila de combustible fue concebida desde el siglo XIX en territorio suizo.

Sin embargo, era tan costosa su producción con respecto a la de otras fuentes energéticas, que la ciencia decidió guardarla en un cajón durante más de un siglo.

De hecho, fue hace sólo 15 años, cuando los niveles de contaminación internacionales encendieron la alerta, que gobiernos e investigadores decidieron explorar nuevos caminos para perfeccionarla.

Las primeras pilas de combustible de finales del siglo XX surgieron en Japón y Holanda como opción para establecer mini centrales energéticas capaces de generar electricidad y calor en las casas.

En Suiza, la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) dio los primeros pasos y la empresa suiza Sulzer Hexis fue la pionera -a finales de los 90´s- en la comercialización de las primeras mini centrales energéticas con pilas de combustible.

No obstante, los expertos de Lausana decidieron seguir adelante y a partir del año 2000 se dieron a la tarea de experimentar en busca de una pila que fuera adaptable a los coches.

Hayek toma el timón

Nicolas Hayek, ‘Mr. Swatch’, empresario suizo de origen libanés, formalizó el pasado viernes (30.05) la creación de una nueva sociedad con el Instituto Paul Scherrer, llamada Belenos Clean Power.

La misión de dicho grupo es desarrollar una pila de combustible capaz de propulsar un auto de cuatro personas sin emitir una sola sustancia contaminante.

Más aún, el precio del vehículo al que será incorporada debe competir con cualquier otro compacto del mercado, afirmó Hayek durante la presentación del proyecto.

Y con la energía de los 21 años –edad a la que tomó las riendas de su primer negocio- y sin empacho alguno afirmó: “Y no estamos lejos de lograrlo”.

El empresario se comprometió a financiar las investigaciones necesarias para conseguir una pila de combustible para autos lista para comercializarse en Suiza y el resto del mundo. Un trabajo que según sus previsiones tomará dos años más.

Belenos Clean Power SA sólo producirá las baterías, no los autos. De ahí que el fundador de Swatch negocie ya con dos fabricantes de vehículos que están dispuestos a manufacturar una unidad idónea para operar con dichas pilas.

A juicio de Hayek, el encarecimiento constante de los energéticos tradicionales, como la gasolina o el diesel, hará aún más competitivo este nuevo automóvil.

Autos ‘verdes’

En Suiza, los debates ecológicos se concentran frecuentemente en la reducción del empleo de energía eléctrica por la contaminación que emite.

Sin embargo, en el país, la mayor parte de la producción de electricidad está asegurada a través de técnicas que no arrojan CO2 en la atmósfera porque están basadas en la energía hidráulica y nuclear, no en la combustión de fósiles como carbón, petróleo o gas, explica Martin Jermann.

El científico del Instituto Paul Scherrer refiere además que, en contrapartida, los sistemas de calefacción de las construcciones suizas y los desplazamientos individuales son los verdaderos emisores de dióxido de carbono. Un tema que debe atenderse y corregirse.

Esto explica que la pila de combustible resulte un alivio en materia de reducción de gases de efecto invernadero debido a que, técnicamente, la suma de hidrógeno y oxígeno reaccionarán produciendo agua, proceso que libera la energía necesaria –bajo forma de electricidad- para desplazar un auto, precisa el especialista.

La apuesta fue lanzada. Y mientras el resultado final se obtiene, multinacionales como Ford, Toyota, Chevrolet, Honda o GM esperan impacientes que el ingenio de los científicos rinda fruto lo más pronto posible para que los coches ecológicos de baterías dejen de ser una costosa excepción para convertirse en una masiva realidad.

swissinfo, Andrea Ornelas

El Consejo de Administración de la sociedad Belenos Clean Power está conformado además de por Nicolas Hayek, por Josef Ackermann, director del Deutsche Bank; el astronauta Claude Nicollier y el actor George Clooney.

En Suiza han sido los politécnicos federales e institutos de investigación como el EPFL, ETHZ, IPS o EMPA, los principales interesados en desarrollar la pilas de combustibles.

Además de Suiza, una larga lista de países como Francia, Alemania, Canadá, Estados Unidos y Japón están interesados en ser los pioneros en el desarrollo de una pila de combustible viable dentro de la industria automotriz.

El instituto Paul Scherrer desarrolló por separado, con el grupo francés Michelin y con el alemán, VW, autos prototipo con pila de combustible.

La primera pila de combustible fue creada en 1839 por el suizo Christian Schönbein, un químico de origen alemán nacionalizado helvético.

La principal ventaja de la pila de combustible es que no contamina; la desventaja: precio elevado.

La estructura de una pila de combustible se asemeja mucho a la de una batería normal: sus células tienen dos electrodos separados por un electrolito.

Un electrodo se alimenta de hidrógeno y el otro de oxígeno, que se combinan para formar agua (H20) y, con ella, energía.

Energía que es capaz de alimentar sistemas de calefacción, hacer funcionar aparatos eléctricos y desplazar vehículos.

Aunque su potencial es muy grande, no ha llegado aún al punto de madurez que le permita comercializarla a gran escala.

Por el momento, lo que existe en el mercado son sobre todo opciones “híbridas”, que funcionan con pila de combustible que se recarga con diesel u otro energético fósil.

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