¿El Banco Central ayudaría al seguro para el retiro?

El envejecimiento de la población pone en peligro el futuro del financiamiento del Seguro para la Vejez. La izquierda sugiere que se utilicen los excedentes del Banco Nacional Suizo (BSN). La ciudadanía emitirá su juicio al respecto en las urnas el 24 de septiembre.
El gobierno y la derecha están en contra porque temen un debilitamiento del BSN y de las finanzas públicas.
Tal como los otros países occidentales, Suiza encara el envejecimiento creciente de su población. La población mayor de 65 años –que representaba ya el 15,8% del total en 2004- aumentará entre 60 a 120% de aquí al 2050, según indican tres escenarios posibles presentados en un estudio de la Oficina Federal de Estadísticas.
En otras palabras, habrá cada vez menos población activa y más jubilados. Un problema para el Seguro de Vejez, sobre todo porque este seguro se financia principalmente con las contribuciones salariales.
La clase política presenta diversas ideas en busca de una solución. Entre otras se destaca la posibilidad de aumentar la edad del retiro (actualmente fijada en 65 años de edad) o disminuir las prestaciones que concede el Seguro de Vejez.
Los excedentes del BNS en juego
El Partido Socialista (PS) no quiere ninguna de las dos opciones citadas. Los socialistas aportan una solución propia para asegurar el financiamiento de esta asistencia a través de la iniciativa ‘Beneficios del Banco Nacional para el Seguro de Vejez’, sometida al voto ciudadano el próximo 24 de septiembre.
La iniciativa propone girar el dinero que el BNS ya no requiere para conducir su política monetaria a los fondos del Seguro de Vejez. «El beneficio promedio anual del Banco Nacional es de 3.400 millones de francos suizos», recuerda Myrlyse Dormond, diputada socialista y vicepresidenta del Comité a favor de la seguridad del Seguro de Vejez.
Actualmente, estos excedentes son repartidos entre la Confederación, que recibe una tercera parte, y los cantones, que se quedan con las otras dos terceras partes, como dispone la Constitución.
La iniciativa no busca privar totalmente a los cantones de esta suma, sino que prevé la entrega de mil millones de francos suizos anuales.
«Esta iniciativa resuelve en parte los problemas del Seguro de Vejez, ya que aporta un financiamiento complementario al ya existente; un financiamiento sólido y duradero», comenta Marlyse Dormond.
Independencia del BNS
El gobierno y una mayoría de los partidos más fuertes representados en el Parlamento Federal no comparten la idea del PS, al contrario, recomiendan a la ciudadanía que rechace la iniciativa.
La derecha estima que este concepto pondría bajo presión al BNS, ya que lo forzaría a obtener buenos resultados para financiar el Seguro de Vejez.
Ese vínculo que la iniciativa propone entre el BNS y este seguro social afecta a la indispensable independencia que toda entidad bancaria central debe conservar para dirigir una política monetaria adecuada, denuncian los partidos de derecha.
Esta observación también es mencionada por el BNS. Tradicionalmente discreto en temas políticos, su presidente Jean Pierre Roth abandonó su clásica posición reservada para expresar públicamente todo lo malo que a su juicio contiene la iniciativa.
«No es una solución»
La derecha además considera que la iniciativa pone en peligro las finanzas de la Confederación y los cantones, porque los privaría de toda o parte de los excedentes que reciben del BNS. «A escala federal, esto podría desembocar en supresión de empleos en la administración y de nuevos planes de austeridad», denuncia el senador demócrata-cristiano (PDC/centro derecha), Urs Schwaller.
Un argumento rechazado por Marlyse Dormond. La diputada socialista indica que los excedentes del BNS son considerados como reservas extraordinarias que no son utilizadas para el funcionamiento de la administración federal, sino para reducir la deuda pública.
«Esta iniciativa no representa una solución para el Seguro de Vejez», concluye Urs Schwaller. Por otra parte, nada indica que los excedentes del BNS permanecerán tan cuantiosos como ha sido el caso en estos últimos años.
Para Urs Schwaller, el resultado de las votaciones sobre esta iniciativa podría incluso encaminar al objetivo buscado:
«La iniciativa tendrá como único efecto el que no se atacarán los verdaderos problemas del financiamiento del Seguro de Vejez en los próximos años. Esto simplemente permitiría que el Parlamento no hiciera nada al respecto. Nadie quiere volverse impopular haciendo una revisión de las prestaciones actuales o aumentando el impuesto al valor agregado.»
swissinfo, Olivier Pauchard
(Traducido del francés por P. Islas)
El seguro de vejez y para los sobrevivientes del asegurado es el primero de los tres pilares del sistema de jubilación en Suiza.
Obligatorio, el Seguro de Vejez es un seguro de base que asegura un mínimo vital a las personas jubiladas (a partir del los 65 años), o en caso de muerte, a los huérfanos y a la pareja (viudo o viuda).
El segundo pilar es el llamado seguro de previsión profesional. Es un seguro privado obligatorio en el que empelados y empleadores cotizan a partes iguales. El dinero acumulado es distribuido tras el retiro bajo forma de renta o de capital.
El tercer pilar es el de la previsión individual. Este seguro es facultativo y deducible de impuestos.
En enero de 2006: 1.701.000 personas recibirán sus rentas del Seguro de Vejez.
Otras 104.000 también recibirán este monto mensual en calidad de viudos o viudas de la persona asegurada.
La renta mensual promedio es de 1.860 francos para las personas solas y de 3.098 para las parejas.
No es la primera vez que se discute la posibilidad de girar todos o parte de los excedentes del Banco Nacional Suizo al Seguro de Vejez.
Cuando Suiza renunció a la paridad del oro, el BNS vendió sus reservas de ese metal, puesto que ya no le servía para regular su política monetaria. Veintiún mil millones de francos fueron obtenidos por su venta.
La derecha dura solicitó entonces que esa suma fuese dirigida al Seguro de Vejez.
El Ejecutivo y el Legislativo querían repartir esta suma entre tres beneficiarios: los cantones, el Seguro de Vejez y la Fundación Suiza Solidaria.
Ambos proyectos fueron rechazados por la ciudadanía en las urnas.
De esta forma, los veintiún mil millones de francos fueron distribuidos conforme lo prevé la Constitución: un tercio para la Confederación y dos tercios para los cantones.
La parte de los cantones ya fue otorgada. La parte de la Confederación (siete mil millones de francos) aún no. El gobierno propone que se dirija al Seguro de Vejez si la iniciativa del Partido Socialista es rechazada en voto popular el próximo 24 de septiembre.

En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.