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Glencore adquiere una refinería de Ecopetrol

Glencore tiene su sede en Zug. Keystone

El gigante helvético proveedor de materiales adquirió 51% de las acciones de la refinería colombiana por un total de 750 millones de francos suizos.

La ola privatizadora del presidente Álvaro Uribe es cuestionada. Sin embargo, al grupo suizo le permitirá consolidar su posición en América Latina.

La helvética Glencore Internacional AG, empresa proveedora de materias primas, metales y energéticos, es la nueva propietaria de la segunda refinería más importante de Colombia.

Lo anterior, luego de adquirir la semana pasada (28.08) el 51% de las acciones de la refinería de Cartagena por un total de 750 millones de francos suizos.

El objetivo: consolidar su presencia en América Latina.

El fallo a favor de Glencore por parte del gobierno colombiano sorprendió a los analistas y actores económicos, ya que la empresa sudamericana había fijado un “piso” (o precio mínimo) a los postores interesados en la subasta de 741 millones de francos.

La suiza, basada en Zug, ofertó apenas 9 millones de francos más y ganó el control mayoritario de la compañía dejando fuera de la batalla a la brasileña Petrobrás, quien parecía, a juicio de los principales actores del mercado energético, la ganadora natural.

Las privatizaciones de Uribe

En términos económicos, Colombia es uno de los mercados más atractivos de América Latina.

Tiene una ubicación estratégica en la región sur del continente, situada entre el Atlántico y el Pacífico, y haciendo frontera con Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador y Panamá.

Es además, la tercera economía más importante de la región después de México y Brasil. Álvaro Uribe, su presidente desde el 7 de agosto del 2002 hasta el mismo día del 2010, encabeza actualmente un segundo mandato –luego del voto de confianza que le refrendaron los colombianos en agosto pasado- es cuestionado por la agresiva ola privatizadora que tiene en marcha.

La política de Uribe no es sorpresiva y fue clara desde su campaña, pues dada su formación de abogado en la Universidad de Antoquia, con doctorados posteriores en Harvard y Oxford, es partidario del neoliberalismo y de la consecuente función de un Estado no propietario.

Las empresas deben ser administradas por el sector privado, dice, una política que también se ha vivido en países vecinos como México, Perú o Argentina en su momento.

En Colombia, la venta de una refinería de Ecopetrol se suma a otras enajenaciones totales o parciales que ha realizado durante los últimos años el gobierno de Uribe, tales como la de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Telecom) y la del banco Granahorrar.

Y quedan pendientes las ventas de la Empresa Colombiana de Gas, entre otras.

Pero Ecopetrol tiene una importancia capital porque toca uno de los puntos neurálgicos para más de un gobierno latinoamericano: la autosuficiencia petrolera.

Glencore, por el bajo perfilr

Glencore, por su parte, tiene un perfil muy particular y, sobre todo, discreto.

Fundada hace más de tres décadas, la compañía comenzó especializándose en el abastecimiento de materias primas a otras empresas.

Y aun cuando todos los gigantes empresariales, suizos o no, están expuestos siempre a los reflectores de la prensa, los especialistas económicos y la opinión pública, la helvética Glencore ha sabido escabullirse a todos ellos.

La mayor parte de los suizos no saben quién es Glencore y menos aún que está ubicada, como se citó previamente, en el cantón de Zug, aun cuando en talla le pisa los talones a Nestlé.

Entre sus principales fortalezas está el comercio minero y de energéticos y derivados de estos últimos.

Su trayectoria empresarial es rentable, pero ha sido cuestionada en más de una ocasión.

En el 2000, concretamente, atravesó tal vez el peor momento de su historia, cuando se le prohibió operar temporalmente en EEUU, Francia y Gran Bretaña, porque los citados gobiernos descubrieron que Glencore estaba comprando petróleo iraquí de forma ilegal.

Desde entonces está a la caza de toda oportunidad que le permita mejorar su posición y su rentabilidad futura.

La llegada a Ecopetrol

Para Glencore adquirir 51% de las acciones de una refinería de Ecopetrol significará duplicar su capacidad de refinación de crudo en Colombia, para llevarla a unos 140.000 barriles diarios.

A cambio, además del desembolso directo que hará al gobierno por 750 millones de francos suizos, habrá de realizar inversiones para actualizar la refinería ubicada en Cartagena por otros 1.000 millones de francos suizos mínimo, según previsiones del presidente de Ecopetrol, Isaac Yanovich.

La brasileña Petrobrás estaba abiertamente interesada y su oferta fue muy cercana a la helvética; sin embargo, las autoridades colombianas optaron por otorgarle la mayoría accionaria a Glencore por considerar más atractivo su proyecto de inversión.

De acuerdo con los planes, la nueva alianza Ecopetrol-Glencore edificará la sociedad este año y comenzará a operar en 2007.

Sin embargo, la férula política colombiana no está del todo de acuerdo con la gestión.

Concretamente, la oposición encabezada por el Polo Democrático Alternativo, afirma que las privatizaciones de Uribe son acomodaticias, favorecen a sus amigos y debilitan al país.

El debate en este sentido se agudizó desde abril del 2006, cuando Colombia vendió Telecom. (51% de los títulos) a la Telefónica de España; y seis meses antes, había enajenado 98,7% del banco Granahorrar al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) también de origen español.

Ecopetrol, en particular, es considerada por muchos como “la gallina de los huevos de oro”, razón por la que no están de acuerdo con la venta hecha.

Glencore en América Latina

Glencore incursionó en Colombia a través de otra vía, no de la refinería recién adquirida.

Conoce este mercado desde hace aproximadamente cinco años, cuando inició relaciones e invirtió capital en la mina de carbón llamada La Jagua, ubicada en el Departamento del César, que es una de las mineras carboníferas más importantes y prolíficas de América Latina.

De hecho, tiene reservas por 130 millones de toneladas de carbón y su producción anual supera los 2,5 millones de toneladas.

Y en el resto de la región latinoamericana, la suiza Glencore tiene presencia en países como Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil, Uruguay, Argentina y Chile.

swissinfo/Andrea Ornelas

La suiza Glencore fue fundada en 1974 por un multimillonario de origen belga llamado Marc Rich. La compañía se especializa en la explotación y venta de minerales, metales, petróleo, carbón y productos para la actividad agrícola.

La sede internacional de Glencore está en Baar, cantón de Zug.

Colombia es la tercera economía más importante de Latinoamérica y su desempeño ha sido favorable durante los últimos 40 años, salvo en 1999 cuando reportó recesión y rompió su récord de evolución sostenida.

Los dos principales productos de la economía colombiana son el café y el petróleo.

Glencore opera en 50 países y tiene 50.000 empleados.

Los activos de Glencore ascienden a US$ 23.500 millones

La compañía suiza posee 11 minas en Australia, 14 en Sudáfrica y ahora incursiona en la refinería en Colombia.

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