Un punto de control en las cercanías de la refinería de Ras Lanuf.
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Iman al-Mugharavi, eminente intelectual islámica, se dirige a una muchedumbre, en su mayoría de hombres, tras la oración del viernes, frente al tribunal de Benghazi.
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Desde la calle, Ahmed Bushnaf contempla su casa en Syrte, una de las primeras ciudades en resistir a las fuerzas insurgentes.
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La mayor prisión de Misrata alberga a 860 prisioneros de guerra, capturados en su mayoría en los bastiones de Muammar Gaddafi.
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Tawergha, una ciudad pro Gaddafi, participó en el violento asalto a Misrata, controlada por los rebeldes. La reconciliación entre los habitantes de las dos ciudades es uno de los muchos desafíos para Libia.
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Estudiantes de Darnah se reúnen en el patio de la escuela antes de las clases.
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La calle «Trípoli» de Misrata.
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En el graffiti pintado sobre el muro de una casa de Syrte se lee: « Alí se vengó. Hasta pronto ».
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Inmueble destruido con tiros de artillería.
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Familiares de libios muertos de manera accidental por los tiros aéreos de la OTAN en junio de 2011 se manifiestan ante la oficina del primer ministro interino en Trípoli.
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En la emisora radial Sur Libyan Youth FM, Hanan al-Magwb, de 30 años, anima un programa político.
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En la hora crepuscular, Mohamed ora desde el techo de una casa en la destruida ciudad de Syrte.
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Haroun Milad, 12 años, y su hermano Moussa, 14, exploran las ruinas de Bab al-Aziziya, complejo residencial, otrora inaccesible, del coronel Gaddafi en Trípolo.
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Visitantes frente al nuevo museo de Misrata.
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Reem, una refugiada siria de Homs, contempla las apacibles aguas del Mediterráneo.
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A casi nueve meses del final de la guerra civil, los ciudadanos libios acuden a las urnas este 7 de julio para pronunciarse en elecciones nacionales, las primeras en 40 años. La población intenta recuperar una existencia normal aun cuando la pacificación dista todavía.
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Mientras que el gobierno de transición es considerado un fracaso, los ciudadanos ordinarios se ayudan para reconstruir el país. Construyen museos para mantener la memoria histórica. Las escuelas reabren poco a poco sus puertas. Centenares de antiguos rebeldes se entrenan para unirse al ejército nacional. Las palabras turismo y negocios están cada vez más presentes en las conversaciones. Pese a todos los desafíos, los libios quieren un futuro mejor. (Todas las imágenes: Yuri Kozyrev / NOOR for Time)
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En Libia, las legislativas cuesta arriba
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En Trípoli, como en otras ciudades libias, los secuestros se han multiplicado desde que cayó el régimen de Muammar Gaddafi durante el otoño pasado. Son actos que corren a cargo de milicias armadas compuestas sobre todo por mercenarios. ¿Cómo poner fin a esta exacción? Esta es la pregunta que se hacen muchos ciudadanos libios inquietos…
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