Inicia la reforma del secreto bancario suizo
Este martes (28.04), la Unión Europea lanzó un dardo directo a Berna: "No queremos guerra con Suiza, pero sí transparencia fiscal". Bruselas confirmó así que quiere negociar como bloque, y no estado por estado, un acuerdo bilateral contra el fraude tributario.
Simultáneamente, Suiza da banderazo a la negociación de un convenio para evitar la doble tributación con EEUU, un documento que respetará los principios de la OCDE.
El secreto bancario suizo inició una profunda metamorfosis el pasado 13 de marzo, cuando el gobierno helvético anunció –tras resistir varias semanas de presiones políticas internacionales- que flexibilizaría su secreto bancario para adecuarlo a los principios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
De lo contrario –lo sabía extraoficialmente por fuentes de primer nivel- Suiza sería incluida en una ‘lista negra’ de paraísos fiscales y estados no colaboradores en materia de intercambio de información fiscal que se daría a conocer en Londres el 2 de abril durante la celebración de la Cumbre del G-20.
Lo inimaginable había sucedido: Suiza estaba dispuesta a anular el secreto bancario en casos de evasión, y no sólo en aquellos de fraude fiscal o presunción de blanqueo de dinero como hasta entonces.
Sin embargo, su disposición no rindió los frutos esperados.
Suiza fue incluida de todas maneras en una ‘lista gris’, en el apartado de países comprometidos con la transparencia fiscal, pero sin hechos concretos. Y sumarse a la ‘lista blanca’ -en la que se encuentran países como EEUU, Francia, Alemania o Italia- le exige renegociar 12 convenios para evitar la doble tributación (CDI) para ajustarlos a las reglas de la OCDE.
Y esta semana ha sido clave en este proceso.
UE, mensaje claro
La Comisión Europea (CE) confirmó ayer (28.04), mediante la presentación de un documento llamado ‘Fiscalidad y buena gobernanza tributaria’, su interés por renegociar un acuerdo anti-fraude con Suiza pero como bloque, no de forma bilateral estado por estado.
«El Consejo de la UE debe poner en marcha una política coherente y coordinada con países terceros que están en proceso de modificar sus prácticas fiscales, y es relevante que esto suceda a partir de una posición común», cita el documento.
Con ello, afirma la CE, se evitarían largas renegociaciones bilaterales.
Cabe mencionar que Suiza y la UE ya tienen un acuerdo contra fraude suscrito en 2004, pero que no incluye el intercambio automático de información fiscal entre Berna y Bruselas, que es lo que busca ahora la CE.
Por ello, el próximo martes 5 de mayo, durante la celebración del Consejo de Economía y Finanzas (Ecofin), que aglutina a los ministros respectivos de los 27 miembros de la UE, la Comisión Europea solicitará que autoricen un mandato para negociar intereses fiscales frente a Suiza de forma conjunta.
Un planteamiento que será una nueva fuente de fricciones entre Suiza y sus vecinos comunitarios.
Dardo rumbo a Suiza
En conferencia de prensa, Laszlo Kóvacs, comisario europeo para Asuntos Fiscales, afirmó el martes que «la UE no quiere una guerra con Suiza». Agregó que Europa considera a los suizos sus amigos, pero que requiere una transparencia tributaria absoluta en el futuro.
Y una negociación multilateral es, a juicio de la CE, el camino más seguro y práctico para alcanzar el objetivo de hacer transparente el intercambio de información fiscal y bancaria entre gobiernos.
Suiza observa el tema con una óptica muy diferente.
Su presidente, Hans-Rudolf Merz, ha reiterado a lo largo de abril que cada convenio fiscal con los países de la UE es diferente y requiere, en consecuencia, negociaciones diferenciadas.
Y dado que ya existe el acuerdo anti-fraude entre Berna y Bruselas suscrito en 2004, no es necesario regresar a él.
El Ministerio de Finanzas ha declinado realizar comentarios sobre las palabras de Kóvacs y también sobre el documento de la CE, pero confirma que siguen vigentes las declaraciones de la ministra de Asuntos Exteriores, Micheline Calmy-Rey, quien el pasado fin de semana dijo en Berna:
«No había razón alguna para renegociar un acuerdo contra el fraude que ya está en marcha. Y no tengo claro que todos los miembros de la UE estén dispuestos a abandonar sus competencias en materia fiscal para entregárselas a Bruselas».
Washington, en casa
Mientras Berna y Bruselas escriben un nuevo capítulo en su relación fiscal, Suiza inició este martes la negociación de un nuevo convenio para evitar la doble tributación (CDI) con Estados Unidos.
Los trabajos técnicos, que se realizarán en Berna, permitirán llegar a un borrador preliminar el viernes. El Ministerio de Finanzas ha sido hermético en la materia, no se darán avances que puedan entorpecer el proceso en marcha, pero ha confirmado que la delegación negociadora suiza está encabezada por Jürg Giraudi, jefe de la División de Asuntos Internacionales de la Administración Federal de Contribuciones (AFC).
Los negociadores estadounidenses también se han mantenido discretos.
Y Suiza tiene claro que, aunque todo nuevo acuerdo respete el artículo 26 del modelo de convención tributaria de la OCDE (ver CONTEXTO), no aceptará el intercambio automático de información fiscal de los contribuyentes, sino peticiones individuales y fundamentadas legalmente.
Una posición que no queda claro aún que será la ganadora.
swissinfo, Andrea Ornelas
El presidente suizo, Hans-Rudof Merz, dirigió ayer (28.04) una misiva al secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, en la que Berna exige igualdad y transparencia para todos los miembros de la OCDE en la adopción de las normas de este organismo en materia de intercambio de información fiscal.
En un tono fuerte y crítico, Merz confirma que no fue consultado antes de que la OCDE publicara en Londres la lista de países no colaboradores y aquella otra de países comprometidos a hacer transparente el intercambio de información fiscal, pero sin hechos concretos aún.
Afirma que hay muchos puntos oscuros aún, como cuál será exactamente el rol que jugará la OCDE en el control de los avances de los países que se abran en materia fiscal, y lanza una serie de preguntas como cuáles serán los criterios cuantitativos y cualitativos para evaluar los avances, o cómo se medirá la calidad y oportunidad con la que la información sea intercambiada.
Cuestiona por qué se ha optado por un mecanismo de sanciones para quien no cumpla con los criterios de intercambio de información de la OCDE y cómo se aplicarán las citadas sanciones.
En resumen, refiere Merz, «pido claridad, respuestas y que se nos consulte a todos los miembros de la OCDE ante cualquier futura acción que realice la Organización en materia fiscal».
Las repuestas están en el aire.
El artículo 26 del Modelo de Convención Impositiva de la OCDE afirma que los gobiernos deben compartir información bancaria y fiscal con otros estados en aras de evitar la evasión, fraude fiscal y el blanqueo de dinero.
Suiza se mantuvo al margen de este compromiso –pese a ser miembro de la OCDE- porque su secreto bancario le impedía revelar información confidencial de sus clientes en caso de evasión fiscal (no así en los supuestos de fraude fiscal y blanqueo de capitales).
Suiza, Liechtenstein, San Marino, Mónaco y Andorra conforman la lista de países con los que la Comisión Europea tiene interés de negociar nuevos acuerdos contra el fraude fiscal para lograr un intercambio automático de información sobre sus contribuyentes. Una posición que rechaza Berna.
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