Taiwan: un caso embarazoso para Suiza

La Oficina de la Asamblea General de la ONU analizará este miércoles el caso del único territorio del mundo excluido de las Naciones Unidas.
Para evitar molestias, en particular de Pekín, es probable que Suiza guarde silencio.
Como cada año desde hace 11, la Oficina de la Asamblea General de la ONU debe debatir este miércoles con relación a la propuesta de una quincena de Estados que piden que el caso de Taiwan -uno de los más delicados de la diplomacia contemporánea- sea inscrito en el orden del día de la presente sesión de la Asamblea.
Ahora que es miembro de las Naciones Unidas, Suiza puede dar su opinión, pero no parece tener intenciones de hacerlo.
El asunto es embarazoso y la menor frase con sólo un poco de comprensión ante la situación grotesca de Taiwan, podría valerle la cólera de Pekín.
El asunto es todavía más sensible si se toma en cuenta que la Confederación negocia actualmente un acuerdo con China que podría favorecer la visita a Suiza de turistas de ese país. Una perspectiva interesante para la economía suiza.
Victoria para Pekín
Es cierto que las discusiones de este miércoles serán una mera formalidad. Todos los miembros de la ONU pueden participar en el debate (80 oradores el año pasado), pero al final, son los 21 miembros de la Oficina los que deciden, y con seguridad dirán no.
De cualquier forma, la gran mayoría de los Estados apoyan la tesis de Pekín en el sentido de que los 23 millones de taiwaneses -sobre los cuales China no ejerce ningún control-, forman parte integral de China.
Aun cuando a veces tenga aspectos surrealistas, como lo demuestra la actitud adoptada estos últimos años por Suiza, el caso de Taiwan es una realidad.
Un fantasma…
A primera vista no hay problema: para Berna, Taiwan .. no existe. Suiza puede jactarse de haber sido coherente.
Fue uno de los primeros países del mundo en reconocer a la República Popular de China y no concedió jamás al Estado creado por los nacionalistas chinos en 1949 sobre la isla de Formosa -ahora Taiwan- ninguna legitimidad.
El quid es que Taiwan existe. Desde hace 20 años es inclusive uno de los raros Estados verdaderamente democráticos de la región.
Es también una potencia industrial comercial, un pequeño genio de la informática y un comprador consentido de los productos suizos (más de mil millones de francos suizos en el 2002). Sin contar los … 70.000 turistas taiwaneses que visitan Suiza cada año.
Suiza sigue sin embargo muy estricta, y si bien tolera que Taiwan haya abierto en Berna una representación oficial, exige que esta representación permanezca discreta y mantenga el nombre exótico de ‘Delegación cultural y económica de Taipei’.
Algunos amigos
Pero Taiwan, para disgusto de Pekín, tiene en Suiza algunos aliados.
El año pasado, por ejemplo, la Comisión de Asuntos Exteriores del Consejo de Estados (Cámara alta), luego de escuchar al representante de Taipei en Berna, pidió al Ministerio Federal de Asuntos Exteriores que el caso de Taiwan fuera abordado con más audacia.
Muy discretamente, un ‘grupo parlamentario de Taiwan’ fue creado hace algún tiempo. Incluye a unos sesenta diputados federales, entre los cuales se encuentran nombres de prestigio como el de Jean Studter -legislador de Neuchâtel y ex candidato socialista al gobierno federal-, quien preside el grupo.
swissinfo, Michel Walter
(Traducción Marcela Águila Rubín)
Taiwan, ex Formosa, estuvo bajo dominación japonesa desde 1895.
En 1945 China recuperó su control.
En 1949, unos dos millones de nacionalistas establecieron un régimen democrático.

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