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Campaña contra importación de fresas baratas

Desafío a las estaciones: fresas en un invernadero en España. Reuters

Las enormes cajas de jugosas fresas importadas de España a precios reducidos y puestas a la venta en los supermercados suizos han ocupado los titulares de la prensa en los últimos días.

Los organizadores de una campaña contra esas compras aducen que no es temporada de fresas y llaman la atención sobre el impacto social y ambiental de tales importaciones.

El Senado suizo estudiará cinco propuestas cantonales que piden la prohibición de importaciones calificadas de inaceptables.

Tras su bajo precio, las frutas y hortalizas importadas del sur de Europa ocultan otros costos, argumentan la Plataforma para la Agricultura Social Sostenible y una coalición de parlamentarios que, unidos, lanzaron la semana pasada (13.04) una campaña de protesta frente a supermercados de ocho ciudades helvéticas de habla francesa.

Enormes granjas industriales en lugares como Almería, El Ejido y Huelva en el sur de España o Rosarno, en el sur de Italia, emplean a inmigrantes ilegales, principalmente de África o Europa del Este en condiciones “inaceptables”, afirman los activistas.

Laboran jornadas de hasta 14 horas a cambio de salarios exiguos (unos 20 euros – 29 francos por día) y se alojan en viviendas inadecuadas.

Los riegos por bombeo excesivo y uso intensivo de fertilizantes y pesticidas también tienen un “catastrófico” impacto ambiental, agrega la plataforma.

“La agricultura está sujeta al mercado global que tiende a ir a donde las condiciones son más baratas, en detrimento de la visión a largo plazo de la agricultura local”, dijo Philippe Sauvin, secretario de la organización, a swissinfo.ch.

Sauvin agregó que aunque los sueldos de los agricultores suizos son altos para Europa, resultan bajos en comparación con el promedio en Suiza. Señaló que este tipo de importaciones baratas ponen a los agricultores suizos bajo presión e impulsa los sueldos a la baja.

“Tenemos que preguntarnos qué tipo de agricultura queremos realmente y a qué precio”, subrayó. “Los consumidores tienen que marcar la pauta”.

Bombardeo publicitario

Enfundados en disfraces de fresas, zanahorias y tomates, los activistas se instalaron fuera de los supermercados de Migros y Coop y exhortaron a los clientes a comprar frutas y verduras de temporada y de producción local.

Aline Clerc, especialista en agricultura y alimentos de la Asociación de Consumidores de la Suiza de expresión francesa, manifestó su sentimiento de que para los compradores resulta difícil pasar por alto los fuertes descuentos que ofrecen los supermercados en frutas importadas, como las fresas.

“El consumidor es bombardeado con la publicidad de estos productos más baratos, mientras que las frutas y verduras de temporada no son destacadas”, dijo, y añadió que los compradores parecen haber “perdido el sentido” de las estaciones.

Sobre el tema, parece haber un cierto grado de conciencia entre los compradores jóvenes, como Kevin Marquis (16 años), de Ginebra.

“En la escuela, en una clase de geografía, vimos un programa sobre las fresas producidas en invernaderos en España y en el norte de África, así que trato de tener cuidado”, dijo al diario ‘Tribune de Genève’.

Pero la gran mayoría de los consumidores no conocen la situación y sólo responden a las ofertas, puntualizó Sauvin.

¿Problema resuelto?

La campaña tiene lugar al tiempo que la Comisión Económica del Senado se prepara para examinar cinco propuestas de Parlamentos cantonales de la Suiza occidental (Ginebra, Vaud, Friburgo, Neuchâtel y Jura) que piden la prohibición de importaciones consideradas inaceptables o, al menos, que tales productos alimenticios comprados en el exterior, sean correctamente etiquetados.

Pero las mayores cadenas de supermercados suizas Migros y Coop consideran que este tipo de iniciativas no tienen mucho sentido y que el problema está siendo resuelto.

Rechazan los argumentos de la campaña y aseguran que sus productores y proveedores de lugares como el sur de Europa tienen que cumplir normas muy estrictas que regulan las condiciones de producción sociales y medioambientales, en particular, el GlobalGap, GRASP y etiquetas BSCI.

Pero Sauvin señala que el sistema privado de etiquetado es puramente cosmético y pretende diluir el problema y debilitar las normas que deben ser inscritas en las leyes nacionales y en los convenios internacionales controlados por los estados.

Benno Huber, un productor de fresas del cantón del Valais, dijo que la gente no debe ser demasiado dura con respecto a los supermercados, que operan en nombre de los productores locales.

“Cuando nuestras fresas aparecen en el mercado, las grandes cadenas reducen sus importaciones para vender nuestros productos, al menos en en Valais”, dijo al diario ‘Le Nouvelliste’.

El problema es a escala internacional, puntualizó, donde la globalización impone una competencia frenética entre los productores y rompe las fronteras sin tener en cuenta los costes sociales.

“El día que Suiza se una a Europa se puede decir adiós a la agricultura suiza, en particular a los productos especializados”, agregó.

Simon Bradley, swissinfo.ch
(Traducción: Marcela Águila Rubín)

El subdelegado del Gobierno de España en Huelva, Manuel Bago, garantizó el pasado 14 de abril que hay una “estrategia política” por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores de España para “contrarrestar” las campañas “difamatorias” realizadas sobre el sector fresero de la provincia española.

El Partido Popular quiere que el Gobierno de España apoye al sector de la fresa de Huelva, al considerar que éste se enfrenta a un “grave problema” como son los “ataques sistemáticos e indiscriminados” desde países como Francia o Suiza.

La consejera de Agricultura del Gobierno de Andalucía, Clara Aguilera, se dirigió por escrito a los ministros de Medio Ambiente y Exteriores para que trasladen a la Comisión Europea su “queja y repulsa” ante los “ataques indiscriminados” de los que ha vuelto a ser objeto la producción de fresa.

Además, Aguilera ha enviado una carta al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, para que frene la campaña.

Tres millones y medio de kilos de fresas se recogen a diario en la provincia de Huelva.

Según la Oficina Federal de Aduanas, Suiza importó más de 13.000 toneladas de fresas del año pasado – una cantidad sin precedentes.

Durante los nueve años previos, la cifra anual osciló entre 10 y 12.000 toneladas.

Desde 2008 más de la mitad de las fresas importadas procede de España.

En 2009 más de 7.000 toneladas de fresas españolas fueron vendidas en Suiza. Antes, la mayoría venía de Italia.

Las fresas suizas suelen aparecer a finales de mayo.

De acuerdo con la Unión Suiza de Frutas, 5.400 toneladas fueron cosechadas en 2008.

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