El mundo del cuerpo o ¿una historia de cadáveres?

Nunca antes una exhibición había conmovido tanto al público ni transformado la visión sobre el cuerpo humano como la que ha concebido el doctor alemán Gunther von Hagens y que presenta el área Puls 5 de Zúrich.
A partir de la presentación científica y estética de cuerpos de personas muertas, cuya anatomía ha sido sometida a una compleja preparación, la muestra es un recorrido insólito por el ciclo de la vida.
La muestra da a conocer de forma detallada y única el proceso de deterioración física que sufre el individuo en el transcurso de los años, al lado de una seria reflexión sobre el envejecimiento visto como un fenómeno natural que comienza con el crecimiento de la persona, su madurez, su apoteosis y su declinación.
«He querido mostrar quiénes somos, cómo pensamos y sentimos, cómo venimos al mundo, cómo envejecemos y al final morimos», explica von Hagens sobre los propósitos de su labor como anatomista.
La verdad vista de frente
Quizás lo que más intriga y sorprende en esta presentación es confrontarse directamente con la anatomía de seres humanos reales y concretos expuesta en un amplio espacio público.
Más de 200 especímenes incluyendo cuerpos enteros, órganos aislados, configuraciones de órganos y cortes de cuerpos transparentes constituyen el inmenso trabajo que el doctor Gunther von Hagens ha creado para esta ocasión, junto con la doctora Angelina Whalley, responsable de la concepción y realización de las numerosas exposiciones que se han hecho sobre este tema en varias partes del mundo.
Los especímenes anatómicos pertenecen a hombres y mujeres que antes de morir decidieron por propia voluntad donar su cuerpo para ser utilizado con fines científicos y pedagógicos, sirviendo a su vez de modelos en el marco de las exhibiciones que el médico alemán propone.
Hay que decir que la identidad de los donadores, su edad y las causas de su deceso no son reveladas en ningún momento y bajo ninguna circunstancia.
¿Un Leonardo da Vinci moderno?
Nacido en 1945 en la provincia de Poznan (Polonia), que formaba parte de Alemania, Gunther von Hagens estudia medicina en la Universidad de Lübeck y, más adelante, se hace médico residente y conferenciante en el Instituto de Patología y Anatomía de la Universidad de Heidelberg.
En 1977 inventa la llamada plastinación. Se trata de un método revolucionario en la historia de la medicina que no ha dejado de desarrollarse y que permite conservar
indefinidamente cuerpos compactos, sólidos e inodoros para fines didácticos y
científicos.
La técnica de la plastinación lanzada por el célebre profesor de Heidelberg consiste en disecar los cadáveres por medio de una inyección de formol aplicada en las arterias para frenar su descomposición. Luego, se extraen las grasas solubles y los líquidos corporales reemplazándolos enseguida por resinas reactivas, como por ejemplo el caucho de silicones o el poliéster.
Posteriormente, los especímenes son colocados con poses de la vida diaria o ejecutando movimientos que dejan ver el extraordinario mecanismo que hace el esqueleto, la musculatura, las vértebras o las articulaciones cuando el cuerpo se desplaza.
Una vez que los especímenes han adquirido la pose deseada se les endurece o solidifica bajo el efecto del gas, de la luz o del calor, dando por resultado modelos estables y permanentes a manera de esculturas. Aquí surge la pregunta, ¿los plastinados se convierten entonces en obras de arte?
En efecto, el valor estético que guardan varios de estos modelos es excepcional como el caso del lanzador de bala, el timonero, el saxofonista, el gimnasta o el jugador de jockey que aparecen en la muestra. Incluso se presentan un gorila, un caballo y una cabra plastinados.
Conocerse a sí mismo
Gracias al método de la plastinación, la estructura completa de la anatomía humana es accesible a todos aquellos que no forman parte del mundo de la medicina. De ahí el gran interés pedagógico que despierta esta exhibición no en vano llamada ‘El mundo del cuerpo y el ciclo de la vida’.
Según sus creadores, el objetivo que se persigue exponiendo los plastinados es tomar conciencia de lo que representa el propio ser físico y la forma de preservarlo y mantenerlo en buena salud para alcanzar una calidad de vida más digna. Sobre todo, hoy en día en que los sistemas de salud pública no son capaces de asegurar una asistencia completa y satisfactoria.
Superar el tabú de la muerte
A pesar de las virulentas críticas, ataques y oposiciones que desde el inicio han levantado sus investigaciones, Gunther von Hagens persiste en su empeño por informar y descubrir al público el interior físico del hombre.
Con estos estudios se trata, en cierto modo, de superar el tabú de la muerte proponiendo al mismo tiempo una nueva concepción de lo que puede ser la existencia. Un intento más de responder al misterio de la vida humana.
La muestra ‘Mundos del Cuerpo’ en el área Puls 5 de Zúrich cerrará sus puertas el 28 de febrero de 2010.
Araceli Rico, Zúrich, swissinfo.ch
Desde 1995, fecha de la primera exhibición de ‘El Mundo del cuerpo’ presentada en Japón, más de 28 millones de personas, en más de 50 ciudades diferentes de Asia, Europa y Norteamérica, han visitado esta muestra que descubre el cuerpo humano bajo una forma inusitada.
En Suiza, la exposición sobre los cuerpos plastinados se vio una sola vez: en Basilea, en 1999, con una afluencia de 600.000 visitantes.
La técnica de la plastinación descubierta por el doctor alemán Gunther von Hagens requiere de 1.500 horas de trabajo para lograr crear un cuerpo entero plastinado y poder presentarlo al público.
El plastinado más grande del mundo que existe actualmente es el de una jirafa de 5,8 metros de altura.

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