Larga trayectoria federalista

El carácter multicultural no es una exclusividad de Suiza. Keystone

Las alianzas entre cantones han marcado la historia de Suiza, desde su fundación en 1291 hasta la promulgación de la primera Constitución de 1848.

Como indica su denominación oficial, Confederación Helvética es un país federalista por excelencia.

Los orígenes federalistas de Suiza se remontan al año 1291, cuando los cantones de Uri, Schwyz y Unterwalden firmaron un pacto para defender su independencia contra los Habsburgo.

El Estado federal moderno, consagrado con la primera Constitución de 1848 (todavía en vigor tras varias enmiendas), fue creado para garantizar la soberanía de los cantones y la cohesión de las diferentes culturas.

Hasta hoy los cantones, que delegan una parcela de poder al Estado federal, sobre todo, en los ámbitos de la defensa y de la política exterior, se sienten orgullosos de su soberanía y lo manifiestan, por ejemplo, en denominaciones como la República y Cantón de Ginebra… de Neuchâtel, etc.

Mentalidad federalista

La creación del Estado federal y de un banco central llevó a la adopción de una moneda única: el franco suizo.

El federalismo no está presente únicamente en las instituciones políticas, sino también en la mentalidad y el espíritu de la población: el carácter local y cantonal prima sobre el federal.

Cuanto más lejos la instancia de poder, el suizo más desconfía de las decisiones adoptadas y a menudo expresa esa reticencia hacia el Gobierno federal en las urnas: votando contra las propuestas formuladas en Berna, capital federal.

El federalismo suizo no está exento de inconvenientes, pero es indiscutible que ha consagrado la convivencia pacífica entre pueblos muy diferentes, con cuatro lenguas y cuatro culturas, en el Estado moderno.

swissinfo