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EFTA, ábrete sésamo del comercio suizo, cumple 50 años

EFTA Unterzeichnung Keystone

Integrada por Suiza, Islandia, Liechtenstein y Noruega, la Asociación Europea de Libre Comercio tiene en marcha una veintena de acuerdos comerciales con terceros países.

Para Suiza representa la apertura a nuevos mercados comerciales. En 2010, Asia será la prioridad helvética. una región cuyo mercado promete una interesante expansión para las exportaciones helvéticas.

La Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA por sus siglas en inglés) cumple medio siglo esta semana (04.01) y Suiza es uno de sus miembros fundadores.

De los 10 países que la integraron en el pasado -Suiza, Gran Bretaña, Austria, Dinamarca, Noruega, Portugal, Suecia, Liechtenstein, Islandia y Finlandia-, sólo quedan cuatro.

El resto decidió engrosar las filas de la Unión Europea (UE).
Sin embargo, en 50 años de vida, EFTA tiene buenas cuentas por presentar: 20 tratados de libre comercio (TLC) en marcha y 10 más en ciernes.

Y aunque el pasado que ha escrito es exitoso, su futuro resulta incierto. Islandia tiene planes de abandonar EFTA para adherirse a la UE, y no queda clara la eficacia y el poder de negociación de una Asociación Europea de Libre Comercio de sólo tres miembros.

EFTA, alternativa a la UE

En un mundo de economías abiertas y globalización, detenerse es salir del juego y morir.

Suiza tiene claro desde hace décadas que su presente y futuro no tienen lugar en el seno de la Unión Europea (UE). En 1992, los helvéticos rechazaron -vía referéndum- la alternativa de adherirse al Espacio Económico Europeo (EEE), una decisión que colocó al gobierno suizo en una situación incómoda y que mereció en su momento la calificación de “jornada negra” por parte del Ministro de Finanzas, Jean-Pascal Delamuraz.

En 2001, los suizos refrendaron su opinión. La población volvió a votar en contra de la posibilidad de sumarse a la UE, pese a lo cual, la expansión comercial siguió su curso.

Según cifras de EFTA, el volumen del comercio exterior de este bloque pasó de 250.300 millones de francos suizos en 1999 a 650.000 millones de francos suizos en 2009.

Es decir, casi se triplicó su volumen durante la última década, producto de los acuerdos de libre comercio que hoy operan con países como Canadá, Chile, México, Singapur o Israel.
Y el balance de EFTA es particularmente positivo, ya que vende más al mundo de lo que le compra.

Puesto en cifras, en 2009 importó bienes a otros países por 250.000 millones de francos mientras exportó el equivalente a 400.000 millones de francos. Un buen negocio para los cuatro miembros de la asociación.

Rumbo al Lejano Oriente

En 2010, Suiza tiene la mira comercial puesta en Asia, tanto en el plano individual como vía EFTA.

Doris Leuthard, Ministra de Economía y Presidenta de la Confederación Helvética, confirmó (04.01) que China, el gigante emergente asiático, será su principal interés.

Leuthard visitó Pekín en julio pasado, en noviembre se presentó un estudio de viabilidad sobre un posible acuerdo, y esta año la ministra tiene prevista una nueva gira de trabajo en China.

Como miembro de EFTA, Suiza inicia este mes de enero negociaciones con Hong Kong y acercamientos con Malasia para un TLC. E Indonesia es otro mercado que interesa al bloque, razón por lo que los acercamientos se intensificarán durante los próximos meses.

A juicio de Leuthard, no es momento de bajar la guardia. “Uno de cada dos francos suizos de la riqueza que genera Suiza vienen del extranjero, el comercio es pues vital para el presente y futuro del país”, refirió ante periodistas.

Futuro incierto…

Islandia fue uno de los países europeos más afectados por la crisis de los subprime entre 2008 y 2009. Su moneda –la corona islandesa- se devaluó 50% en 2008 y la banca se colapsó.

La liberalización financiera de los años 90 llevó a las instituciones de crédito a confiar y endeudarse de más, una situación que se tornó inmanejable al estallar la crisis.

El tema inquieta a algunos actores económicos suizos.
En febrero pasado, el Dominique de Buman, vicepresidente del Partido Demócrata Cristiano (PDC), solicitó al gobierno suizo evaluar el impacto de la salida de Islandia de EFTA.

En el verano, el Consejo Federal respondió que reconocían en “EFTA un instrumento de integración económica útil para Suiza”, pero no se aventuró a adelantar el efecto que podría tener una asociación de sólo tres miembros.

Se comprometió, no obstante, a seguir de cerca el tema. Pronto deberá realizarse un pronunciamiento formal, ya que la Comisión Europea (CE) realiza actualmente un estudio sobre el sistema económico, jurídico y político de Islandia, lo que podría permitir que sea parte de la UE antes del 2012.

¿Calidad derrota a cantidad?

Con motivo de los 50 años de EFTA, Jean Daniel-Gerber, jefe de la Secretaría de Estado de Economía de Suiza, realizó un balance.

Desde su perspectiva, Suiza tiene más peso negociador cuando trabaja en bloque con EFTA, razón por la que debe deseársele, dijo, “larga vida a la asociación”.

Y en su opinión personal, si Islandia se va, el grupo debe continuar.
No debe perderse de vista, citó Gerber, que EFTA ha sido capaz de cerrar acuerdos comerciales con Japón, Canadá y Corea del Sur, cuando la UE no lo ha hecho aún. EFTA tiene una estructura muy flexible y dinámica, y eso es de un gran valor. Si Noruega también partiera, entonces quizás el futuro de la organización estaría comprometido.
Y aún así, puntualizó, podrían abrirse las puertas de EFTA a la llegada de algunas economías de Europa. Siempre hay alternativas de futuro.

Andrea Ornelas, swissinfo.ch

EFTA tiene tratados de libre comercio (TLC) en marcha con:
Albania, Canadá, Chile, Colombia, Croacia, Egipto, Consejo de Cooperación del Golfo, Israel, Jordania, Corea del Sur, Líbano, Macedonia, México, Marruecos, Serbia, Singapur, Sudáfrica, Túnez y Turquía, entre otros.

EFTA firmó sus más recientes TLC con Albania y Serbia (diciembre del 2009) y este mes de enero firmará la versión final de un acuerdo con Perú que negocia desde hace tres años.

Los países de EFTA suman menos de 13 millones de habitantes conjuntamente, pero poseen el poder adquisitivo más alto del planeta, con una media de 55.000 dólares por habitante.

Producto de la firma de la Convención de Estocolmo, la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA por sus siglas en inglés) fue fundada el 4 de enero de 1960 como una estructura promotora de economías estables, entre sus miembros, y de mayor expansión comercial.

Sus miembros originales fueron Suiza, Gran Bretaña, Austria, Dinamarca, Noruega, Portugal y Suecia.

EFTA intentaba, simultáneamente, hacer contrapeso a una Comunidad Económica Europea que ganaba poder económico y político para Francia, Italia, Alemania y Benelux.

En las tres décadas posteriores, se sumaron también a EFTA Liechtenstein, Finlandia e Islandia, pero salieron de la organización la mayoría de los miembros fundadores para sumarse a la Unión Europea.

Actualmente EFTA está integrada por cuatro países. Dos alpinos, Suiza y Liechtenstein, y dos nórdicos, Noruega e Islandia.

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