Convenio marco para el control del tabaco

Esta semana la industria del tabaco se enfrenta con los opositores al cigarrillo en la primera reunión de elaboración del convenio marco para la lucha antitabaco, auspiciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Suiza apoya la tarea.
Suiza, que forma parte de los 191 Estados miembros de esta agencia de Naciones Unidas, apoya las negociaciones en favor de la redacción de este instrumento, único en su género.
En nombre de la delegación helvética en el encuentro, el director de asuntos internacionales de la Oficina Federal de Salud Pública, Reto A. Dürler, expresó a swissinfo que el Consejo Federal sostiene este esfuerzo de la comunidad internacional.
Las negociaciones que se iniciaron este lunes, en Ginebra, se anuncian difíciles. Y esto en función de que las posiciones se encuentran nítidamente definidas por parte de los dos principales participantes.
Por un lado, están la OMS y numerosas entidades estatales que trabajan en la salud pública, institutos universitarios y comunidades locales; quienes pugnan por una regulación mucho más estricta de los procesos ligados a la fabricación, comercialización, consumo y consecuencias sanitarias del tabaco.
En el otro lado de la mesa se encuentran las fuertes empresas transnacionales de este sector, encabezadas por Phillip Morris, Malboro y otras; quienes, argumentando problemas financieros y consecuencias sociales – como la pérdida de plazas de trabajo -, van a oponerse a reglamentaciones estrictas que consideran perjudiciales para sus operaciones.
La batalla se presenta entre dos grandes grupos que no están dispuestos a ceder ni un ápice en sus aspiraciones.
Diez millones de muertes por año
En estos momentos, el 80 por ciento de los fumadores viven en los países del sur. Y, si no se toman las medidas preventivas necesarias, en el año 2030 morirían cerca de 10 millones de personas cada año, debido a enfermedades derivadas al consumo del tabaco. 7 millones de estas víctimas se encontrarían en los países en desarrollo.
Por lo tanto, la OMS juzga que es necesario hacer algo para evitar esta especie de «genocidio» silencioso. Y propone precisamente la elaboración de este convenio marco, con criterios científicos como punto de partida y una unificación de las legislaciones nacionales en la materia.
En un borrador que ha comenzado a circular entre los delegados asistentes, la OMS y los otros opositores al tabaco proponen legislar la eliminación de la publicidad y de los componentes adictivos del producto.
Quieren igualmente aumentar los impuestos a las industrias y prohibir estrictamente la venta de las cajetillas a los menores de 18 años.
De una manera un tanto quijotesca, también desean emprender campañas de reconversión especialmente en los países pobres, para que los cultivadores del tabaco y otros oficios relacionados con estas empresas, busquen ingresos alternativos para sostenerse.
La tarea no es fácil y la OMS se da esta semana para encontrar una fórmula que pueda satisfacer a todos los actores involucrados.
Enrique Dietiker

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