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La unión hace la fuerza, también en la ciencia

El centro Learning del Politécnico de Lausana, símbolo del dinamismo científico suizo. Keystone

Con sus centros nacionales de investigación, Suiza experimenta desde el inicio del siglo otra manera de estimular la investigación y la innovación.

Los científicos trabajan en equipo y con una visión a largo plazo. Según especialistas internacionales, la experiencia funciona bien.

En abril pasado, el ministro del Interior Didier Burkhalter, encargado del sector de la investigación, anunciaba el lanzamiento inminente de ocho nuevos Polos Nacionales de Investigación (PRN, por sus siglas en francés). Estos se sumarán a los otros veinte centros en marcha desde 2001, que cubren un amplio espectro de disciplinas, desde la medicina renal hasta los robots al servicio del hombre, pasando por la mecánica cuántica y la sociología del trayecto de la vida.

Una grata sorpresa para los suizos francófonos: de los ocho nuevos polos de investigación, cuatro se repartirán entre Berna y Zúrich (en la Suiza alemana) y cuatro entre Lausana y Ginebra. Los suizos de habla francesa representan sólo el 20% de la población. ¿Acaso son ellos mejores investigadores que aquellos de la parte alemana, que conforma la mayoría de la población?

“La fuerte participación de la Suiza francófona es efectivamente la expresión de una realidad sobre el terreno”, admite el Dr. Stefan Bachmann, científico asociado de la sección ‘Centros de Investigación’ del Fondo Nacional Suizo de Investigación Científica (FNS). “Esta elección refleja realmente la calidad de las propuestas que hemos recibido. Pero no hay cuotas regionales, y cuando se produzca la próxima asignación, la distribución podría ser muy diferente”.

De hecho, en los últimos años, la región occidental entre Lausana y Ginebra se afirma como una zona en pleno auge. La Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), dos universidades, dos hospitales universitarios e industrias con tecnología de punta operan cada vez más interconectados y justamente el trabajo en redes es lo que buscan promover los PRN.

El número y la duración

“No se trata de una investigación aislada o de una persona que recibe el dinero y contrata a dos o tres colaboradores, hace sus experiencias durante tres años y se acabó. Los grandes centros pueden involucrar hasta cuarenta grupos de investigación”, explica Stefan Bachmann. Por ejemplo, uno de estos PRN puede congregar a los investigadores de un órgano como el riñón de todas las facultades de medicina de Suiza.

Otra característica es la duración. En principio, un PRN puede extenderse durante doce años y ser reevaluado periódicamente. Ello permite a los investigadores asumir riesgos y dedicarse a la investigación con libertad, sin tener la presión de obtener resultados inmediatos. Asimismo contribuye a establecer nuevos vínculos entre grupos que nunca antes habían trabajado juntos.

El PNR también se caracteriza por su flexibilidad. “Es casi como una empresa, con mucha autonomía en la gestión”, precisa Bachmann. “El centro tiene un presupuesto global y puede reaccionar rápidamente ante los nuevos desarrollos o incorporar a nuevas personas a lo largo del proyecto”.

Como surge un PRN

En la última selección, los ocho centros de investigación fueron elegidos entre 24 propuestas. Porque son los propios científicos quienes, apoyados por sus instituciones, proponen hacer de su campo un PRN.

La primera evaluación científica es hecha por un comité de expertos extranjeros. Esto a fin de evitar choques y conflictos de interés. “En la pequeña Suiza, cada persona importante en un área en particular corre el riesgo de ser afectada por la elección. O de ser enemiga personal de otra persona involucrada”, apunta Bachmann.

Una vez seleccionados los proyectos científicos más interesantes, los expertos suizos del Consejo Nacional de Investigación hacen una segunda selección, esta vez según criterios de viabilidad del proyecto, ya que el FNS no tiene los recursos para financiar a todo el mundo. Por último, la selección final es hecha por el Ministerio del Interior.

“En consecuencia, es una elección política y científica. En la fase final se tiene en cuenta parámetros como los temas a investigar y su distribución entre las universidades”, dice nuestro interlocutor.

Una vez lanzados y aún cuando sean autónomos, los proyectos están sometidos a control. Cada uno tiene un director, personal administrativo y un comité de apoyo, compuesto también por expertos extranjeros. El FNS hace esfuerzos por tener científicos del más alto nivel posible – incluyendo algunos ganadores del Premio Nobel.

Una vez al año, el comité reúne a los investigadores durante un congreso científico de dos días de duración para hacer una evaluación. “Según nuestra experiencia, los directores de los centros saben en general muy bien lo que ocurre en sus equipos. No obstante, la retroalimentación del comité es muy importante, sobre todo para legitimar las elecciones del director en caso de que deba tomar decisiones dif’iciles”, explica Bachmann.

Máxima eficacia

Estas evaluaciones de expertos extranjeros confirman a los responsables de NSF lo acertado de su elección: comparados a escala internacional, los centros nacionales de investigación son un instrumento muy eficaz en términos de coste-eficacia. “Hasta los americanos nos dicen que hacemos las cosas al menos tan bien o mejor que ellos”, refiere Bachmann.

En efecto, el gasto es relativamente modesto. Por ejemplo, cada uno de los ocho nuevos polos tendrá un coste de 5 a 6 millones de francos suizos por año. En general, la contribución del FNS representa un tercio de los gastos, el resto se paga del presupuesto de las universidades y por otras entidades, ya sean privadas o públicas.

¿Suiza es entonces uno de los países más innovadores del mundo, como lo proclama con regularidad alguna clasificación? “Es muy difícil hacer comparaciones internacionales, las cifras no se construyen bajo los mismo criterios”, responde Bachmann. “Hay gente que busca deliberadamente un resultado y, a continuación, las estadísticas que pueden apoyarlo … Y yo siento que éste es el caso de estos rankings de innovación. Pero el hecho es que el dinero invertido en el PNR da buenos resultados”.

Un buen ejemplo de ello es Nokia, que instaló en 2008 un centro de investigación cerca de la EPFL. Después del prestigioso MIT, un centro de excelencia en la tecnología estadounidense, el gigante finlandés ha elegido Lausana sobre todo por la presencia del PRN ‘Sistemas Móviles de Información y Comunicación’. A través de transferencia de tecnología, trabaja con la Internet del mañana, integrada directamente a los objetos.

Marc-André Miserez, swissinfo.ch
(Traducción: Rosa Amelia Fierro)

1945. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los científicos e industriales suizos retomaron contacto con sus colegas extranjeros y observaron que el nivel científico y tecnológico de los países jugó un papel importante en la guerra y era más elevado que el que existía en Suiza.

1952. Se creó el Fondo Nacional Suizo para la Investigación Científica (FNS) bajo la forma de una fundación de derecho privado. Su misión: mejorar la vida académica y asegurar que la investigación suiza disponga de las mejores condiciones para su desarrollo.

Hoy El FNS es la principal institución de promoción de la investigación en Suiza. Apoya anualmente a unos 7.000 científicos – 5.500 tienen menos de 35 años – en todas las disciplinas, de la filosofía a la física cuántica, pasando por la medicina y las nanociencias. De los 4 millones iniciales, hoy su presupuesto anual sobrepasa los 600 millions de francos financiados por la Confederación.

En 2001, el FNS lanzó los Centros de Investigación Nacional (PRN) para reforzar la investigación en Suiza en los campos en los que ya era excelente. No se trata de apoyar a un laboratorio o a un instituto, sino una red, o potencialmente a todos los investigadores en el país que trabajan en un campo o tema.
Cifras.
Hasta hoy se han invetido en 20 PRN 480 millones de francos suizos. En ellos participan 600 profesores y 972 estudiantes de doctorado.
Se han creado más 120 nuevos 120 nuevos puestos de profesor o asistentes, se han producido 10.000 artículos científicos, 286 patentes, 304 prototipos, 580 cooperaciones con empresas y se han creado 46 nuevas empresas.

Suiza francófona
– Robótica. Robots para ayudar a los humanos – EPFL
– Enfermedades mentales. Bases celulares y moleculares – EPFL, Universidad de Ginebra, Universidad de Lausana.
– Superar la vulnerabilidad. Perspectiva del trayecto de la vida. – Universidadl de Ginebra.
– Biología química. Los procesos biológicos a escala molecular – Universidad de Ginebra, EPFL.

Suiza alemana
– Ciencia y tecnolog’ia cuánticas – EPFZ
– Procesos fisiológicos de riñón sano y de riñón enfermo – Universidad de Zúrich.
– Fisiología del transporte y objetivos terapéuticos – Universidad de Berna
– Procesos moleculares ultrarápidos – EPFZ, Universidad de Berna.

Contribución del FNS: de 13,3 a 17,5 millones de francos durante los tres primeros años.EPFL, Universidad de Ginebra, Escuela Politécnica Federal de Zúrich

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