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Colegio Suizo de Chile: falta apoyo de la colonia

El director interino del Colegio Suizo de Santiago, Werner Hügli. swissinfo.ch

"La presencia suiza en Chile, desde el punto de vista económico, cultural, en nuestro colegio se hace cada vez menos visible, lo mismo que en el resto de América Latina", declara el director Werner Hügli.

El recorte de las subvenciones, el alza de las mensualidades y el poco interés por el idioma alemán inciden en la baja de descendientes en el Colegio Suizo de Santiago.

Hace una década, 200 de los 560 alumnos del Colegio Suizo de Santiago eran hijos de inmigrantes o descendientes; hoy la cifra apenas alcanza a 130. La baja de alumnos pertenecientes a la colonia local es una de las situaciones que más preocupa a la directiva del establecimiento.

“Podemos estar contentos con lo que nos brinda el Estado de Suiza, pero lo importante es que no se produzcan nuevos recortes en la subvención porque la presencia suiza en América Latina se hace cada vez menos visible económicamente”, comenta el director interino del colegio.

Bajo interés por la enseñanza en alemán

Con 25 años de docencia en Chile, Werner Hügli sostiene que “el Parlamento suizo se ha dado cuenta que el colegio es la mejor presencia cultural que tiene Suiza en un país extranjero: llegamos a un sector importante del país, somos los que damos a conocer el país con su historia y sus tradiciones, vinculamos a chilenos con Suiza, dejamos un gran recuerdo como país en nuestros alumnos”.

Sin embargo, pareciera que los suizos que llegan al país no piensan lo mismo. El crecimiento de otros colegios competitivos de buena calidad, algunos que cobran menos, y el bajo interés en el idioma alemán han provocado una merma sostenida de hijos de suizos en este colegio.

“Algunos padres prefieren que sus hijos aprendan el idioma inglés por una cuestión de futuro profesional”, comenta el directivo. Agrega que también les ha afectado la ubicación geográfica: “la mayoría de los suizos viven en el sector alto de la capital, en donde hay muy buenos colegios por más o menos el mismo valor”. Es por ello que cree que un nuevo edificio ubicado en el sector alto de la ciudad podría ser más atractivo.

Tradición educativa

Fundado en 1939, el Colegio Suizo de Santiago es uno de los más antiguos de Sudamérica. Pero ello de poco le ha valido al momento de competir con los establecimientos locales y ha tenido que recolectar dinero en Suiza para dar solución a problemas de espacio y lograr un mejoramiento en su infraestructura, que alcanza los 7.200 metros construidos.

“El tema del financiamiento es directamente proporcional al número de alumnos de origen suizo que tengamos. La subvención en los últimos diez años ha tenido vaivenes. Por ejemplo, en el año 1990 fue con saldos positivos, pero en el 2001 se recortó un buen porcentaje de la subvención”, cuenta su director.

Pero no sólo las subvenciones directas por alumno han bajado. También se han perdido otros beneficios. “Antes, el gobierno suizo asumía el traslado de enseres y el viaje de ida y vuelta de los profesores que venían a trabajar a este colegio, que es un gasto bastante grande; ahora es el colegio que asume los gastos en un 100%”, cuenta el director.

Cambio de profesores

“En los últimos cinco años, se ha tenido que cambiar profesores suizos por profesores chilenos. Ha sido una forma de ahorrar y continuar con el colegio. En la actualidad, de 50 docentes, sólo 17 se vinieron desde Suiza”, detalla.

El tema no es menor, porque para sus objetivos no es lo mismo un profesor suizo que uno chileno. “Los profesores suizos tienen un mayor entrenamiento, por lo tanto tienen mejor calidad y autoestima profesional. Socialmente, un profesor en Suiza tiene una buena consideración social, además son mejores remunerados y eso tiene una serie de ventajas”, dice.

“Por otro lado, los profesores suizos pueden trasmitir en la sala de clase nuestra idiosincrasia, nuestra cultura, nuestra forma de ser. El dominio del idioma y la entrega de los conocimientos se hace de la misma manera que en cualquier colegio en Suiza, con los mismo métodos. Cuando un alumno nuestro va a Suiza a un programa de intercambio, no nota la diferencia educacional. Ese es uno de los principios del colegio”, agrega.

Economía de libre mercado

Durante los años ’90 el colegio estaba entre los establecimientos particulares más baratos de su categoría. Sin embargo, la baja en las subvenciones de la Confederación Suiza obligó al colegio a competir abiertamente con otros establecimientos similares, viéndose obligado a aumentar sus precios.

En la actualidad, los apoderados deben realizar un mayor número de pagos: una cuota de incorporación que antes no existía y que ahora cuesta 1.687 francos suizos, una matrícula de 278 francos y 10 mensualidades de 357 francos, que representan un alza de casi un 60% a partir de mediados de la década pasada. Los hijos de descendientes tienen derecho sólo a un descuento en la cuota de incorporación que, en su caso, alcanza a los 1.092 francos.

Ello es necesario para mantener el nivel del profesorado, cuya remuneración está por sobre la media nacional. Mientras en la educación pública de Chile, un docente gana entre 780 y 1.500 francos mensuales, en el Colegio Suizo su remuneración alcanza a cerca de 3.000 francos.

Experiencia de docentes helvétcios

Antonia Minder-Iten de 36 años, casada con Theo Minder de 39, contrajeron matrimonio en Suiza cerca de Berna, tienen una experiencia de 7 años de trabajo en Chile, ella como docente en el primero en el Colegio Suizo de Singapur y ahora en el de Santiago. El, según lo acordado con su esposa se ocupa de la casa. Está sin empleo pero feliz.

Se encuentran fascinados con la experiencia que viven actualmente, especialmente por la relación entre alumnos y profesores, situación que hace la diferencia entre ambos países, según comenta Antonia a swissinfo.

“Es cierto que los niños en este país son más inquietos y que poseen una cultura distinta, pero hay una cosa que me llama la atención como profesora, los chicos tienen una relación diferente, aquí se nos respeta a cada momento, se discute menos con los profesores, creen en la autoridad de los maestros, es más fácil hacer las clases,” explica.

Con relación al tema de la subvención opina que “en los últimos cinco años se tuvo que cambiar a profesores suizos por chilenos, ha sido una forma de ahorrar y continuar con el colegio que sigue teniendo un buen nivel hasta ahora, es por eso que es reconocido por su calidad en la educación, o sea representa a Suiza”.

Más dinero para los descendientes

“El Estado suizo está dando tanto dinero para sus extranjeros que viven en Suiza, pero debería dar más dinero para los descendientes suizos en diferentes partes del mundo” concluye.

El embajador Charles-Edouard Held, que lleva casi tres años en el cargo, señala que la embajada apoya al colegio permanentemente, manteniendo vínculos con las asociaciones y clubes suizos.

Asiste regularmente a reuniones de directorio del colegio para informarse y dar conocer al establecimiento las nuevas familias que llegan al país.

swissinfo, Nelson Muñoz, Santiago

La Confederación está dando tanto dinero para los extranjeros en Suiza, pero debería dar más dinero para los descendientes de suizos, afirma la profesora Antonia Minder-Iten.

El colegio es la mejor presencia cultural que tiene Suiza en un país extranjero, estima Werner Hügli. “Llegamos a un sector importante del país, somos los que damos a conocer el país con su historia y sus tradiciones,” dijo.

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