Obra de construcción del Palacio de las Naciones. El presidente de la 10 Asamblea de la SDN, el salvadoreño José Gustavo Guerrero da los tres martillazos rituales sobre la primera piedra el 7 de septiembre de 1929. Detrás de él, los arquitectos del palacio, de izq. a der., Julien Flegenheimer (Ginebra), Henri-Paul Nénot y Camille Lefèvre (Francia), Joseph Vago (Hungría), CarlovBroggi (Italia). Bibliothèque de Genève
Personal de la biblioteca en la sala de lectura del Palacio Wilson, en donde se instaló la Sociedad de Naciones entre 1920 y 1936. UN Archives
Ginebra, Avenue de la Paix. Junio de 1934 Bibliothèque de Genève
Obra de construcción del Palacio de las Naciones en junio de 1934. Bibliothèque de Genève
El Palacio de las Naciones en 1958. UN Archives
Sala de Asambleas del Palacio de las Naciones en 1936. Bibliothèque de Genève
25 de abril de 1945, el cortejo del presidente de EE UU, Dwight Eisenhower, cruza el Golden Gate Bridge para asistir a la conferencia internacional consagrada a la firma de la Carta de las Naciones Unidas, que tiene lugar en San Francisco. UN Archives
De abril a junio de 1945, la Ópera de San Francisco acoge a los representantes de los 51 Estados miembros de la Conferencia de las Naciones Unidas que firmaron la Carta fundadora de la ONU. La convocatoria había sido hecha en febrero del mismo año, durante la conferencia de Yalta. UN Photo
En el edificio de los antiguos combatientes, los periodistas que cubren laceremonia de la firma de la Carta de las Naciones. Junio de 1945. UN Photo
Firma de la Carta de las Naciones Unidas, el 26 de junio de 1945. UN Photo
La ONU nació oficialmente el 24 de octubre de 1945, cuando la Carta de creación fue ratificada por China, Francia, la Unión Soviética, el Reino Unido, Estados Unidos y una mayoría de otros signatarios. UN Photo
Timbre emitido por la administración postal de las Naciones Unidas. Akg-images / De Agostini Picture Library
Los representantes de la Unión Soviética, Nikolai Bulganin; de EE UU, Dwight Eisenhower; de Francia, Edgar Faure y del Reino Unido, Anthony Eden ante el Palacio de las Naciones el 18 de julio de 1955. Akg-images / Mondadori Portfolio
En la sala del Consejo del Palacio de las Naciones, en espera de una sesión sobre desarme, seguridad mundial y la unificación alemana. 18 de julio de 1955. Akg-images / Mondadori Portfolio
El primer ministro soviético, Nikolai Bulganin; el presidente de EE UU, Dwight Eisenhower; el presidente del Consejo francés, Edgar Faure y el primer ministro británico, Anthony Eden, posan para la prensa en el patio del Palacio de las Naciones en julio de 1955. Akg-images / Erich Lessing
A lo largo del siglo XX, Ginebra estuvo en el centro de las negociaciones de paz, bajo la égida de la Sociedad de Naciones y luego de las Naciones Unidas. Un papel materializado por el augusto Palacio de las Naciones.
Este contenido fue publicado el 25 octubre 2020
Apasionado por las sociedades humanas y el arte de informar sobre ellas -una curiosidad alimentada por viajes, amigos y lecturas-, cubro principalmente los grandes temas que abordan las organizaciones internacionales con sede en Ginebra. Abreviatura: fb
Thomas Kern nació en Suiza en 1965. Formado como fotógrafo en Zúrich, comenzó a trabajar como fotoperiodista en 1989. En 1990 fundó la agencia suiza de fotografía Lookat Photos. Thomas Kern ha ganado dos veces un World Press Award y ha recibido varias becas de fotografía. Sus trabajos han sido objeto de múltiples exposiciones y están representadas en diversas colecciones.
Cuántos esfuerzos, éxitos y rotundos fracasos para ir Hacia la paz perpetua, el ensayo fundador del filósofo alemán Emmanuel Kant, publicado en 1795. La paz ya no se ve como una pausa entre las guerras, sino como un programa para establecer y pacificar las relaciones internacionales.
Fue durante las dos guerras mundiales que asolaron la primera mitad del siglo XX que se sentaron las bases del derecho internacional. La Sociedad de Naciones colocó las primeras piedras, antes de que la Organización de las Naciones Unidas reanudara el trabajo con las golpeadas potencias europeas salidas de guerras parcialmente interrumpidas entre 1918 y 1939.
En su último libro, Le monde d'hier, souvenir d'un Européen, (El mundo de ayer, recuerdo de un europeo), de 1942, el escritor austriaco Stefan Zweig capta con emoción el clima que acompañó el nacimiento de la SDN: “El que vivió en aquellos días recuerda que las calles de todas las ciudades se llenaron de gritos de alegría para dar la bienvenida a Wilson [el presidente de Estados Unidos] como el salvador del mundo, que los soldados enemigos se abrazaron y besaron; nunca antes hubo tanta fe en Europa como en aquellos primeros días de paz”.
Pero unas páginas más tarde, el vienés manifiesta su desencanto: “Todo el mundo sabe hoy - y solamente unos pocos lo sabíamos entonces - que esta paz era una de las mayores, si no la mayor posibilidad moral de la historia (...) Pero los viejos generales, los viejos estadistas, los viejos intereses habían desgarrado este gran concepto, lo redujeron a unos inútiles pedazos de papel. La sagrada promesa, hecha a millones de hombres, de que esta guerra sería la última... fue cínicamente sacrificada a los intereses de los fabricantes de municiones y al furor de los políticos que salvaron triunfalmente... su fatal táctica de convenciones y deliberaciones a puerta cerrada".
Un recinto frágil, pero indispensable
La SDN ayer y la ONU hoy solamente pueden actuar en el espacio que les dejan los Estados miembros, especialmente los más poderosos. Pero los avances están lejos de ser insignificantes: Ya sea el reconocimiento de la condición de refugiados y de un organismo que los ayuda (ACNUR), los convenios internacionales que fomentan un mayor respeto de los derechos humanos, las normas técnicas establecidas en materia de telecomunicaciones o los derechos sobre la propiedad intelectual. La ONU ha permitido a los Estados llegar a un consenso.
Sin embargo, nada está definitivamente ganado, como lo demuestra la renovada tensión entre las grandes potencias en un mundo que ahora es multipolar. Pero con todos los países como miembros y un mayor espacio para la sociedad civil, la ONU sigue siendo una institución importante en el intento de equilibrar las relaciones de fuerza entre sus Estados miembros.
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