Rápida recuperación económica tras la grave crisis
Su sorprendente recuperación económica fue el mejor argumento argentino para convencer a los suizos de la necesidad de fortalecer unas relaciones comerciales de larga data.
Marcado interés fue la respuesta de autoridades y empresarios suizos, como se observó en el Foro ‘Inversiones y oportunidades de negocios en Argentina’, celebrado en Zúrich.
Philippe Nell, jefe de relaciones económicas bilaterales con las Américas de la Secretaria de Estado de Economía (Seco), destacó que la firma de un protocolo que evita la doble imposición es un avance en el comercio bilateral.
“Este acuerdo, que se firmó el 7 de agosto pasado, será el ancla para futuras inversiones. Esperamos que se ratifique cuanto antes en ambos países”, declaró el representante de Seco.
El primer paso, continuó, es alcanzar el nivel de 1995 en nuestra relación comercial y luego llegar a nuevos acuerdos. “Tenemos que revisar nuestras expectativas, mejorar la competitividad y eliminar barreras”.
Argentina ha progresado mucho en cuanto al pago de la deuda externa, lo que ofrece garantías para el inversionista a mediano y largo plazo. Además, ha introducido reformas para mejorar la competitividad, subrayó Nell.
Suizos en Argentina, desde hace 150 años
Antonio Seward, embajador de Argentina en Berna, recordó que hace 150 años el primer grupo de suizos es estableció en La Esperanza, provincia de Santa Fe, donde desarrollaron la industria lechera, cooperativas y el gobierno local.
“Nuestras relaciones se establecieron hace mucho tiempo y ahora queremos darles un nuevo impulso a través del comercio bilateral”, indicó Seward. “Hoy las inversiones suizas en Argentina han entrado a áreas como la minería”.
El diplomático destacó igualmente la recuperación económica de su país. “Hemos tenido 49 meses consecutivos de crecimiento. Argentina es, después de China y fuera de los países de la OPEP, la economía que ha tenido mayor crecimiento en el mundo”.
“Los suizos son puntuales, por eso venden relojes” dijo a su vez, Luis Kreckler. El subsecretario de Comercio Internacional de la cancillería argentina explicó porqué Argentina se interesa por Suiza y, al igual que el resto de oradores, resaltó las cifras positivas de la economía de su país.
“Queremos ampliar nuestras exportaciones y favorecer las inversiones con un marco jurídico amplio y estable, tenemos grandes posibilidades de desarrollar nuevas formas de cooperación, una relación provechosa a mediano plazo”, subrayó.
1,8 millones de argentinos hablan alemán
Al hablar de las ‘Nuevas oportunidades de negocios en Argentina’, Martin Jebsen, presidente de MGI Jebsen & Co., destacó el hecho de que en ese país 1,8 millones de sus 39,5 millones de habitantes hablen alemán.
A su criterio, “continúan los altibajos, la política se inmiscuye en la economía, en la educación, tanto que corre el riesgo de perder su neutralidad. Pero es un país con una increíble riqueza y, si hay algo positivo allá es su gente, descendientes de europeos”.
Quien quiera trabajar en Argentina debe tener capacidad de imponerse, gran imaginación, independencia, seguridad en sí mismo y capacidad de decisión, sin estas cualidades no tiene ‘chance’ en un país donde se trabaja más horas y se tiene menos vacaciones, advirtió.
Preguntado por swissinfo si efectivamente creía que a la migración europea también se debía el desarrollo y el potencial de Argentina, Jebsen respondió: “Hacia allá fueron en los últimos 150 años 8 millones de españoles, 6 millones de italianos, entre otras nacionalidades”.
Inmigrantes que ‘no se rascaban la panza’
“Muchos llegaron muertos de hambre o perseguidos por motivos políticos o religiosos. Era gente de trabajo, no tenían títulos de nobleza ni se ‘rascaban la panza’ como decimos en el Río de la Plata. Esos inmigrantes enseñaron a trabajar a sus hijos y nietos, e hicieron que Argentina sea el país más europeo de América Latina”.
La inmigración que recibió Chile, Uruguay, el sur de Brasil y Argentina es distinta de la de Centroamérica, por ejemplo, sin desmerecer a una u otra. Esa conjunción hizo que algunos países tengan una actitud más progresista que otras, según Jebsen.
Este empresario criticó a Greenpeace en su discurso. Pero ¿puede reducirse todo a la economía?, preguntamos. “No llegamos a hablar de biotecnología, biodiesel, energía eólica, solar, todas fuentes renovables de energía que son fomentadas en Argentina a nivel nacional”.
En el Foro se habló de turismo, de paisajes intactos, al mismo tiempo Argentina quiere promover la tecnología nuclear. ¿No es una contradicción?. “El 8,2% de la energía que utiliza Argentina es de origen nuclear, debemos pensar en alternativas de energía renovable”, replicó.
En su intervención, Guillermo Brooks, de la Secretaría de Estado para el Turismo, mostró con imágenes la belleza y variedad de los paisajes argentinos y describió el ‘boom’ inversionista que se da en este sector.
Marcelo Elizondo, de la Fundación Exportar, habló de las prometedoras tendencias de la economía argentina. Las atribuyó, entre otros factores, a políticas macroeconómicas de promoción de la exportación, a un tipo de cambio competitivo y sostenible y a acuerdos comerciales con los principales mercados como Brasil, México y Chile.
Voluntad y empuje argentinos
Markus Stern, director del Programa Suizo de Promoción de Importaciones (SIPPO), una de las organizaciones suizas que apoyó la organización del foro, dijo: “Argentina se ha desarrollado enormemente después de la crisis financiera, tuvo grandes dificultades, pero no es un país en desarrollo y la calidad de sus productos son de muy alto nivel”.
“Creo que todos están sorprendidos del crecimiento económico y de la voluntad y empuje con que los argentinos emprenden el futuro”, afirmó Stern, para quien no hay ahora ninguna razón para no intensificar las relaciones comerciales.
“Tal vez hay cierto miedo de los europeos porque Argentina está tan lejos, por lo demás su crecimiento es sostenible, como lo han confirmado representantes de las firmas suizas. Ojalá que los suizos podamos importar más productos argentinos, así mejoramos los ingresos de gente que a su vez puede comprar más productos suizos”, opinó.
Crecimiento sostenible
El embajador Alfredo Chiaradia, secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales, ratificó que “la expansión es sostenible, como se ha visto en los últimos cuatro años. Una política fiscal sana, superávit comercial y un tipo de cambio estable y competitivo son los fundamentos de nuestra economía”.
“No tengo elementos que indiquen dificultades en el futuro. Puede ser que el crecimiento del 9% extraordinariamente alto no se mantenga, tampoco es razonable pensar que podríamos crecer a esos niveles durante muchos años. Si nos estabilizamos entre 5% y 7% ya es un crecimiento alto y sostenible”.
A las autoridades y empresarios suizos les dijo que Argentina espera más comercio, más inversiones, un acercamiento cada vez mayor. “Suiza es una zona afluente de la economía mundial. Además, el pasado que nos vincula puede facilitar el intercambio económico”.
swissinfo, Rosa Amelia Fierro, Zúrich
Desde 1995 se registró una caída constante de las exportaciones argentinas a Suiza. Existe un creciente comercio de re-exportación de productos argentinos a Suiza desde otros países europeos.
Suiza es un mercado de 7,4 millones de consumidores, con un ingreso per cápita de 42.000 dólares (el tercero en el mundo, superior al de Estados Unidos y Japón), una inflación anual por debajo del 1%; un índice de desempleo del 4,1% y un comercio equivalente al 77% de su PBI.
Es también el decimoctavo importador global y vigésimo primer exportador mundial.
Su comercio exterior está fuertemente sesgado hacia la Unión Europea (UE), de la que no es miembro. El 83% de sus importaciones provienen de la UE y el 62,4% de sus exportaciones se dirigen al mercado comunitario ahora ampliado.
En 2004 el 42,5% de sus importaciones desde Sudamérica se originaron en Brasil, por un valor de 406 millones de dólares; el 15% desde México en América Latina (144 millones), el 5,7% desde Colombia (55 millones), el 4,9 % desde Chile (47 millones) y el 4,1% desde Argentina (39,2 millones), según los datos de Administración Federal de Aduanas.
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