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Un paso más para aliviar la diabetes

El descubrimiento de Donath puede acabar con las inyecciones diarias. Keystone

El profesor de Zúrich Marc Donath ha desarrollado una terapia prometedora que se centra en la evolución de la diabetes tipo 2, la forma más común de esta enfermedad.

Él fue el primer suizo galardonado con el Premio Novartis en Diabetes, el máximo reconocimiento en ese campo a principios de este mes. No obstante, Donath relata a swissinfo que debió recorrer un largo camino para que su idea fuera aceptada.

La diabetes tipo 2 afecta al 90% de los que sufren esta afección. Normalmente se da en edades avanzadas y está aumentando quizá debido a hábitos de vida insanos. Ya la padece el 7% de la población suiza.

Está relacionada con problemas derivados de la insulina, la hormona que controla los niveles de glucosa en el cuerpo. Los pacientes del tipo 2 no pueden producir suficiente o darle un uso efectivo.

Eventualmente las células de prueba para producir insulina empiezan a fallar. Donath, profesor de Endocrinología y Diabetes en el Hospital Universitario de Zúrich, identificó la sustancia causante de la muerte de las células y la logró bloquear.

Este bloqueo se ha probado con éxito en humanos mediante un fármaco normalmente preescrito para abordar la artritis.

El descubrimiento, que ha suscitado un gran interés en la industria, ofrece una esperanza a los enfermos de diabetes para acabar con las inyecciones diarias.

swissinfo: ¿Cómo es la vida para alguien que padece diabetes tipo 2?

Marc Donath: Al principio, los pacientes iniciales pueden reducir su necesidad de insulina a través de cambios en sus hábitos, pero como las células beta fallan progresivamente, comienzan a necesitar medicinas y a veces inyecciones de insulina.

Es importante darse cuenta que es una enfermedad progresiva y crónica, que pese a que si se puede retrasar, está latente; y eventualmente, unos 10 o 20 años después, será necesario reemplazar la insulina corporal.

Esto normalmente requiere múltiples inyecciones de insulina y cuando te aplicas las dosis, es necesario que el paciente conozca sus niveles de azúcar en sangre, lo que significa hacerse mediciones varias veces al día.

swissinfo: ¿De qué manera ha avanzado su investigación para tratar la enfermedad?

M.D.: Empezamos por tratar de entender por qué esas células morían y así logramos identificar la razón. Es una proteína llamada ‘interluekina-1 beta’ y está producida por las propias células.

Con base en esta información, utilizamos un bloqueador para la ‘interluekina-1 beta’ en unas pruebas que realizamos en seres humanos y cuyos resultados publicamos en 2007. Mostramos que con ello se puede cambiar algo en la enfermedad. Los pacientes vieron mejorada su sangre y lo más importante: produjeron más insulina.

Este año usamos un bloqueador de mayor duración. Demostramos que es seguro y que era suficiente dar una inyección. La glucosa sanguínea mejoraba mucho durante más de un mes. Lo que significaba que el paciente se inyectaba una sola vez mensualmente.

Quedamos fascinados cuando vimos que después de un mes la producción de insulina en los pacientes aumentó un 26%. Luego de tres tres meses el porcentaje ascendió a un 52%.

Ésta no es una terapia sintomática, sólo con el bloqueo de la glucosa de la sangre, pero sí que influimos en la evolución de la enfermedad. De hecho, pudimos invertir ésta mediante el aumento de la producción de insulina.

swissinfo: Esto significaría una gran noticia para los pacientes: saber que sólo necesitarían de una inyección mensual…

M.D.: Estamos trabajando en ello con varias empresas para obtener resultados lo más rápido posible. Sería muy conveniente para los afectados, especialmente porque deben tomar muchas pastillas y realizarse muchos pinchazos que, a veces, olvidan.

Probablemente en tres años aparecerá el primer producto en el mercado, mientras que otros podrían tardar algo más. Cinco o siete años.

swissinfo: Se produjo un cierto escepticismo cuando presentó su idea por primera vez.

M.D.: Eso es algo que suele ocurrir en la ciencia cuando se cambia un paradigma. Lo que nosotros describimos fue un tipo específico de inflamación. La gente no pensaba que ésta tuviera alguna relación con el tipo 2 de diabetes y por eso hubo mucho escepticismo, sobre todo, dentro de la Unión Europea.

Así que fue muy gratificante sentir en el encuentro internacional sobre diabetes en Roma que el concepto está ya aceptado. Es muy importante para nosotros que varios grupos hayan confirmado por sí mismos nuestros descubrimientos; lo que en ciencia acaba por convencer a la gente.

swissinfo: Entonces, ¿ha sido un camino difícil para usted?

M.D.: Ciertamente fue un proceso complicado en varios aspectos: personalmente ya que si la gente tiene dudas al respecto, uno empieza también a hacerlo. Si existe una sombra de duda sobre ti, entonces resulta más complicado publicar tus datos y encontrar financiación para investigar.

El punto clave se produjo en 2007 cuando el primer grupo confirmó nuestros hallazgos y los hicimos públicos en el renovado ‘New England Journal of Medicine’. El segundo punto decisivo vino cuando verificamos nuestros estudios con un segundo ensayo este año.

Ahora la gente empieza a decir que era algo obvio todo lo presentado, los enemigos de antes quieren ser ahora nuestros mejores amigos, algo típico entre los seres humanos.

Fue bonito recibir el premio Novartis, el comité de selección estaba formado por gente a la que respeto mucho, grandes nombres en la investigación de la diabetes. Supuso otro reconocimiento.

swissinfo: ¿De qué forma se comprobará la seguridad del método?

M.D.: Primero tenemos que encontrar la dosis perfecta y saber cuánto tiempo debemos administrar la medicina. Entonces emprenderemos la tercera fase de pruebas, largos ensayos de seguridad. La seguridad es clave para cualquier droga, pero especialmente en diabetes.

Soy optimista porque ya se da un tratamiento similar a pacientes con artritis reumatoide y parece muy seguro. Entendemos bien la biología de lo que hacemos por lo que creo que no aparecerán efectos inesperados.

En caso negativo, hemos descrito un camino. Incluso si la sustancia no funciona podemos imaginar contar con otro fármaco en el mismo campo. En general soy optimista y pienso que encontraremos una droga basada en nuestra investigación.

Entrevista swissinfo: Isobel Leybold-Johnson en Zúrich
(Traducción: Iván Turmo)

La diabetes del tipo 2, que padece el 90% de los pacientes, se está extendiendo a escala mundial.

Hoy hay cerca de 246 millones de enfermos, una cifra inquietante según el profesor Marc Donath. También preocupa la evolución de la dolencia: dentro de 20 años el número de diabéticos se incrementará previsiblemente a 380 millones.

Esta progresión se observa no sólo en Europa y Estados Unidos, sino también en África e India.

Además del coste directo que ocasiona al sistema de salud, la diabetes repercute también en el sector económico.

De hecho, el 46% de los pacientes de diabetes 2 tienen hoy entre 40 y 59 años, es decir, la etapa de la vida laboral más activa.

La diabetes es una enfermedad crónica derivada de una insuficiente producción de insulina en el páncreas.

El aumento de diabéticos está interrelacionado con el incremento de la obesidad en la población mundial.

La diabetes puede causar problemas serios como hipertensión, funcionamiento anormal del metabolismo, ceguera, infarto, ictus, daños en los vasos sanguíneos que pueden bloquear el flujo de sangre en las arterias y hacer irremediable una amputación.

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