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Inyectar dólares es solo un paliativo temporal a la crisis

Philipp Hildebrand, presidente del banco central de Suiza. Keystone

El anuncio que realizaron ayer los seis principales institutos centrales –entre ellos el suizo- permitirá a los bancos internacionales acceder a financiación barata en dólares.

La noticia es positiva para un sistema financiero internacional pletórico de problemas. Pero no forzosamente garantizará un mayor acceso al crédito para empresas y familias como sugirieron los bancos centrales, estiman expertos de instituto KOF y el banco Julius Bär.

La economía mundial está en riesgo de frenar en seco nuevamente y las autoridades financieras internacionales hacen todo para evitarlo.

Este miércoles (30.11), los seis principales bancos centrales del mundo –el Banco Central Europeo (BCE), la Reserva Federal de EEUU (FED), el Banco Nacional Suizo (BNS), y los Bancos de Japón, Inglaterra y Canadá- anunciaron sorpresivamente una acción conjunta que busca asegurar la liquidez en dólares del nuevo sistema financiero global.

La meta: reducir la tensión prevaleciente en los mercados y facilitar la oferta de créditos para las empresas y familias.

Acceso a la divisa verde

David Kohl, experto de la División de Investigación del banco Julius Bär y Jan-Egbert Sturm, director del Instituto de Investigación Coyuntural de Zúrich (KOF), explican a swissinfo.ch la decisión técnica tomada por los institutos centrales.

“Los bancos comerciales de países distintos a Estados Unidos podrán vender monedas extranjeras a cualquiera de los bancos centrales que tomaron parte del acuerdo y obtener dólares a cambio. Luego de cumplirse un plazo pactado para dicho préstamos devolverán los dólares, y obtendrán a cambio sus divisas originales”, afirma Jan-Egbert Sturm.

Pero dado que, por razones legales los bancos no estadounidenses no pueden ir directamente a la Reserva Federal (FED) a pedir dólares, esta medida les permitirá ahora acudir a su “banco central local” a financiarse en esta moneda, lo que aumentará la liquidez del sistema, al menos durante algún tiempo, añade.

David Kohl expresa, por su parte: “Actualmente los swaps de liquidez en dólares –que se operan en plazos de un día a tres meses- cobraban una tasa del 1%. Tras el anuncio, la tasa se reduce a 0,5% (a partir de la próxima semana). Un tipo de interés aún superior al 0,1% que cobra la FED por sus fondos. Pero como en el presente los bancos europeos no están accediendo a fondos de la FED, lo que afecta seriamente sus operaciones interbancarias, la decisión reduce el estrés que hay ahora en el mercado financiero internacional”.

Efecto limitado

El nuevo acuerdo tendrá vigor entre el 5 de diciembre próximo y el 1 de febrero de 2013.

En un comunicado, el Banco Nacional Suizo (BNS) y sus homólogos afirman que el objetivo es “facilitar el crédito para empresas y familias”. 

Según Jan-Egbert Sturm, “los bancos necesitan liquidez de corto plazo para garantizar la financiación de largo plazo para las empresas y las familias. Si el mercado interbancario de corto plazo está seco, se vuelve muy complejo y costoso para los bancos prestar. Esta decisión provee liquidez y con ello genera un efecto positivo”.

Pero es importante aclarar, continúa el experto de KOF, que “esta medida no obliga a los bancos comerciales a dar crédito (en dólares) a las familias o las empresas. solo mejora el entorno para que esto suceda”.

A su vez David Kohl estima que los beneficios serán limitados: “Creo que el impacto real sobre el crédito para empresas y hogares será pequeño. Este suministro de dólares ayudará más bien a que la situación no empeore. Esto es, sin este acuerdo, los bancos europeos serían absolutamente incapaces de proveer liquidez en dólares a las empresas y familias”.

Algarabía y presión creciente

El anuncio de los bancos centrales provocó euforia en los mercados bursátiles. El grueso de las bolsas internacionales cerró la jornada del miércoles con alzas superiores al 4%.

El índice FTSEurofirst 300 de las principales acciones europeas avanzó un 3,6%, mientras Alemania (+4,98%), Italia (+4,4%) y Francia (+4,22%) replicaban su optimismo en la evolución de sus bolsas.

En España e Inglaterra las bolsas cerraron un 3,2% arriba de la jornada previa. En Suiza, uno de los protagonistas discretos de la medida, el índice bursátil avanzó un 2,19%.

Del otro lado del Atlántico, Wall Street cerró un 4,23% al alza.

Algarabía que es de carácter temporal porque los problemas de fondo siguen sin resolverse en el mundo. Esta semana, la zona euro volvió el rostro hacia el Fondo Monetario Internacional (FMI) y pidió abiertamente su ayuda para resolver los problemas de deuda que enfrenta el bloque.

Y la inestabilidad europea es siempre una mala nueva para Suiza, ya que el Viejo Continente es su principal socio comercial.

Una enorme presión

El panorama financiero internacional está en plena ebullición, especialmente en un universo globalizado.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advirtió el pasado martes que la economía de Estados Unidos podría estar en un riesgo mucho mayor de lo que imagina, si la crisis de la deuda europea termina por estallar. “Las turbulencias del Viejo Continente podrían descarrilar la recuperación en EEUU”, refirió.

“Existe una enorme presión en el sistema bancario de la zona euro, lo que daña profundamente la relación interbancaria –los préstamos entre una institución comercial y otra- porque ningún banco confía realmente en los otros. Una realidad que se hace aún más patente a escala internacional. Los bancos centrales intentan recuperar parte de esa confianza perdida con las medidas que han anunciado”, señala David Kohl.

El experto confía en que los efectos se dejen sentir pronto, al menos para los bancos.

Los problemas de solvencia en los países de la zona euro, como Grecia, Portugal o Irlanda, siguen presentes, pero habrá más liquidez en un sistema financiero que por el momento carece de ella, puntualiza el experto.

El Banco Nacional Suizo se ha adherido siempre a las principales acciones conjuntas tomadas por los grandes bancos centrales del mundo durante la última década.

Septiembre 2001. Los principales bancos centrales del mundo acuerdan una reducción general de las tasas de interés para frenar el pánico que provocaron en los mercados los atentados del 11/9

Septiembre 2008. Nuevamente, los principales institutos centrales del mundo inyectan conjuntamente 140.000 millones de euros al sistema financiero para aliviar la tensión derivada de la quiebra de Lehman Brothers.

Septiembre 2011. Otra acción colegiada entre institutos centrales: anuncian tres subastas en dólares a un plazo de tres meses por un importe ilimitado.

Noviembre 2011. Anuncian una reducción de 1% a 0,5% en la tasa de los swaps de liquidez en dólares y la disposición de los seis principales bancos centrales del mundo a proveer dólares al mercado cuando lo requiera.

El Banco Nacional Suizo (BNS) decidió, en cooperación con otros cinco bancos centrales –la FED de EEUU, el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos de Inglaterra, Japón y Canadá- establecer una red temporal y recíproca de swaps.

Un swap es un acuerdo bilateral temporal de intercambio de liquidez.

La medida estará vigente entre el 5 de diciembre de 2011 y el 1 de febrero del 20013.

Cada uno de estos bancos ofrece liquidez en su propia divisa, al tiempo que pactaron abaratar el coste de las operaciones de intercambio de liquidez en dólares (la tasa pasó del 1,0 a 0,5%).

Esto permitirá a los bancos acceder fácilmente a la financiación en dólares u otras divisas, una condición indispensable para poder realizar sus operaciones cotidianas.

La divisa que más escasea en el sistema financiero internacional en este periodo de postcrisis es el dólar. Esto se debe a que muchos bancos europeos aún necesitan dólares para realizar sus operaciones diarias.

Esos requerimientos de dólares se deben a múltiples razones, por ejemplo, bancos que poseen aún en sus balances ‘créditos basura’ vinculados a los supbrime estadounidenses, denominado en dólares. A ello se suman los temores de una fractura del euro, lo que hace tornar la mirada hacia el billete verde.

El BCE ha adoptado medidas no convencionales para ayudar a estabilizar el sistema financiero. Pero tiene prohibido por ley convertirse en “prestamista de última instancia” para los bancos en problemas.

Por esta razón exploran caminos paralelos para paliar la tensión del sistema financiero internacional, como las medidas anunciadas el miércoles.

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