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El nuevo Eldorado de la banca privada suiza

Las grandes fortunas se desplazan a países emergentes. Keystone

Sometida a una intensa presión, la gestión de fortunas enfrenta cada vez más cargas fiscales en Suiza. Resultado: los banqueros privados se ven cada vez más tentados a partir al extranjero, donde les aguarda una acaudalada clientela.

Ante todo, un banco privado es un administrador de fortunas. Y en Suiza, hasta hace muy poco, esta actividad ofrecía a sus clientes niveles de imposición fiscal inferiores a los de otros países (situación llevada al extremo en los casos de fondos no declarados).

Producto de presiones crecientes registradas durante los últimos años, la plaza financiera suiza se ha visto obligada a aumentar la carga impositiva que aplica a las fortunas europeas y estadounidenses que administra. Paradójicamente, los haberes de los clientes asiáticos están libres de estos cambios.

Una transformación del espectro financiero que conduce hoy a muchos banqueros privados a elegir entre: convertirse en asesores fiscales de lujo…  o abandonar el país.

Los que optan por la segunda opción suelen, frecuentemente, ofrecer sus servicios de ‘s

wiss private banking’

en plazas financieras donde es legal aplicar una carga fiscal mínima como en São Paolo o Singapur.

Nuevas necesidades

“Los banqueros suizos, pero sobre todo los ginebrinos, están insatisfechos con su nuevo rol de consejeros fiscales. La realidad es que no tienen mucha elección, sobre todo en Europa”, afirma Christoph Lechner, del Instituto de Administración de la Universidad de San Gall.

En contrapartida, los verdaderos consejeros fiscales que trabajan para los bancos privados suizos están encantados con la evolución que viven los bancos.

Para Mario Bassi, director de Solution Providers, empresa que ofrece servicios de consultoría para empresas privadas, el banquero debe identificar las nuevas necesidades de sus clientes y, si se requiere, solicitar expertos y consejeros externos para resolverlas.

“Actualmente, un buen banquero privado debe comportarse como un emprendedor”, añade este suizo instalado en Singapur desde 2011, quien funge como vicepresidente de la Asociación Suiza de Negocios en este país.

Una visión que comparte Franco Rossi, basado en Canadá y consejero de bancos privados y expatriados suizos. “El banquero privado no va a convertirse en un experto en temas fiscales, pero la optimización fiscal –ayudar al cliente a sacar el máximo provecho de las reglas tributarias existentes- sí debe convertirse en el futuro en parte del abanico de servicios que un banco propone a sus clientes”.

¿Deslocalización en Asia?

De la misma manera que los empresarios suizos deslocalizan sus actividades de ensamblaje industrial a destinos como Bratislava (Eslovaquia) o Pekín (China), cada vez es mayor el número de banqueros que se mudan a Asia o América Latina para contrarrestar el alza de costos –provocada por las nuevas reglamentaciones- y para huir del estancamiento económico del Viejo Continente, según la prensa.

Una percepción que relativiza Christoph Lechner. “Cada nuevo sobresalto de la moneda europea implica una derrama de fondos hacia los cofres suizos”.

La agencia calificadora Standard & Poor’s afirma que varios miles de millones de euros de países en crisis, como España o Italia, habrían seguido una ruta rumbo a Suiza.

Pero el atractivo de los nuevos mercados es innegable. Mario Bassi considera que las plazas financieras consolidadas, como la helvética, deben mirar hacia el nuevo mundo, porque antes de 10 años la mitad de la fortuna global estará concentrada en los países de la nueva Asia.

Una región donde los servicios financieros a la manera suiza aún gozan de una sólida popularidad, según Mario Bassi. Un ejemplo de ello, el Banco de China acaba de confiar a Julius Baer la gestión de la fortuna que tiene fuera de China.

Singapur, el reto…

Franco Rossi confirma que un significativo número de banqueros privados está abandonando Suiza por la amenaza que representa una legislación pesada y excesiva. “La gestión de fondos está sobrereglamentada en Suiza comparada con la de plazas financieras como Luxemburgo o Malta”, dice.

Por ello, los expertos aconsejan a sus clientes diversificar. Invertir en acciones, pero también en otros títulos, y no limitarse solo a la adquisición de obligaciones en francos, sino también echar mano de las denominadas en otras monedas. Un camino que también permite disminuir los riesgos.

Pero las reglas que aplican plazas financieras como la de Singapur con respecto a la helvética son muy distintas y Rossi denuncia esta disparidad.

“Cuando un banco privado suizo opera un Booking Center en otro país –centro que ofrece servicios financieros diversos-, no está obligado a declarar en Suiza las operaciones que realiza”, destaca Franco Rossi.

Las cuentas bancarias son registradas donde se abrieron y la contabilidad de efectúa ahí mismo.

Dicho en otras palabras: cuando un cliente de un banco suizo abre una cuenta en Singapur es completamente invisible ante la matriz del banco en Suiza. Excepto en los casos en los que ha realizado transferencias recientes desde el país asiático.

Un cuarto de los multimillonarios

Del otro lado del Rin, las autoridades temen que los ciudadanos alemanes opten por diversificar su fortuna, desplazándola a Singapur, escapando así al fisco de su país. Y culpan de ello a los bancos suizos.

Pero una cosa es clara: el mercado asiático de la gestión de fortunas va a seguir creciendo, con o sin clientes alemanes, y con o sin bancos helvéticos. “Las plazas financieras asiáticas concentran ya alrededor de un tercio de la fortuna mundial  y su crecimiento es ininterrumpido, a diferencia de lo que sucede con las plazas europeas”, destaca Mario Bassi.

De los 1.000 habitantes del planeta cuya fortuna supera  los 1.000 millones de dólares, alrededor de 25% se encuentra en Asia.  Cerca de dos tercios de la población y un tercio de la fortuna mundial provienen de este continente. Y China es actualmente el tercer país que más riqueza administra después de Estados Unidos y Japón.

Libre circulación de capitales

Mario Bassi considera que la trayectoria de las fortunas asiáticas generará más que suficiente trabajo para los banqueros suizos sin necesidad de moverse de casa. Y con respecto a los reproches alemanes, el especialista afirma que los clientes de este país no aguardaron el consejo de sus banqueros cuando decidieron sacar sus fortunas de Europa aprovechando las ventajas de la libre circulación de capitales.

Si los Estados intentaran erigir barreras para este tipo de movimientos, se percibiría como un ataque contra la libre circulación de capitales, dice por su parte Christoph Lechner.

Rossi puntualiza que el libre movimiento de las inversiones en el mundo fue un principio introducido durante la ola de liberalización económica que vivió el mundo en los años 80, y se debió en efecto a que los políticos se dieron cuenta que intentar restringir o prohibir que el dinero circule libremente  sería sencillamente un esfuerzo en vano.

En 2011, Singapur estableció un nuevo récord de turistas: 13,2 millones de visitants, de los cuales 80.000 eran suizos.

Posiblemente Singapur haya registrado también un dato histórico en 2011 en materia de flujos de capital. El Ministerio alemán de las Finanzas afirma que los ciudadanos germanos que tenían sus fortunas en Suiza podrían haber transferido decenas de miles de millones de dólares a Singapur.

El Banco de Pagos Internacionales (BPI) confirma que los movimientos de capitales de Suiza a Singapur han crecido sensiblemente.

Del lado helvético, las cifras son más modestas: la Secretaría de Estado de Asuntos Financieros Internacionales estima que se trata de unos 450 millones de dólares.


A mediados de octubre, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se reunió con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, para revisar el convenio destinado a evitar la doble imposición entre los dos países.

Alemania desea que Singapur permita el intercambio automático de información según los estándares de la OCDE, lo que haría desaparecer el secreto bancario para los alemanes con haberes en este país de Asia.

En 2010, Suiza contaba con 320 bancos y sociedades financieras (2007: 300; 1990: 625).

De este total, 122 instituciones eran de origen extranjero (2007: 122; 1990: 126) y había también 13 bancos privados (2007: 14; 1990: 22).

La fortuna total resguardada por la plaza financiera suiza –de nacionales y extranjeros- sumó 5,6 billones de francos suizos en 2009.

De la totalidad de las fortunas mundiales invertidas en el extranjero (offshore) –que en 2009 sumaban 7,4 billones de dólares- Suiza detentaba 2 millones de dólares, equivalentes al 27% de la cifra global.

Le siguen Gran Bretaña y sus islas anglonormandas (26%).

Pero Singapur es uno de los centros financieros con mayor tasa de crecimiento en la actualidad. A finales de 2009, administraba alrededor de 1,2 billones de dólares de fondos offshore. Como referencia, Hong Kong administraba 1 billón de dólares en ese año.

Por su parte, los llamados individuos con alto valor neto (HNWI por sus siglas en inglés) poseen fortunas invertidas en sus países y en el extranjero por 39 billones de dólares en 2009.

Del total, 10,7 billones son de ciudadanos estadounidenses; otros 9,7 billones pertenecen a habitantes de la región Asia-Pacífico, y 9,5 billones a europeos.

Fuente: Asociación Suiza de Banqueros y Secretaría de Estado de Asuntos Financieros Internacionales

(Traducción: Andrea Ornelas)

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