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Los banqueros del UBS no pueden comer ajo

La corbata, una prenda obligatoria para todo banquero que se precie de serlo. Imagepoint

Una normativa interna del banco UBS desvela un abanico de reglas llamadas a pautar la vida de sus empleados. Desde la ropa interior que pueden ponerse, hasta los condimentos de las comidas son codificados en una iniciativa que ha causado no poca hilaridad en los medios de comunicación helvéticos, pero también severas críticas sindicales.

La noticia fue hecha pública la semana pasada por el diario ginebrino ‘Le Temps’, que trató la información, como no podría ser de otra manera, con un tono decididamente humorístico.

En el rígido e hípercodificado universo de los banqueros suizos, la imaginación vestimentaria brilla por su ausencia. A pesar de ello, el buque insignia de la banca helvética ha considerado necesario insistir en una uniformidad a rajatabla.

Ropa interior color carne para las damas

 

Las directivas, que los portavoces del banco se apresuran a calificar de “experimentales”, no dejan nada librado al azar. Es así que las empleadas del UBS son amablemente invitadas a “usar ropa interior de color carne”, de preferencia en fibras sintéticas, ya que “el algodón se arruga”.

En cuanto a los caballeros, las barbas de tres días tan a la moda ya no serán toleradas por el número uno de los bancos helvéticos. Ni tampoco las gafas de sol. El documento llega incluso a decir que “el superior jerárquico” dirá al empleado si es mejor afeitarse “en seco o al agua”. El lector llega a preguntarse hasta qué nivel de intimidad llegan las nuevas normativas.

Pues he aquí otra perla: “El momento más adecuado para perfumarse es tras una buena ducha caliente, cuando los poros de la piel están abiertos”. Es así que el joven banquero aprende que no es recomendable perfumarse de nuevo tras la pausa del mediodía, o que tampoco debe “probar nuevas fragancias durante el almuerzo”.

Ni las mujeres deben llevar faldas que puedan subirse a medida que caminan. Y, por cierto, las chaquetas masculinas deben, necesariamente, “cubrir completamente el trasero”. Un mayor nivel de detalle es casi imposible. Debe ser la legendaria precisión suiza llevada al extremo.

Evitar ajo y cebolla

 

¿Y qué pasa durante el almuerzo? ¿Llega UBS a decir qué es lo que pueden o no comer sus empleados? Por supuesto, y “sugiere” amablemente a los afortunados a su servicio que se abstengan de “comer platos a base de ajo y cebolla durante la semana laboral”.

Todas estas reglas (y muchas más) forman parte de un exhaustivo documento de 44 páginas llamado ‘Código vestimentario a la atención de los colaboradores PKB’. A saber: los que tratan personalmente con la clientela privada. Por el momento, UBS aplica estas directivas solo en cinco oficinas piloto, antes de hacerlas extensivas (o no) a las 300 sucursales en territorio suizo.

Pero sigamos con los mandamientos del buen banquero helvético. Algunos son previsibles y razonables, tales como la recomendación de usar trajes de color antracita, negro o azul oscuro, tanto para ellos como para ellas. Al clásico traje se suman zapatos y cinturón negro. Por cierto, los señores deben ponerse los zapatos “utilizando un calzador”.

¿Complementos y joyas? Las menos posibles. De hecho, hasta eso está codificado, siendo así que las mujeres no pueden llevar más de siete,  y los caballeros tres. Entre las prohibiciones absolutas figuran ‘piercings’ y tatuajes, considerados como “pasados de moda y poco profesionales”. Tampoco es aconsejable, en estos tiempos de globalización rampante y corrección política, lucir de forma visible cualquier símbolo de pertenencia religiosa.

Otro tabú para los hombres: las botas vaqueras. Pero el maquillaje es altamente recomendado a las señoras puesto que “da aspecto profesional y realza la personalidad”. Por su parte, entre los ‘consejos’ que el banco da a sus colaboradores se cuentan las visitas al peluquero cada cuatro semanas.

¿Y la esfera privada?

Aunque en Suiza el empleador tiene el derecho de imponer ciertas vestimentas o recomendar comportamientos específicos, más allá de las risas y los comentarios irónicos, no son pocos los analistas que se preguntan si estas normas no atentan contra el derecho a la vida privada de los empleados.

Según comentan diversos especialistas consultados por ‘Le Temps’, “nunca antes se ha visto en este país un código vestimentario y de comportamiento que incluya tal lujo de detalles”. Un experto llega a afirmar que es “delicado entrar a este nivel en la intimidad de las personas”.

De hecho, la cuestión ha cruzado las fronteras y ha provocado incluso quejas en la vecina Francia. El secretario general del sindicato de asalariados de ese país, François Chérèque, declaró en una entrevista con ‘France Culture’ que considera “insoportable” el nuevo código vestimentario del UBS.

En opinión del sindicalista galo, “se trata de una discriminación pura y simple, que refleja las condiciones actuales de vida y trabajo, incluida Francia”. Las propuestas del UBS han llegado ya incluso a las páginas de diarios como ‘Le Monde’ o el influyente ‘Wall Street Journal’.

Otro tema que levanta las cejas de los observadores parece ser “la desigualdad de trato entre hombres y mujeres”. Siendo así que las exigencias femeninas son mayores, más precisas y abarcan más campos que las de los caballeros.

Igualmente, dado el grado de precisión de estas directivas, algunos especialistas se interrogan sobre si no sería necesario que el banco asuma el coste de, al menos, parte de estas prendas y complementos exigidos a los trabajadores. Al mismo nivel que los restaurantes se hacen cargo de los uniformes de sus camareros.

En cualquier caso, lo que queda claro es que, si bien los banqueros suizos gozan de ingresos envidiables y un altísimo nivel de vida, las exigencias que pesan sobre ellos (y no solo en términos de formación académica) son igualmente muy altas. Aunque, al menos, los empleados del UBS pueden seguir luciendo la alianza de matrimonio. Tal práctica es, al menos de momento, tolerada por el banco.

UBS es el segundo mayor banco del mundo en gestión de fortunas privadas. Tiene su sede central en Zúrich y emplea a más de 64.000 personas. Su actual director ejecutivo es Oswald Grübel, mientras que el ex ministro Kaspar Villiger ostenta la presidencia de la institución.

El UBS es producto de la fusión, en 1998, entre la Sociedad de Bancos Suizos y la Unión de Bancos Suizos. De ella nació el banco más importante de Suiza, especializado en la gestión de fortunas.

Durante la crisis de los ‘subprime’, el UBS fue el banco europeo más afectado. De hecho, al borde de la quiebra debió ser rescatado en octubre de 2008 por el gobierno suizo y por el banco central vía un paquete de apoyos financieros que rebasaron los 68.500 millones de francos suizos.

Clásico traje antracita, negro o azul oscuro con zapatos negros, tanto para ellos como para ellas. Camisa blanca de rigor.

Sólo se lucirán siete joyas o complementos (mujeres) y tres (hombres). La alianza de matrimonio no se toma en cuenta y es, por tanto, tolerada.

Las damas deben ponerse ropa interior color carne en fibras sintéticas. También se les recomienda que se maquillen, pues “hace más profesional”.

Los caballeros no deben usar botas vaqueras. Prohibición total de ‘piercings’ y tatuajes para ambos sexos. Tampoco se tolera la barba de tres días.

Hay que perfumarse siempre después de una ducha caliente, “cuando los poros de la piel están abiertos”.

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