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UBS y el secreto bancario se inclinan ante Washington

La primera institución bancaria suiza cede ante los EE UU. Reuters

El banco número uno de Suiza acepta que promovió un fraude contra el fisco estadounidense entre su clientela de aquel país. Para resarcirse, revelará el nombre de varios evasores -250 según el diario 'Le Temps'- y liquidará una multa de 780 millones de dólares.

La decisión pone de cabeza a la plaza financiera suiza que teme por la estabilidad del secreto bancario. El resto de los banqueros afirma “no estar temblando”, pero tampoco aplaude el precedente que sienta el UBS.

El UBS era investigado desde los primeros meses de 2008 por la justicia estadounidense y lo sabía.

Había facilitado el impago de impuestos entre unos 19.000 clientes americanos con cuentas en Suiza, una acción que le habría costado al fisco estadounidense alrededor de 25.000 millones de francos suizos.

El 1 de julio de 2008, la jueza Joan Lenard del Tribunal del Distrito de Florida dio ‘banderazo’ Internal Revenue Service (IRS), el co estadounidense, para solicitar al UBS información confidencial sobre sus clientes.

Sólo dos semanas después, el UBS se disculpaba.

Pero acababa de iniciar un largo proceso administrativo que definiría el desenlace de la historia. El quería colaborar con las autoridades tributarias, pero sin violar el secreto bancario.

Este miércoles (18.02) súbitamente, el banco número uno de Suiza dio un viraje.

Se anunció dispuesto a pagar una multa de 780 millones de dólares (915 millones de francos suizos) al gobierno de EEUU y, más aún, a entregar el nombre de varios clientes evasores – 250 según el diario ginebrino ‘Le Temps’.

La noticia sacudió íntegra a la plaza financiera suiza porque puso en entredicho a su institución más sólida: el secreto bancario.

Tras el anuncio, el gobierno de Barak Obama celebra; el UBS se dice “arrepentido” de haber consentido la defraudación; las autoridades financieras de Suiza avalan la decisión del banco; los banqueros y los expertos académicos manifiestan sus resquemores; y la bolsa toma de buena gana la noticia.

“Entrega voluntaria”

La decisión del UBS no fue fortuita.

Este viernes (20.02), el Senado de EEUU tiene previsto publicar una lista con el nombre de una serie de testigos que deben acudir a comparecer sobre el caso UBS y los principales directivos del banco podrían estar incluidos en ella.

Por otra parte, y más importante aún, sacrificar la ‘punta del iceberg’ de los evasores asegurará, como confirmó Pierre Mirabaud, presidente de la Asociación de Banqueros Suizos (ABS), que el banco no pierda su licencia de operación en Estados Unidos, uno de sus mercados más rentables.

Consultado al respecto, el UBS declinó ofrecer nuevos detalles a swissinfo y refirió que su posición ya fue dada a conocer por los dos hombres clave del grupo.

En un comunicado, Peter Kurer, presidente del UBS, afirmó anoche que el banco se “arrepiente sinceramente” de lo sucedido y reitera su compromiso de confidencialidad con sus clientes, aclarando que no incluye los casos de actos fraudulentos.

En tanto, Marcel Rhoner, director general del UBS, agrega que “es evidente que el banco cometió una falta y que sus sistemas de control fueron inadecuados”.

En el mercado bursátil suizo (SIS), la acción del UBS ganó un 4% durante la jornada de este jueves, para ubicarse en 12,66 francos suizos, con lo que la bolsa avaló la decisión del UBS.

Autoridades suizas

Por su parte, y contra todo pronóstico, la Autoridad Federal de los Mercados Financieros de Suiza (FINMA) apoyó la decisión del UBS y lo autorizó a entregar información confidencial a EEUU.

Esto le evitará una persecución penal formal que lucía inminente y cuyas consecuencias habrían sido “dramáticas”, afirmó la entidad supervisora.

A su juicio, “la anulación del secreto bancario en este caso es justificada por la protección que merecen el resto de los acreditados e inversionistas del UBS, y por la estabilidad de la plaza financiera suiza”.

Al permitir al UBS ofrecer información confidencial de sus clientes, la FINMA se acogió a los artículos 25 y 26 de la legislación bancaria vigente en Suiza.

Sin embargo, en opinión de Peter V. Kunz, experto y profesor de legislación financiera y derecho comparativo en la Universidad de Berna, la FINMA patina sobre un hielo muy delgado, ya que el artículo 25 permite tomar medidas extraordinarias cuando un banco está en riesgo de insolvencia.

En declaraciones a Matt Allen, de swissinfo, el experto agrega que si una institución tiene problemas con autoridades extranjeras, la insolvencia puede ser uno de los riesgos.

“Y puedo entender que UBS enfrentara serios problemas si le es retirada su licencia en EEUU”, dijo, “pero no creo que exista un vínculo directo con a insolvencia en este caso”.

No estamos temblando: ASB

“Los bancos suizos no estamos temblando porque vivimos en un estado de Derecho. EEUU consiguió un éxito concreto y esto no implica que esté por repetirse el supuesto con otros bancos. Me preguntan si está en riesgo el Credit Suisse o alguna otra institución; hay que preguntárselo directamente a ellos. Lo cierto es que existen reglas claras sobre la forma en la que se pueden hacer negocios, y hay miembros de la Asociación que no las respetaron”, afirmó contundente Pierre Mirabaud.

Entrevistado por la radio pública suiza de habla francesa, Radio Suisse Romande, el presidente de los banqueros agregó que la FINMA sólo autorizó al UBS a dar el nombre de los clientes cuya defraudación al fisco fue probada tras un examen en el que participó también el Ministerio suizo de Finanzas.

Mirabaud hizo una puntualización capital en este proceso: dl derecho suizo distingue entre evasión y fraude fiscal.

En caso de fraude fiscal, otorgar información confidencial no viola el secreto bancario.

Permitir que este procedimiento llegara a su fin era lo mejor. El camino tomado violenta acuerdos de índole administrativa y de doble tributación previamente pactados entre Suiza y EEUU, puntualizó. Y eso no es lo mejor, pero la FINMA debió tener buenas razones para autorizar al UBS a pactar con el gobierno de Estados Unidos.

swissinfo, Andrea Ornelas

El secreto bancario suizo está inscrito en el artículo 47 de la Ley Federal de Bancos y Cajas de Ahorro. Su origen se remonta a la Edad Media. En Suiza entró en vigor en 1934 y prohíbe a todo empleado/directivo bancario dar a conocer la identidad y haberes de sus clientes.

El secreto bancario se anula en caso de: delitos de lavado de dinero, tráfico de drogas y/o armas, fraude fiscal. En litigios por herencias o divorcios. En casos políticos de excepción (dictadores con fortunas ocultas, por ejemplo).

Actualmente el UBS administra la mitad de las fortunas asiáticas.

Emplea a 77.250 personas, un tercio de ellas en EEUU.

La legislación suiza contempla una pena mínima de 50.000 francos para quien viole el secreto bancario.

El 1 de julio de 2008, la jueza de Florida, Joan Lenard, ordenó al UBS entregar el nombre de los titulares estadounidenses de 19.000 cuentas administradas desde Suiza.

Dos semanas después, el entonces responsable de gestión de fortunas del UBS, Bradley Birkenfeld, reconoció ante un tribunal de Florida haber incitado a muchos clientes a incumplir con el fisco de EEUU.

Birkenfeld reveló que dicha práctica ilegal podría involucrar cuentas por un valor total de 20.000 millones de dólares, que reportaban al UBS ganancias anuales del orden de 225 millones de francos.

Todo contribuyente estadounidense que omite información sobre sus cuentas en el extranjero por más de 10.000 dólares comete un delito.

El secreto bancario suizo no se levanta por la evasión de impuestos, aunque sea a petición de un gobierno extranjero.

El hecho de no declarar o infravalorar los ingresos o los activos en la declaración de la renta no se considera un delito en Suiza.

Los suizos son únicos en cuanto a que atribuyen mayor importancia al respeto de la vida privada que a los impuestos.

Los bancos no tienen derecho a informar a las autoridades fiscales suizas, y todavía menos a las autoridades fiscales extranjeras.

Puesto que Suiza no considera la evasión de impuestos como un delito, no cumple ninguna petición de cooperación judicial (también conocida como asistencia mutua) procedente de otros gobiernos.

Hay que establecer una distinción clara entre evasión de impuestos y fraude fiscal.

El fraude fiscal (documentación falsificada, prácticas deshonestas) se considera un delito en Suiza.

En este caso, un juez competente puede levantar el secreto bancario y se puede desarrollar la cooperación judicial.

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