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Cuando Suiza abatía elefantes a cañonazos

Dibujo de un elefante cerca de unas murallas.
A la espera de su ejecución, la señorita Djeck es recluida en régimen de aislamiento cerca de las antiguas murallas de Ginebra. Bibliothèque de Genève

El fenómeno de los animales estrella no es nuevo. En su libro Du pâté d'éléphant chez Calvin, Pierre-Yves Frei relata la insólita historia de una elefanta que triunfó en los escenarios en el siglo XIX, antes de ser abatida con un cañón en Ginebra. He aquí la oportunidad de arrojar algo de luz histórica sobre nuestra relación con los animales exóticos.

Todo comienza en noviembre de 2019. Pierre-Yves Frei, colaborador del Museo de Historia Natural de GinebraEnlace externo, traslada objetos para preparar una exposición dedicada al bicentenario de la institución. Durante la operación encuentra un extraño cráneo de elefante: los colmillos parecen haber sido recortados y en el hueso hay múltiples horadaciones, una muy grande.

Sus colegas le indican que se trata de los restos de una elefanta abatida con un cañón en Ginebra en 1837. También se entera de que el paquidermo tenía un nombre – “señorita Djeck” – y que tuvo una carrera artística. Fascinado por esta historia, este antiguo periodista científico decide escribir un libro con su mujer, Sandra Marongiu, quien se encarga de las ilustraciones.

Cráneo de elefante.
Los agujeros dan testimonio del impacto de las balas, una de ellas, de cañón. Pierre-Yves Frei

Una estrella internacional

El libro recorre la trayectoria del animal. Capturado muy joven en la India, es transportado en barco y llega a Londres en 1806. La elefanta es exhibida por primera vez en una de las mayores casas de fieras itinerantes de Inglaterra.

En 1814, el paquidermo cruza el Canal de la Mancha. Comienza entonces su carrera artística durante las giras en las que le enseñan la mayoría de sus actos circenses. Pero la verdadera gloria se produce con la primera representación de la obra El elefante del rey de Siam en 1829, en París.

Mezclando teatro y circo, esta obra trata de la lealtad de un elefante a su amo. Inteligente y capaz de distinguir entre el bien y el mal, el paquidermo ayuda al príncipe heredero de Siam a frustrar el plan de un usurpador y a recuperar su trono y a su novia. El público se entusiasma con la señorita Djeck, que no es vista como un simple animal. “No se aplaude a una elefanta, sino a una actriz, a una dama”, escribe Pierre-Yves Frei.

La obra tiene tanto éxito que es adaptada al inglés y sale de gira por Alemania, Bélgica y el Reino Unido… La señorita Djeck cruza incluso el Atlántico, de gira por Estados Unidos. Alcanza la cumbre en Francia, en 1832, con un paseo triunfal por los Campos Elíseos y una representación ante el rey Luis Felipe.

Dibujo que muestra a un elefante con varias personas en escena de teatro
Una de las escenas de la obra El elefante del rey de Siam. © Musée Carnavalet / Ville De Paris

Suiza, cementerio de elefantes

Pero el periplo se detiene brutalmente en Ginebra en 1837. La elefanta atrapa a un pastor con su trompa, lo tira al suelo e intenta aplastarlo. Gravemente herido, el desafortunado se salva gracias a los estridentes gritos de su esposa. Las autoridades reaccionan rápidamente. El animal es condenado a muerte. Como los fusiles de la época no son lo suficientemente potentes, es ultimado de un cañonazo.

Su carne es vendida en las carnicerías, de ahí el título del libro Du pâté d’éléphant chez Calvin. Los restos son disecados con fines científicos, el cráneo es guardado en el museo y la piel, vendida a un comerciante, termina finalmente en Bélgica; la señorita Djeck es expuestaEnlace externo actualmente en el Museo de Historia Natural de Tournai.

Aunque esta historia parece increíble, la señorita Djeck no es el único paquidermo que fue abatida y terminó en un puesto de carnicería. Un caso similar ya había tenido lugar en Ginebra en 1820. Y lo mismo ocurre en 1866 en Morat, en el cantón de Friburgo.

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El elefante, el cañonazo y el matadero de Murten

Este contenido fue publicado en Estamos en el 27 de junio de 1866. Una multitud de curiosos se apresta a asistir a una escena insólita: el arribo de dos elefantes asiáticos a Murten, una aldea medieval de 2 300 habitantes en la campiña de Friburgo. Los animales, un macho y una hembra, pertenecen al circo ambulante americano ‘Bell & Myers’.…

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“Comido por caníbales”

La ejecución de la señorita Djeck provoca conmoción en la prensa internacional. “Suiza acaba de cometer un crimen execrable. Este país casto y pacífico, que imaginábamos tan virtuoso, con sus grandes lagos y sus pequeños chalets, se ha deshonrado para siempre con una ejecución cuyo recuerdo hará palidecer a las naciones durante mucho tiempo”, escribe Le Charivari, revista francesa y principal periódico satírico del mundo.

La revista cultural francesa Le Ménestrel se muestra igualmente impactada. “La ciudad de Ginebra acaba de ser el escenario de un horrible suceso: ¡una artista dramática, que actuó con éxito en varios escenarios de Europa, ha sido asesinada a cañonazos! ¡Su carne ha sido vendida públicamente a los habitantes de esa ciudad, y comida por los caníbales!”

Sin embargo, algunos periódicos entienden el sacrificio, porque el animal era peligroso. De hecho, las autoridades ginebrinas ponen fin a lo que podría considerarse un mortífero desplazamiento. Los accidentes se multiplicaron a lo largo de los años y se elevó el número de víctimas: la señorita Djeck dio muerte a tres de sus cornacas e hirió gravemente a una docena de personas.

Diplomacia de la trompa

En esta obra voluminosa de 231 páginas, el autor no se limita a contar la historia de la señorita Djeck. La contextualiza ofreciendo una mina de informaciones. El espectro de temas tratados es muy amplio: diplomacia, taxidermia, zoología, etología, mitología, anatomía comparada…

Quizá uno de los aspectos más interesantes es la fascinación que los animales exóticos han ejercido siempre sobre las sociedades humanas. Durante mucho tiempo, poseer animales exóticos era sobre todo una forma de mostrar riqueza y poder.

Esta “diplomacia del baúl”, como la denomina el autor, estuvo en pleno apogeo desde la época de los Descubrimientos y alcanzó su apogeo con Manuel I de Portugal (1495-1521). “La gran ventaja de los animales exóticos para un soberano como este es que atestiguan con mucha más eficacia la inmensidad de su reino que cualquier discurso”, explica Pierre-Yves Frei.

“Pero lo que hace que la posesión de un elefante sea una particular demostración de poder en Occidente es que está teñida de este regusto, de esta fascinación por lo exótico. El elefante no solamente es grande y poderoso, sino que también huele mucho a otro lado del mundo. De ahí que quien lo posea sea un hombre poderoso entre los poderosos”, continúa el autor.

Couverture d un livre
Presses Polytechniques et Universitaires Romandes

Nacimiento de los zoológicos modernos

La Revolución Francesa, la Revolución Industrial y la expansión de las colonias cambian la situación. Los productos y animales exóticos dejan de ser patrimonio de la aristocracia y tienden a banalizarse. “Con todos estos productos exóticos que inundan la Gran Bretaña, es un poco como el comercio en línea antes de tiempo, excepto que los tiempos de entrega son ligeramente más largos”, señala Pierre-Yves Frei.

Los animales exóticos abandonan entonces las casas reales de fieras en dirección de instalaciones públicas y luego de zoológicos. Esta transición se explica sobre todo por razones científicas. Con los inicios de la zoología y la etología se pretende estudiar a los animales en un entorno más “natural”. El atractivo que los animales exóticos ejercen convierte a los zoológicos en una inversión y en una actividad económica.

Al igual que los regalos reales de épocas precedentes, los zoológicos revisten también una función de poder y autoridad. “La tenencia de animales vivos es una confirmación de la preeminencia del Hombre sobre la naturaleza, de la civilización sobre el salvajismo, un punto que debe ponerse en paralelo con la necesidad del Estado -y de la ciencia de entonces- de mostrar su poder colonial”, escribe Pierre-Yves Frei.

En cuanto a las fieras ambulantes, sobreviven porque no hay zoológicos en todas las ciudades y la gente se desplaza poco. Y cada vez más, las casas de fieras y los circos se fusionan para dar lugar al circo moderno.

Evolución de las mentalidades

Entre zoológicos, casas de fieras y circos, los animales exóticos son objeto de un intenso comercio en el siglo XIX. El animal es considerado sobre todo como una mercancía que puede ser tratada sin piedad. Desde este punto de vista, la historia de la señorita Djeck es emblemática: el paquidermo es retirado de su manada cuando es pequeño, encerrado en una jaula, golpeado con una vara, alimentado de forma inapropiada, atiborrado de alcohol…

Muchos de los tratamientos descritos en el libro serían inimaginables hoy en día. Pero, ¿cuándo se produce este cambio de mentalidad? “Es difícil de decir”, responde Pierre-Yves Frei. “Las cosas empezaron a cambiar gradualmente hacia mediados del siglo XIX, sin que sea posible dar una fecha precisa”.

El proyecto de construcción de un zoológico en Ginebra ilustra esta evolución. Un primer proyecto es rechazado en 1870, esencialmente por las incertidumbres económicas y políticas relacionadas con la guerra franco-prusiana. Un segundo proyecto aborta en 1930, pero esta vez no solamente por motivos económicos, sino también por razones de protección de los animales.

“El proyecto del zoológico no podía más que ser rechazado por todos aquellos que se preocupan por el verdadero progreso de nuestra civilización. Hay curiosidades crueles que se visten de progreso y que en realidad pertenecen a la decadencia, presagio de un retorno a la barbarie”, escribe la Sociedad Ginebrina de Protección de los Animales en el Journal de Genève del 17 de septiembre de 1930.

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Foto antigua de una mujer barbuda

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Con o sin mujeres barbudas, el circo sigue siendo espejo del mundo

Este contenido fue publicado en Durante mucho tiempo, el circo ha estado asociado a un mundo extraño y fantástico. Por lo que a menudo ha sido representado en la pintura, la literatura o el cine. Todavía en los años 70, había series de televisión juvenil protagonizadas por niños que soñaban con dejarlo todo para unirse a una carpa. Un escenario…

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Incluso hoy, las mentalidades siguen cambiando. Así, los espectáculos con animales salvajes son cada vez menos populares. En 2016, Knie, el mayor circo suizo, renunció voluntariamente a los actos con elefantes que lo habían hecho famoso. Y hace poco, el Gobierno francés anunció la desaparición de los animales salvajes de los circos ambulantes y la prohibición de los delfinarios.

“Está claro que las cosas siguen evolucionando y que el circo de hoy ya no es el mismo que el de mi juventud”, comenta Pierre-Yves Frei. “¡Pero eso no impide que mi hija vaya con mucho gusto!”

Traducido del francés por Marcela Águila Rubín

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