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Latinoamérica, activa consumidora de imitaciones

Millares de relojes falsos son destruidos regularmente en la lucha contra la piratería en Latinoamérica. Keystone

Durante los últimos cinco años las autoridades de México, Paraguay, Brasil o Colombia, han realizado ambiciosos operativos para decomisar relojes suizos falsos. La Federación de la Industria Relojera suiza ha sido siempre el detonante.

 “Réplicas de alta calidad de relojes suizos famosos: Blancpain, Breguet, Cartier, Hublot, Longines, Mont Blanc, Vacheron Constatin”, ofrece un sitio web colombiano y remata su promesa con la siguiente leyenda: “Servicio honesto, pronto y fiable las 24/7”.

La paradoja es una compañera fiel del andar cotidiano de América Latina. Esta oferta en línea se replica en plataformas del ciberespacio mexicano, argentino, peruano, paraguayo o chileno. Pero dar con los cerebros de este mercado, aún es un proceso difícil.

Pero están también las ventas de “carne y hueso” de relojes suizos de imitación. Las que se realizan en los coloridos y atestados mercados populares latinoamericanos en donde tocar, comparar y regatear precios, son las principales reglas del juego.

Un mercado en donde pocos consumidores estiman que están comiendo un delito a comprar un reloj falso a una fracción del precio del original, ya que se trata de una economía regional en donde, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 50% de la población urbana está obligada a trabajar en la informalidad si quiere comer.

Operativos en Tepito

La Federación de la Industria Relojera de Suiza (FH) estima que esta industria suiza pierde el equivalente a 1.000 millones de francos suizos anuales, y considera que América Latina debe ser uno de sus principales blancos de acción.

Y México ha sido el protagonista de dos de los principales operativos -2008 y 2006- para la detección y decomisos de relojes suizos ‘pirata’.

Ambos dispositivos tuvieron lugar en el popular barrio de Tepito, ubicado en el corazón de la Ciudad de México y anfitrión de uno de los mercados más populares y posiblemente riesgosos del país.

En las dos ocasiones, la FH fue el detonante de los procesos.

Jean-Daniel Pasche, presidente de la FH, ubica a México como pieza clave para desmantelar el tráfico y consumo de relojes falsos en Latinoamérica. “Especialmente en la capital del país y en la (norteña) ciudad de Tijuana”, expresó ya en 2006.

Y tras reunir evidencias y obtener el respaldo de las principales marcas afectadas, la FH gestionó a través de su oficina de representación en Latinoamérica, basada en Asunción (Paraguay), la presentación de una denuncia penal ante las autoridades aztecas.

Demanda que fue atendida por la Procuraduría General de la República (PGR) y que desembocó en dos operativos celebrados en Tepito en las primeras horas de la madrugada, el mejor momento para evitar que los vendedores defendieran con uñas y dientes sus mercancías.

La gestión de los dos dispositivos precisó de 450 elementos policiacos y permitió decomisar 90.000 relojes suizos falsos en 2008, y otros 20.000 en 2006.

Seis años de pesquisas

Pero México no es el único país latinoamericano que provoca pérdidas a la industria relojera helvética.

En la Asamblea General de la FH correspondiente al 2006, este gremio hablaba de una alentadora trayectoria –con ventas superiores a los 13.000 millones de francos suizos-, pero también del flagelo de la falsificación.

Sobre América Latina, la FH expresó que su Grupo Anti-falsificación había operado de forma particularmente activa promoviendo operativos en Paraguay, México y Brasil, que habían derivado en el retiro del mercado de 130.000 imitaciones.

El de México, fue citado antes. El brasileño, tuvo lugar en noviembre del 2006, en centro comercial “25 de Marzo” de San Pablo, y además de la mercancía incautada permitió arrestar a 14 ciudadanos chinos responsables de la importación y comercialización de relojes falsos.

Un esfuerzo que se ha reforzado en los años posteriores.

Colombia, Paraguay y Brasil

En 2010, Yves Bugmann, jefe de la División Legal de la FH, dedicó un largo editorial en la revista HH –newsletter de la FH- para denunciar que “esparcida por Brasil y Paraguay, la falsificación tiene inmóviles a las autoridades. En Brasil hay centros comerciales especializados en la venta de artículos falsos. Los relojes están entre los productos más solicitados y frecuentemente vienen de Asia. Son vendidos abiertamente e incluyen a todas las marcas suizas conocidas”.

Producto de esta cruzada latinoamericana, en Colombia (2011), la Policía Metropolitana de Medellín y Vale de Aburrá aseguraron un total de 3.000 relojes de diversas marcas, entre ellas, Rolex, en una bodega de la capital antioqueña.  Piezas que eran vendidas como “originales” al mayoreo y al detalle.

Y en Paraguay, en febrero del 2012, se realizó un operativo proporcionalmente tan ambicioso como el mexicano –el país sudamericano tiene 6 millones de habitantes frente a los 113 millones de México- que permitió a la Policía Nacional incautar en Ciudad del Este un total 3.500 relojes falsos.

El 80% eran imitaciones de Swatch. Y la batalla contra los productos piratas sigue en un mercado en donde los bajos ingresos de la población con frecuencia pesar más en la balanza que el sentido de la ley infringida.

En general, la falsificación de productos supera el equivalente a 250.000 millones de francos suizos en el mundo, según la OCDE, que estima que sus efectos han provocado la desaparición de unos 200.000 empleos en la economía formal.

China es considerado el principal país productor de relojes falsos (más del 80% del total), seguido de Hong Kong (10%) y Tailandia (2%).

En Suiza, las autoridades que luchan contra la falsificación de relojes son la Federación de la Industria Relojera (FH), la Asociación Suiza contra la Piratería, Stop Piracy, y la Oficina Federal de Aduanas.

El Acuerdo Comercial Anti-falsificación (ACTA por sus siglas en inglés) es un acuerdo multilateral de adhesión voluntaria que busca fortalecer el respeto a la propiedad intelectual para reducir el delito de la falsificación de productos.

Actualmente, el ACTA ha sido firmado por Suiza, EEUU, Australia, Canadá, la República de Corea, Japón, Marruecos, Nueva Zelanda, Singapur, México y 22 países de la UE (solo están fuera por ahora Alemania, Chipre, Estonia, Holanda y Eslovaquia).

Excepto México, ningún país latinoamericano se ha adherido aún a este acuerdo que busca reducir la falsificación de bienes a nivel internacional.

La Federación Relojera (FH) de Suiza comenzó a fijar su atención en el mercado de los relojes suizos falsos en Latinoamérica durante el primer semestre del 2005.

Antes de presentar cualquier denuncia penal formal ante las autoridades de estos países, la FH trabaja directamente con gabinetes especializados que incluyen detectives que permiten identificar la forma en la que funciona la comercialización de los relojes imitados.

Posteriormente presenta denuncias penales en las que pide formalmente la colaboración de las autoridades locales, vía la materialización de operativos para detectar y decomisar relojes suizos falsos.

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