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En Túnez, el Foro Social contra el fanatismo

Prticipantes en el Foro Social se manifiestan contra el terrorismo durante una marcha el 24 de marzo en Túnez. Keystone

El Foro Social Mundial (FSM) está de vuelta en Túnez con el objetivo especial de “consolidar las dinámicas y los cambios derivados de la revolución tunecina y de los movimientos democráticos en la región”.

Desde 2001, el FSMEnlace externo reúne en diversas ciudades, ONG de todo el mundo para desarrollar alternativas al “neoliberalismo” y debatir sobre problemáticas sociales. Su edición 2015, que comienza este martes, se celebra en la misma sede que dos años atrás. 

El FMS adquiere una dimensión particular en momentos en que el pequeño país del norte de África, cuna de la Primavera Árabe y único Estado árabe-musulmán que logró establecer una democracia después de la revolución de 2011, se vio afectado por la masacre en el Museo del Bardo, en Túnez, el 18 de marzo. El ataque, reivindicado por el grupo Estado Islámico, cobró 23 vidas y dejó un total de 47 heridos. Esta es la primera vez que la organización, que dice pretender establecer un califato, afirma su presencia en la capital tunecina. El extremismo pesa como una espada de Damocles sobre la transición.

El Estado magrebí enfrenta, desde la caída del régimen de Ben Ali, a grupos fundamentalistas que tratan de socavar el proceso democrático. Hasta ahora la habían tomado principalmente contra fuerzas de seguridad en ataques concentrados sobre todo en el montañoso oeste, cerca de la frontera con Argelia. Una mina costó la vida este domingo a un soldado en esa región. Túnez, que solamente cuenta con once millones de habitantes, es también el país con el mayor número de ciudadanos – 3 000, según las estimaciones – que han partido para hacer la yihad en Siria e Irak. Cerca de 500 han vuelto, dijo el Gobierno. Los dos atacantes del Bardo, por su parte, fueron entrenados en Libia.

La decisión de conservar el FSM fue tomada inmediatamente después del ataque al museo. “Más que nunca, la amplia participación en el Foro Social Mundial 2015 será la respuesta adecuada de todas las fuerzas de paz y de la democracia que militan en el seno del movimiento altermundialista por un mundo mejor, de justicia, libertad y convivencia pacífica”, comunicaron los organizadores, poco después de la masacre.

Los mensajes de apoyo a los responsables de la manifestación llegaron de todas partes y las delegaciones de todos los países han confirmado su participación, incluida la de Suiza. La marcha de apertura del martes se celebrará bajo el lema ‘Los pueblos del mundo contra el terrorismo. Asimismo se anunció la difusión de una ‘Carta internacional altermundialista del Bardo de lucha contra el terrorismo’.

Delegación suiza en Túnez

La masacre del Bardo no impidió que la delegación suiza asistiera al Foro Social Mundial 2015 en Túnez. Como estaba previsto, unas sesenta personas hicieron el viaje, incluidos cinco parlamentarios federales, entre los cuales el presidente del Senado, el socialista Claude Heche Jura, y dos diputados cantonales. Están también representantes de ONG, sindicatos y medios de comunicación.

“Luego del ataque, era particularmente importante venir y apoyar a Túnez”, dijo a swissinfo.ch el diputado ecologista Ueli Leuenberger. El ginebrino conoce bien el país merced a los nueve viajes que ha hecho desde 2012. “Después de los atentados en París, nadie dijo que no había que ir a Francia. Las perspectivas geopolíticas son sombrías por todas partes en este momento, y Túnez es un ejemplo”.

Antes del inicio del foro, la delegación se reunió con funcionarios de la sociedad civil tunecina y visitó proyectos de la cooperación suiza. La estancia fue organizada por E-CHANGER/ComundoEnlace externo, entidad suiza de cooperación solidaria para el intercambio de personas, y Alliance Sud, comunidad de trabajo para la política de desarrollo, que agrupa a seis ONG suizas. Entrambas implementaron diversos talleres y conferencias.

“Túnez no está acabado…”

“¡El foro debe tener éxito!”, declaró a swissinfo.ch Mohamed Hedi Khalfaoui, en un mitin frente al Bardo, al día siguiente del ataque. Este tunecino de 22 años, “diplomado en desempleo”, según él mismo, participará en el evento. Forma parte de la Fundación Chokri Belaid contra la violencia, entidad que tomó el nombre del líder de izquierda asesinado en febrero de 2013. “Debemos mostrar que nuestro valor no disminuirá. Túnez no está acabado. Túnez es eterno”, se leía en la pancarta blandida por el joven.

Sana Ammar Sana, estudiante de 21 años y oriunda de Monastir, ciudad costera  unos 160 km al sur de la capital, forma parte de los voluntarios del FSM desde que quedó fascinada por la edición de 2013: “La marcha de apertura era un país cada dos metros, cantaban la Internacional en diferentes idiomas. Debajo de cada tienda, había una organización y militantes con historias que contar”.

Alude luego a los “terroristas”, a los que “quiero decir que afuera hay vida, danza, música, amor. Estoy segura de que son humanos. Es culpa del sistema. La pobreza es un caldo de cultivo para el desarrollo de esas ideas asesinas”.

La situación económica de Túnez, que fue uno de los detonantes de la revolución, se ha deteriorado aún más desde entonces. La pobreza aumentó un 30% en cuatro años, según el Centro de Estudios Económicos y Sociales (CERES), y ahora afecta a dos millones de personas. Durante el mismo período, el poder adquisitivo se redujo en un 40%. Los jóvenes están muy afectados: la tasa de desempleo, que es de alrededor de 15% a escala nacional, asciende a casi el 38% en esa categoría de la población, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicado en marzo.

“La desesperación de los jóvenes, que creyeron en los objetivos de la revolución, los empuja a la radicalización”, explicó la magistrada y excandidata a la presidencia tunecina, Kalthoum Kannou, en el marco de una reunión con la delegación suiza en Túnez.

“Pero hay otros factores, agregó: La debilidad de la educación, las desigualdades entre las regiones, la falta de control en los lugares de culto, pero también el hecho de que las libertades hayan sido ahogadas por el antiguo régimen contribuye a ese fenómeno. Tampoco hay que soslayar el contexto mundial. Se trata de un terrorismo transfronterizo”.

¿Cómo responder? “Tenemos que fortalecer la seguridad, en particular mediante la rápida aprobación de la ley antiterrorista, pero no solamente”, dijo Alaa Talbi, director del Foro Tunecino de Derechos Económicos y Sociales (FTDES), que coordina el Foro Social de Túnez.

“Es esencial abrir el debate sobre la cuestión social. También hay que luchar a través de la educación y la cultura”. En cuanto al aspecto de la seguridad, añadió que la sociedad civil debe velar para que las medidas adoptadas no infrinjan la libertad y los derechos humanos. Al respecto, propuso la Corte Constitucional como salvaguarda.

Avances

Aún quedan muchos retos para Túnez, pero desde el Foro Social de 2013 se han dado pasos importantes: “Un Parlamento y un presidente fueron elegidos democráticamente a finales del año pasado”, recordó Peter Niggli, director de la ONG suiza Alliance SudEnlace externo, que coorganiza el viaje de la delegación helvética. “En cuanto al lugar de los islamistas, es limitado, pero legal, no como en Egipto”.

Más allá de las problemáticas relacionadas con Túnez, el FSM también será una oportunidad para hacer un balance de la situación en otros países árabes, especialmente Argelia, Marruecos, Egipto y los Estados del Golfo, agregó Peter Niggli. “Yo espero que logremos una visión más clara de lo que está pasando”.

Por lo demás, los temas tradicionales del Foro Social serán abordados en la capital tunecina: cambio climático,  justicia social, desigualdades Norte-Sur, etc.

Peter Niggli: “No podemos decir que los grandes problemas discutidos hace dos años hayan sido resueltos. Uno de las principales aspectos de esta edición será el de reflexionar sobre la movilización internacional en vistas de la Conferencia de París sobre el Cambio Climático que se celebrará en diciembre”.

Más de un millar de actividades

Más de 4 300 organizaciones y asociaciones de 120 países participan en el Foro Social Mundial 2015, que se realiza del 24 al 28 de marzo, en Túnez, bajo el lema ‘Dignidad y Derechos’. Más de un millar de talleres, conferencias y debates han sido programados y se esperan hasta 70 000 personas.

Los responsables de la manifestación están confiados en lo que atañe a la seguridad tras el ataque del Bardo. “Se han dado todas las garantías para el desarrollo exitoso del evento”, según Alaa Talbi, director del FTDES, que coordina el Foro Social de Túnez. “Tenemos reuniones con el Ministerio del Interior desde hace meses y se han adoptado medidas especiales en la ciudad y en todo el perímetro del foro, incluso en los hoteles”.

Fundada en 2001, en Porto Alegre, Brasil, en respuesta al Foro Económico Mundial (WEF) en Davos, Suiza, el Foro Social es un “espacio abierto de reunión” para concebir alternativas “al neoliberalismo”, como lo menciona su carta constitutiva. El foro no es confesional, ni gubernamental, ni partidista. Su lema: “Otro mundo es posible”.

Después de Nairobi, en 2007; Dakar, en 2011, y Túnez, 2013, esta es la cuarta vez que el Foro Social se lleva a cabo en el continente africano.

Traducido del francés, por Marcela Águila Rubín

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