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Expulsión de extranjeros delincuentes, lectores opinan

En respuesta a la aprobación de la iniciativa de la UDC, el Movimiento de Lucha contra el Racismo organizó el pasado martes una manifestación en Lausana. Keystone

Los ciudadanos suizos se pronunciaron el 28 de noviembre por la expulsión de extranjeros que delinquen. La votación susctitó una avalancha de comentarios en los diferentes idiomas de swissinfo.ch, la mayoría favorables al resultado de las urnas. Resumen y análisis.

Fue un día negro para unos, y de gloria para otros. Los internautas han recurrido el teclado para manifestarse sobre la iniciativa de la Unión Democrática del Centro (UDC, derecha conservadora).

Partidarios y adversarios participaron en el debate defendiendo de manera contundente sus posiciones. Si se contabilizan los comentarios recibidos en todas las lenguas de swissinfo.ch, se observa una clara ventaja numérica para el campo partidario de la expulsión de los extranjeros delincuentes.

Así, cerca del 90% de las reacciones en inglés son favorables a la iniciativa, una tendencia que se repite en francés, árabe y alemán. A diferencia de la votación popular contra la construcción de nuevos alminares (noviembre 2009), que desencadenó múltiples comentarios hostiles, esta vez se ve menos criticada. Incluso si entre los lectores de las páginas en español e italiano el debate genera más división y no se han recibido comentarios en portugués favorables al resultado.

Una iniciativa que genera unión

“Estoy a favor de que se expulse a todo extranjero residente en Suiza que comete un crimen… y que sea para siempre”, escribe un refugiado iraquí afincado en este país. Una posición radical, pero que ilustra la mayoría de reacciones que no conciben la iniciativa de la UDC como discriminatoria hacia los extranjeros. “Si tienes la conciencia tranquila, ¿dónde está el problema? Es hora de que se deje de proteger a los delincuentes”, afirma un internauta en inglés.

El proyecto de la UDC seduce a un amplio abanico de personas que no proceden precisamente de las filas del partido. “Aplaudo este resultado, aunque no soy de derechas”, subraya una suiza que reside en Inglaterra.

Malos ‘huéspedes’

Muchos lectores consideran que es justo sancionar severamente a los extranjeros que delinquen. “Ellos (los suizos) tienen razón de votar contra los delincuentes que viven en su país. De hecho, el inmigrante que quiere burlarse de este bello país es igual que un diablo cruel”, escribe un lector de lengua árabe desde Líbano. Y una extranjera que vive y trabaja en Suiza desde hace casi 15 años, se expresa en francés y destaca que “la gente que trabaja y se adapta al país de acogida siempre es bienvenida, independientemente de su nacionalidad o religión”.

En la mayoría de los comentarios se observa esa brecha entre los extranjeros que se integran y adaptan al país de acogida y los que no respetan las leyes. “Conozco a muchos para los que este resultado no tendrá consecuencia alguna, puesto que son ‘huéspedes’ estupendos y a los que acogería incluso en mi casa”, sostiene una internauta en alemán.

El politólogo especializado en la derecha conservadora, Oscar Mazzoleni, interpreta esta reacción como una necesidad de marcar fronteras en una sociedad que se caracteriza por una pérdida de referencias. “El debate sobre el extranjero delincuente crea una frontera entre quienes no respetan las leyes y son culpables de no haber querido integrarse en la cultura o respetar las costumbres locales, y el resto. De ese modo, se establece una referencia”.

El politólogo subraya también que esta iniciativa, que propone una mezcla de costumbres, cultura y legalidad, amalgama al delincuente y al extranjero. Porque el que no respeta la ley es forzosamente diferente.

Además, esa amalgama se refleja en las posiciones de algunos lectores. “Espero que todos los países adopten una ley similar, ya que los extranjeros han ido demasiado lejos en lo que se refiere a crímenes y acciones deplorables en los países europeos aprovechándose de leyes demasiado clementes y poco apropiadas a pueblos subdesarrollados”, escribe en árabe un lector radicado en Suecia.

Elogios a la democracia

Parece que muchos envidian la posibilidad que brinda Suiza a sus ciudadanos de tener la última palabra. Sobre todo en Francia, como reflejan los siguientes comentarios: “Gracias a Suiza por su democracia directa. ¡Que corra el champán! Apruebo este voto. Y pido lo mismo en Francia (…)”.

“¡Bravo Suiza! Aquí en Francia estamos hartos de las agresiones diarias y de ese ambiente que nos recuerda a la Inquisición, a la hora de denunciar a quienes tienen recelo hacia los inmigrantes”.

Hasta tal punto que, en opinión de algunos lectores, se ha llegado demasiado lejos. “No nos engañemos, queridos, a la UDC no le preocupa ni Suiza ni sus ciudadanos. Lo que le interesa es ganar el poder político por medio de todos los golpes políticos permitidos. Y que el pueblo siga como un rebaño de ovejas asustadas”, señala este lector francófono en Suiza.

Vergüenza

“Me avergüenzo de ser suizo. De vivir en este país que era un remanso de paz y ahora protagoniza una deriva hacia la extrema derecha. ¿Qué significa ser extranjero? ¿Hablamos del niño nacido en Suiza que solo conoce este país, pero no el de sus padres? ¿Por qué debería ser tratado diferentemente de los que han nacido en Suiza y son hijos de padres suizos? ¿Es esto lo que entendemos por igualdad?” Son muchas las reacciones de indignación, consternación y frustración por el resultado, como esta última en francés, que destacan un aspecto de la iniciativa: la estigmatización.

En un tono a veces irónico y desconforme, los internautas critican también el avance del racismo en Suiza y se preguntan dónde están los límites. “Si, según las estadísticas, la mayoría de los delincuentes miden más de 1,70, ¿entonces cómo hay que proceder? ¡¡¡Pues expulsando a todas las personas de más de 1,70 m!!!”

Aunque el futuro no se puede ver en una bola de cristal, el politólogo Oscar Mazzoleni cree que la temática de los extranjeros seguirá en la agenda política durante los próximos años. Y es que para la UDC constituye una oportunidad política importante. Esto va a contribuir a convertir, una vez más, a los extranjeros, los solicitantes de asilo y los extranjeros nacionalizados, en un “problema” que una parte de la población percibe como tal. Y la respuesta de la UDC parecerá un camino viable capaz de resolver ese problema.

Los ricos, bienvenidos

Finalmente, en el grupo de quienes se oponen a la iniciativa de la UDC, se analiza la noción de delincuente. Ya que en el texto, el término abarca tanto a un asesino como a quien defrauda a las instituciones de asistencia social. En cambio, no hace referencia a los crímenes de índole económica.

“La expulsión de delincuentes no vale naturalmente para quienes cometen delitos con ayuda de los bancos suizos”, comenta un suizo de habla alemana. Y la conclusión de otro internauta es que “por una parte Suiza quiere expulsar de su territorio a los asesinos, los ladrones y los traficantes, pero acoge con los brazos abiertos a los dictadores, mafiosos y empresarios con grandes fortunas”.

Este artículo se basa en una selección de comentarios publicados en los distintos idiomas de swissinfo.ch.

Carece de todo valor científico, ya que no se han utilizado bases estadísticas para analizar los comentarios.

La iniciativa ‘Para la deportación de los extranjeros delincuentes’ fue aprobada por el 52,9% de los votantes.

Sólo seis cantones la rechazaron: Ginebra, Vaud (Lausana), Jura, Neuchâtel, Friburgo y Basilea-Ciudad (semicantón).

El contraproyecto a la iniciativa fue rechazado por el 45,2% de los ciudadanos.

Todos los cantone lo rechazaron.

La iniciativa ‘Para la deportación de los extranjeros delincuentes’ logró reunir cerca de 211.000 firmas.

Con ella, la UDC quiere privar sistemáticamente del permiso de estancia y expulsar a los extranjeros que han sido condenados por diferentes motivos, sobre todo asesinato, violación, pero también atraco a mano armada, tráfico de drogas, abuso de prestaciones de los seguros sociales.

En el texto aprobado en las urnas, esas personas serán expulsadas independientemente de su estatuto . Con la expulsión, se les prohíbe volver a pisar suelo helvético durante 5 a 15 años; en caso de reincidencia: 20 años.

La iniciativa no contempla que se examine principio alguno de proporcionalidad.

Tras su aprobación en las urnas, el gobierno debe adaptar el texto para su aplicación. Y es que ahora viola algunas obligaciones internacionales de Suiza.

En especial, viola algunas disposiciones del acuerdo de libre circulación de personas que concluyeron en 1999 Suiza y la Unión Europea.

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