En momentos en que se prepara una amplia renovación del Palacio de las Naciones - sede de las Naciones Unidas en Ginebra - el fotógrafo François Vermot captó las diferentes épocas representadas en el diseño del edificio y en su mobiliario. Imágenes que evocan el estilo y la atmósfera de los años 30 y 70 del siglo pasado.

Titulada ‘La huella diplomática’, la serie fotográfica excluye a las personas. Una elección que abre la puerta para viajar en el tiempo y la imaginación, como anota François VermotEnlace externo:

“En muchos rincones del Palacio de las Naciones el visitante es transportado al pasado, a algún lugar en los años 1930 o 1970, los períodos de construcción y ampliación del inmueble. El colosal edificio está repleto de elementos de época, hoy banalmente funcionales y utilizados en el cotidiano.

En el Palacio, estas reminiscencias resuenan como anacronismos con el estilo original del lugar. Sin embargo, lo invisten de una presencia inusual, en el seno del cual emergen debates, negociaciones, acuerdos o desacuerdos. La impronta diplomática.

La arquitectura es autoritaria, el hogar del mundo fue construido con intenciones claras. Pero en la práctica, esa aura original es puesta en tela de juicio por la actividad humana. La decoración, que se pretendía refinada y representativa de la función del lugar, tuvo que ser acondicionado en muchos sitios, dispuesta para satisfacer los usos esenciales de los diplomáticos. Al igual que en el resto del mundo, cuando las intenciones humanistas chocan con la realidad de los seres humanos.

En 2023, el edificio será renovado enteramente por primera vez. El espacio será rediseñado, racionalizado. Los trabajos ya comenzaron”.