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Las nuevas fronteras de la democracia directa

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El 'e-voting' abre nuevas perspectivas para la democracia. Sin embargo, entraña riesgos.

Luego de la votación de Anières -la primera por Internet en Suiza-, swissinfo plantea cuatro aspectos para explicar el sufragio a través de la red.

“Es un verdadero plebiscito para el voto por Internet”, celebraba el canciller de Estado del cantón de Ginebra, Robert Hensler, al término de un escrutinio que movilizó masivamente a los habitantes de la pequeña comuna de Anières.

Juzgue usted: 48 ciudadanos acudieron a las cabinas de voto, 370 eligieron sufragar por correspondencia y … 323 expresaron su opinión vía Internet.

En tiempo normal, sólo uno de cada dos ciudadanos de Anières ejerce su derecho a voto para los temas comunales. El domingo pasado (19.01) casi dos de cada tres ciudadanos tomaron parte en ese escrutinio comunal.

Un éxito apenas creíble, en particular porque la votación se refería, como sucede con frecuencia, a dos temas de menor importancia. A saber, un crédito de renovación para un inmueble y un restaurant.

No hay duda, el experimento efectuado en esta pequeña población ginebrina motivó a la ciudadanía a hacer uso de sus derechos civiles.

En forma experimental, se trato de una primera prueba oficial del proyecto piloto del ‘e-gobierno’, lanzado en el 2000 por la Confederación.

Luego de esa victoria, más allá de la satisfacción de las autoridades, queda determinar cuáles son los riesgos de la cyberadministración y cuál es su futuro.

swissinfo le propone una radiografía, en cuatro puntos, del voto en línea.

¿El ‘e-voting’ es confiable?

La seguridad del sistema probado en Anières parece en orden. Cada ciudadano recibe, con su material de voto, un número de seis cifras.

De acuerdo con la Confederación, una persona que mediante la vía del ensayo, quisiera penetrar en el sistema sin disponer del número de identificación, tiene una oportunidad sobre cinco mil millones de lograrlo.

Una vez franqueado ese primer estadio, en la pantalla aparece una boleta. Pero para que el voto sea validado, el ciudadano debe indicar aún su fecha de nacimiento y retranscribir un código secreto de cuatro cifras que figura en esos documentos de voto.

Y, último obstáculo contra un eventual fraude, el ‘e-votante’ debe indicar su comuna de origen, lo que hace decir a Daniel Braendli, jefe del proyecto de voto por Internet de la Confederación, que el sistema es muy seguro.

Cabe destacar que la seguridad del sistema ha sido mejorada luego de los primeros ensayos efectuados en mayo-junio del 2002, en Ginebra, por Hacknet, la empresa contratada para hacerla de ‘hacker’ (pirata informático).

“Hacknet no pudo infiltrar el sistema”, recuerda Michel Chevallier, encargado de la comunicación para el proyecto ‘e-voting’ del cantón de Ginebra.

“Los hackers, que estaban en posesión de credenciales de voto, no lograron modificar el escrutinio y, sin embargo, les dimos seis semanas, mientras que en una votación, la urna electrónica es accesible sólo dos semanas”, precisa.

Es de subrayarse en fin que el Estado de Ginebra detenta la aplicación del sistema. Las soluciones -desarrolladas por sus informáticos en colaboración con dos empresas privadas- no pueden ser reutilizadas tal cual, fuera de Suiza.

¿A quién beneficia el ‘e-voting’?

El objetivo del voto en línea es ofrecer un instrumento suplementario a aquellos y aquellas que deseen ejercer sus derechos cívicos. “En particular, subraya Robert Hensler, a los suizos del extranjero, que son 580 mil”.

“Para ellos, el ‘e-voting sería muy interesante sobre todo porque el envío de material por correo requiere, en efecto, mucho tiempo”, precisa Gabrielle Keller, portavoz de la Organización de Suizos en el Extranjero (OSE).

“Los suizos que viven en países lejanos reciben muy frecuentemente el material muy tarde y no tienen el tiempo de estudiarlo con seriedad”, añade.

Más grave, continúa el portavoz de la OSE, “durante las elecciones, muchos suizos del extranjero están completamente excluidos de la segunda vuelta”, pero, ¿cuántos de ellos tienen acceso a Internet? No se dispone de ninguna cifra oficial.

Un estudio realizado por swissinfo logró resultados extrañamente positivos, pero se efectuó entre una categoría de población ya sensibilizada.

En Suiza se busca sobre todo a los jóvenes, frecuentemente abstencionistas pero apasionados de Internet.

Eso significa que el voto electrónico debería, efectivamente, aumentar la participación de los sufragantes, en lugar del voto por correspondencia.

Utilizado actualmente por 90% de los ginebrinos, este último ha permitido aumentar en 20 puntos el índice de participación cantonal que se ha convertido así en uno de los más elevados de toda Suiza.

La experiencia de Anières parece confirmar, por otra parte, esta tendencia. En efecto, si se cree en los resultados del cuestionario distribuido con el material electoral, 22% de los votantes por Internet son abstencionistas ocasionales o regulares.

Inclusive, 65% de entre ellos afirma que utilizarían sistemáticamente el voto electrónico si su uso estuviera generalizado.

¿Cuáles son las otras aplicaciones de los derechos políticos por Internet?

“En la visión federal -analiza Michel Chevallier-, se trata de “electronizar” los derechos populares, no solamente el voto sino también la reunión de firmas para los referendos y las iniciativas”.

“Todo ello no se produce sin consecuencias -añade. En Ginebra, por ejemplo, sólo 5% de los electores acude personalmente a las locales de voto. Se ha hecho muy difícil recoger las firmas”. Los poderes públicos deben entonces adaptarse a esos cambios.

“Vemos que los suizos compran muy poco por la vía de Internet -aduce el responsable de comunicación para el proyecto de proyecto ‘e-voting’ del cantón de Ginebra. Sin embargo, practican mucho el ‘e-banking’. No temen, entonces, divulgar datos confidenciales en línea”.

¿Cuáles son los otros experimentos piloto de voto electrónico en Suiza?

Ginebra no es el único. Los cantones de Zúrich y de Neuchâtel también recibieron un mandato de la Confederación para experimentar el voto por Internet, pero están menos avanzados.

El proyecto de Neuchâtel se concentra sobre todo en la firma electrónica de iniciativas y de referendos. Ese cantón ya dispone de un registro centralizado de electores.

En cuanto a los zuriqueses, se disponen a establecer un registro de electores dotado de un acceso centralizado.

Recordemos que para el periodo 2000-2004, la Confederación destinó un crédito de 30 millones de francos para estimular lo que se denomina “gobierno electrónico”, y que un parte de ese monto está reservado al voto por Internet.

Esos intentos poseen una base legal temporal válida hasta el 2004, como recuerda Daniel Braendli.

swissinfo, Andrea Tognina y Anne Rubin (traducción Marcela Águila)

46% de los votantes de Anières se pronunció por Internet, el 12% tiene más de 60 años.
22% de los ‘e-votantes’ son abstencionistas ocasionales o regulares.
65% se manifestaron a favor de utilizar sistemáticamente el voto electrónico.
El índice de participación fue de dos terceras partes cuando el habitual es de sólo una.

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