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Armenia-Turquía: una paz difícil

Reuters

La firma, este sábado en Zúrich, de un acuerdo de normalización entre Turquía y Armenia confirma el papel de mediador desempeñado por Suiza, ampliamente inspirado por los Estados Unidos. En su gran mayoría, la diáspora armenia de Suiza y de otros lugares rechaza el citado acuerdo.

Un valor incontestable: el que necesitaron y necesitarán todavía los gobiernos turco y armenio que se disponen a retomar las relaciones diplomáticas interrumpidas en 1993. Turquía cerró entonces su frontera como apoyo a Azerbaiyán en su conflicto con Armenia por el control del enclave del Alto Karabaj, poblado de armenios.

Turquía hizo una concesión muy grande: no se obtuvo nada en cuanto al arreglo de esta cuestión, aunque Ankara durante mucho tiempo hizo una condición ‘sine qua non’ de toda apertura hacia Armenia.

Pero también Armenia hizo concesiones con la ratificación del trazado de las fronteras tal y como se establecieron en el Tratado de Kars de 1921. Además aceptó la creación de una subcomisión de expertos -a lo que siempre se había opuesto- para estudiar la desaparición de los armenios de Anatolia en 1915 en las deportaciones y masacres que Turquía rechaza calificar de genocidio.

La diplomacia del fútbol

A la reunión diplomática de este sábado en Zúrich seguirá otra cita importante, aunque más popular y deportiva: en Bursa (Turquía), se disputa el famoso partido de vuelta el 14 de octubre entre las selecciones de fútbol de Armenia y Turquía, partido de clasificación para el Mundial de Sudáfrica y al que asistirá el presidente circasiano para animar a su equipo.

Además, es necesario que los Parlamentos nacionales ratifiquen este acuerdo, lo que no debería resultar imposible ya que los dos partidos en el poder, tanto en Turquía como en Armenia, son mayoritarios en su Legislativo respectivo. Pero la violencia de las críticas de la oposición en ambos países corre el riesgo de desestabilizar las opiniones públicas.

Los que se oponen

En Turquía, el líder de la extrema derecha nacionalista acusa al gobierno de haber liquidado los intereses de Turquía, así como los de Azerbaiyán, el país hermano con el que formamos “una nación, dos Estados”, según el lema de los años 90.

En Armenia, los nacionalistas del Dashnak claman ante la traición: con este acuerdo, dicen, Armenia no está segura de salir del bloqueo de Turquía impuesto hace 16 años con el cierre de las fronteras.

El primer ministro turco declaró recientemente que la reapertura de éstas depende de la retirada de las tropas armenias de Alto Karabaj.

Diáspora armenia en contra

También desde fuera de Armenia y Turquía se producen críticas. En su gran mayoría, la diáspora armenia rechaza esta normalización. Ha publicado varios folletos en la prensa occidental con un título explícito: Votch (No, en armenio).

El presidente circasiano visitó esta semana a las comunidades armenias de Francia, Estados Unidos, Libia y Rusia que le consideran un “traidor”.

Así el presidente de la Asociación Suizo-Armenia no oculta su irritación por esta forma “de tratarnos sin consideración en el último minuto”. Sarkis Shahinian considera que los dos protocolos “carecen de madurez política”.

El acuerdo “anula la validez del arbitraje de las fronteras de 1920 y, respecto al conflicto de Alto Karabaj, no menciona ni el derecho de un pueblo a su autodeterminación ni el papel de intermediario de Armenia”, explica.

Es también el eje de trabajo de la subcomisión de expertos que inquieta a este armenio que perdió una parte de su familia en el genocidio de 1915. “Temo que hemos tratado esta cuestión bajo el ángulo histórico, nada criminal, lo que excluye cualquier reparación”, dice el representante de los casi 2.000 armenios que viven en Suiza.

Y concluye: “Armenia ha caído en la trampa tendida por Turquía, el foso entre la diáspora y Armenia va a hacerse todavía más hondo”.

La confianza de Charles Aznavour

Difícil entonces para los armenios de la diáspora que sostienen el acuerdo turco-armenio hacerse escuchar.

En efecto, Charles Aznavour declaró que hacía falta “confiar en el presidente Sirkassian” como debía afirmar, sin duda, como nuevo embajador de Armenia en Suiza.

No serían más del 10 al 20% los que son favorables a este avance diplomático, dice un armenio de Ginebra que prefiere conservar el anonimato: “Soy relativamente entusiasta; hay que dar el paso de la reconciliación armenio-turca a costa de concesiones mutuas”.

Y precisa que “lo que afecta a la diáspora es que el gobierno de Armenia nos ha marginado completamente y se permite hablar en nuestro nombre aunque nosotros, la diáspora, somos herederos del genocidio”.

Ahí está lo que temen los armenios de Suiza, de Francia o de Estados Unidos: que esta normalización de las relaciones turco-armenias se lleva a cabo sin tener en cuenta la justicia histórica que les es debida.

Ariane Bonzon, swissinfo.ch
(Adaptación: Iván Turmo)

El primer protocolo pone el principio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas y de sus consecuencias: respeto de la integridad territorial y reconocimiento de las fronteras actuales.

El segundo protocolo trata los desarrollos económicos, técnicos, culturales e históricos de las relaciones que podrían establecerse. Especialmente, la cuestión de la apertura de la frontera turco-armenia y el establecimiento de una subcomisión de expertos que deberá estudiar la desaparición de los armenios de Anatolia en 1915.

Incertidumbre. El primer ministro turco ha repetido que no abrirá las fronteras hasta que no se arregle el conflicto de Alto Karabaj. Las presiones armenias de última hora tratan de convencer al presidente Sarkissian para que añada una cláusula de suspensión de los protocolos, que obligue a Turquía a abrir la frontera en dos meses y medio después de la firma de Zúrich.

De ahí la incertidumbre que planea en torno a la ceremonia de este 10 de octubre en Zúrich.

Confirmación americana. La jefa de la diplomacia estadounidense llegará el sábado a Zúrich donde asistirá a la firma de dos protocolos entre los Gobiernos de Turquía y Armenia, informó el secretario de Estado adjunto para Asuntos Europeos y Eurasiáticos, Philip Gordon.

Confirmación turca y armenia. En septiembre, el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan afirmó que los protocolos de normalización de las relaciones bilaterales se firmarían el 10 de octubre. Un responsable turco dijo que la firma, por M. Davutoglu y su homólogo armenio, Edouard Nalbandian, se haría en Zúrich.

Confirmación rusa. En un encuentro con la prensa el jueves en Moscú, el Ministerio ruso de Exteriores afirmó que evidentemente la firma se va a producir en Zúrich.

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