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La iniciativa general, con las horas contadas

Pese a la introducción de la iniciativa general, los partidos y los ciudadanos han permanecido fieles a la iniciativa clásica (en la imagen, las cajas con las firmas reunidas). Keystone

Uno de los objetos sometidos a voto el próximo domingo, 27 de septiembre, no es banal, ya que se trata - nada menos - que de suprimir un derecho popular. El Parlamento y el Gobierno proponen, en efecto, renunciar a la iniciativa popular general cuya aplicación consideran demasiado compleja.

La iniciativa general es un derecho popular reciente. Su principio fue aceptado en votación en febrero de 2003.

Difiere de la iniciativa popular clásica en que no se trata de someter al pueblo un proyecto vinculado, sino simplemente de pedir al Parlamento encontrar una solución al problema subrayado por la iniciativa.

Más flexible que la iniciativa tradicional, la iniciativa general permite a los parlamentarios decidir la vía a seguir para alcanzar la solución: sea por una enmienda constitucional o por una simple modificación legislativa. La iniciativa clásica necesita obligatoriamente una enmienda constitucional.

En el papel, la iniciativa general parece tener ventajas sólidas. Pero el Gobierno, la Comisión de las Instituciones Políticas (CIP) y el Parlamento llegaron a la conclusión de que era demasiado complicado ponerla en ejecución. Una opinión compartida por el conjunto de la clase política.

Así pues, ninguna voz ha defendido hasta ahora la iniciativa general. Esta unanimidad no asombra al diputado socialista Andreas Gross, miembro de la CIP y gran conocedor de los derechos populares.

swissinfo.ch: ¿Cuál es el principal problema de la iniciativa general?

Andreas Gross: Se trata de un derecho que no es muy útil. En efecto, por el mismo esfuerzo – es decir la reunión de 100.000 firmas – la iniciativa popular permite presentar un proyecto ya hecho. En estas condiciones, ¿por qué utilizar la iniciativa general? Es totalmente ilusorio.

Por otro lado, con la iniciativa general, no sabemos si lo que se pide es un cambio legislativo o constitucional. Añada a eso un Parlamento bicameral y la intervención del pueblo, eso crea una gran complejidad. Esto sólo se advirtió en la fase de realización de la iniciativa, razón por la cual decidimos renunciar a ella.

swissinfo.ch: ¿Por qué había sido aceptada esta idea de iniciativa general?

A.G.: Este proyecto había sido apoyado por la entonces ministra de Justicia, Ruth Metzler. Pero ésta no había comprendido el papel de la democracia directa.

En efecto, si usted tiene confianza en el Parlamento, no lanza una iniciativa. Lanzar una iniciativa quiere decir que usted no tiene confianza en el Parlamento. Y usted no encarga al Parlamento resolver un problema si no tiene confianza en él. En este sentido, desde el principio había una contradicción.

swissinfo.ch: Pero, no es una pena renunciar a un derecho aprobado sin haberlo siquiera utilizado?

A.G. : Hay que recordar que en 2003, hubo una participación por debajo del 30%. Fue el récord negativo en la historia de la democracia directa. El pueblo lo había aceptado porque casi nunca está contra un nuevo derecho político democrático. Pero el apoyo no había sido convincente.

De hecho, cometimos un error y ahora corregimos ese error. Sería peor continuar en una vía que verdaderamente no fue reflexionada.

Olivier Pauchard, swissinfo.ch
(Traducción: Marcela Aguila Rubín)

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Iniciativa popular: permite a los ciudadanos proponer una modificación de la Constitución. Para ser válida, debe ser firmada por 100.000 ciudadanos en un plazo de 18 meses. El Parlamento puede aceptar directamente la iniciativa. Puede también negarla u oponerle un contraproyecto. En todos los casos, se convoca a voto popular, dado que toca a la Constitución.

Iniciativa cantonal: permite a cada uno de los 26 cantones presentar ante el Parlamento un proyecto de artículo constitucional, de ley u ordenamiento. La iniciativa es tratada primero por la comisión competente de ambas cámaras del Parlamento. Si una de ellas rechaza darle curso en dos ocasiones, la iniciativa es abandonada. En caso contrario, la iniciativa sigue el camino clásico de cualquier ley o artículo constitucional.

Strong> Iniciativa parlamentaria : permite a un diputado o a un senador depositar(dejar) delante del Parlamento un proyecto de artículo constitucional, de ley o todavía de orden. Este proyecto puede ser redactado o formulado en términos generales. La comisión de la cámara donde la iniciativa ha sido depositada(dejada) decide si se efectúa allí de dar curso a eso. Por ejemplo, una iniciativa que tocaría un sujeto ya que colgaría cerca del Parlamento no sería válida. Si la comisión juzga la iniciativa admisible, el proyecto sigue luego el progreso legislativo clásico.

La iniciativa popular general fue sometida a voto popular el el 9 de febrero de 2003 .

El proyecto fue aceptado por el 70,4% de los ciudadanos y por todos los cantones.

El índice de participación fue del 28,69% .

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