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El juego turbio de Suiza en Sudáfrica

Nelson Mandela tras su liberación en 1990. RDB

El 11 de febrero de 1990, Nelson Mandela es liberado después de 27 años de prisión. Se convertiría luego en el primer presidente negro de Sudáfrica. La gente aplaude. Suiza, que había coqueteado con el régimen del Apartheid, aplaude también. A 20 años del acontecimiento, recorrido por los años sombríos.

“Cuando la libertad de comercio y de industria pasan por encima de los derechos humanos”. En octubre de 2005, con este tipo de fórmula, los medios de comunicación y las ONG comentan el informe final del Programa Nacional de Investigación (PNR 42 +) sobre las relaciones Suiza-Sudáfrica.

Los historiadores confirman lo que el movimiento antiapartheid había martillado durante décadas: mientras que la Suiza oficial condena desde 1968 el régimen de Pretoria, aplica desde 1963 un embargo sobre las armas y limita desde 1974 las inversiones en Sudáfrica (medidas que no serán respetadas), la economía privada continúa, hasta finales de los años 80, florecientes negocios con un país aislado del contexto de las naciones.

Y, cuando no se hacen de la vista gorda, el mundo político y la administración colaboran estrechamente con el régimen racista: intercambio de pilotos militares, encuentros frecuentes entre servicios secretos e incluso suministro de material para las seis bombas atómicas cuya fabricación confesará Pretoria más tarde.

“Bastante loco”

Sin llegar a hablar de connivencia, Sandra Bott, que trabajó en el rubro ‘Relaciones económicas’ del PNR 42 + (del que luego publicó una obra), subraya “intereses recíprocos muy fuertes entre ambos países “. Y “señales de confianza y signos políticos por lo menos conciliadores de Suiza al régimen del Apartheid”.

Los investigadores no se sorprendieron con los resultados. “En parte, me esperaba lo que encontramos”, admite la joven historiadora.

Tuvo sin embargo, algunas sorpresas, particularmente en cuanto a la importancia que adquiere, para los bancos suizos, la comercialización del oro sudafricano. O incluso la confirmación de que en 1968 las autoridades federales hicieron “borrar” Suiza de las estadísticas publicadas por el Banco central sudafricano sobre los movimientos de capitales derivados de operaciones con el extranjero.

“A pesar de todo, me pareció bastante loco. El embajador suizo en Pretoria, por orden del Ministerio suizo de Exteriores, pidió al Banco central modificar sus informaciones”, narra Sandra Bott. Así los países no aparecieron ya en forma específica, sino en categorías: ‘zona dólar’ o ‘zona sterling’ y Suiza, en el ‘resto de Europa’.

Acceso prohibido

¿Otras sorpresas? Probablemente los investigadores las habrían tenido si hubieran podido hacer su trabajo hasta el final. Pero contrariamente a aquellos de la Comisión Bergier (relaciones de Suiza con el Tercer Reich), los historiadores del PNR 42 + tuvieron un acceso limitado a las fuentes desde el principio de su mandato en 2001.

Así por ejemplo, el Gobierno no obligó a las empresas activas en Sudáfrica a abrir sus archivos. Y por supuesto, prácticamente todas rechazaron hacerlo.

En cuanto a los archivos públicos, el plazo normal de prescripción de 30 años permitió a los historiadores consultarlos hasta el año 1971. Y cuando pedían una apertura progresiva para llegar a 1990, se produjo lo contrario: el 16 de abril de 2003, el gobierno decidió pasar el plazo de prescripción de 30 a 40 años. Algo nunca visto.

En apoyo de su decisión, Berna invocó entonces el riesgo de quejas colectivas contra empresas suizas. Explicación admisible para Franz Blankart, secretario de Estado para el comercio exterior de 1986 a 1998.
“En Estados Unidos, por ejemplo, hay siempre un riesgo de procesos contra empresarios activos en Sudáfrica durante esa época o incluso contra la Confederación”, explica el antiguo diplomático.

Las ONG, de manera contraria, denuncian “la manera en la que el Gobierno cedió a la presión de la Asociación Suiza de Banqueros y de ‘economiesuisse’ (entidad que reúne las empresas suizas)”, como puede leerse en la página web de la Declaración de Berna.

El peso de las sanciones

Queda la cuestión central: ¿al no aplicar las sanciones decididas por la ONU, al mantenerse hasta la penúltima hora como socio del régimen racista de Pretoria, Suiza prolongó la vida de éste?

Como la mayor parte de los economistas, los historiadores del PNR 42 + son escépticos sobre la eficacia real de las sanciones. Para ellos, el hecho de que Suiza no hubiera participado en ellas “no prolongó, pues, el Apartheid”.

Algo que irrita a las ONG. “Las conclusiones del informe en relación con las sanciones no tienen sustento, sino que contienen exactamente las declaraciones políticamente deseadas y que convienen a los grandes bancos “, escribe la Declaración de Berna.

La respuesta de Franz Blankart es más matizada: “En 1992 encontré dos veces al entonces futuro presidente Mandela”, narra el antiguo secretario de Estado. “Me confirmó que la no participación de Suiza en las sanciones no lo había molestado; porque necesitaba una economía que funcionara y no una economía debilitada”.

M1950: El Parlamento sudafricano vota las leyes que instauran el Apratheid. Ciba (Novartis), Roche, BBC (ABB), UBS y otros ¨firmas suizas crean filiales en Sudáfrica.

1956: Fundación en Zúrich de la Asociación Suiza Sudáfrica, suerte de cámara de comercio.

1960: El 21 de marzo, en Sharpeville, la policía dispara contra manifestantes negros. 69 muertos. A una huelga general sigue una brutal represión que concluye con la desautorización del Congreso Nacional Africano (ANC, siglas en inglés)

1963: LA ONU pide embargo sobre venta de armas a Sudáfrica. Suiza establece la interdicción, pero es soslayada.

1964: Nelson Mandela y otros dirigentes del ANC condenados a prisión perpetua.

1968: Suiza condena firmemente el Apartheid en la Conferencia de la ONU sobre Derechos Humanos.
Los bancos suizos crean un pool de compra para el oro y Berna pide al Banco central sudafricano modificar la presentación de sus estadísticas para “borrar” a Suiza de las transacciones.

Hasta finales de los años 80, según estimaciones de la administración federal, Suiza habría comprado unos 300 mil millones de francos en oro a Sudáfrica.

1973: La Asamblea General de la ONU adopta convenio que hace del Apartheid un crimen contra la humanidad.

1974: Berna limita a 250 millones de francos al año las inversiones en Sudáfrica (300 millones desde 1980). Límite que no será respetado.

1976: El 16 de junio, jóvenes de Soweto se sublevan. Inicio de enfrentamientos que dejan unos 600 muertos en el país y que se traducirán en símbolo de la lucha contra el Apartheid.

1986: Suiza comienza un apoyo (de 45 millones de francos hasta 1994) a las ONG sudafricanas que defienden los derechos humanos y la democratización.

1990: Levantamiento de la interdicción del ANC. Nelson Mandela es liberado el 11 de febrero. El 8 de junio, visita Suiza, donde encuentra a René Felber, entonces ministro de Exteriores.

1994: El 27 de abril, primeras elecciones generales en Sudáfrica. Amplia victoria para el ANC. Mandela se convierte en el primer presidente negro del país.

(Traducción, Marcela Águila Rubín)

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