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Desentona anfitrión de Eurovisión

El escenario del concurso Eurovisión en Azerbaiyán. AFP

Azerbaiyán es sede este año del concurso europeo de la canción más popular. Una ocasión para que ese país muestre al mundo fastuosidad y progreso económico, pero también su lado oscuro.

A orillas del Mar Caspio, Azerbaiyán recibe desde este martes al concurso Eurovisión. Las autoridades de esa ex república soviética del sur del Cáucaso han hecho de esta manifestación, transmitida en toda Europa, una vitrina para ilustrar el progreso logrado tras su independencia, en 1991.

Para mostrar los méritos de ese país de mayoría musulmana y rico en hidrocarburos, el presidente Ilham Aliev y su entorno no escatimaron recursos. De acuerdo con el diario suizo Neue Zürcher Zeitung (NZZ), y sobre la base de un estimado del Centro de Investigación Económica de Bakú (la capital), la factura total asciende a por lo menos 600 millones de francos suizos.

Calificada de “mafia”, por la embajada estadounidense, la familia en el poder participa directamente en la cita musical. La primera dama, Mehriban Alieva, encabeza el comité organizador. Además, el esposo de la primogénita de la pareja presidencial, el cantante pop Emin Agalarov, actúa en el escenario. 

“Azerbaiyán está en manos de un potentado corrupto que ejerce el poder bajo un modelo que se sitúa entre el comunismo y el despotismo oriental”, explica Thérèse Obrecht, presidenta de Reporteros Sin Fronteras (RSF), sección Suiza.

Prensa, a la carga

Estas últimas semanas, las críticas al país organizador de Eurovisión han sido fuertes en Europa, especialmente por parte de los medios británicos. Channel 4 y la BBC difundieron reportajes que muestran intimidaciones contra los opositores, corrupción y violencia relacionada con los preparativos de la manifestación.

En su página Internet, la BBC informa: “El régimen detenta su poder con la conjugación de elecciones manipuladas, prisión para los opositores y control de enormes fuentes petroleras”.

En lo que se refiere a la televisión pública helvética, la RTS difundió un reportaje que da testimonio de expropiaciones forzadas, sin compensaciones y bajo un fondo de corrupción, así como de la destrucción de barrios enteros en Bakú, durante los preparativos para el concurso. Una “limpieza” destinada a mostrar al mundo el éxito de la pequeña república petrolera.

Los dos principales diarios de Zúrich publicaron reportajes extensos sobre el tema: “Azerbaiyán se muestra en escena como país abierto y moderno, pero la fachada es engañosa. La situación en el ámbito de derechos humanos es precaria”, escribe el NZZ:

El Tages-Anzeiger  difundió el testimonio de un cantante de rap que fue puesto tras las rejas y maltratado por insultar al presidente azerbaiyano.

Thérèse Obrecht subraya que “la libertad de prensa no existe en Azerbaiyán”. Siete periodistas están en prisión.

En un comunicado publicado en el sitio azerbaijan.az, los servicios informativos de la presidencia responden de manera lacónica a todas las acusaciones, denunciando una campaña “anti-azerbaiyana dirigida por los medios y las organizaciones gubernamentales occidentales”. Aseguran que “el gobierno ha tomado todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad sociopolítica durante la realización de Eurovisión”.

Una vitrina para mostrar al país

¿Adecuado el hecho de realizar bajo esas condiciones el concurso de Eurovisión en Azerbaiyán? “Ninguna organización política, sea la ONU, la Unión Europea o el Consejo de Europa, se ha pronunciado por sanciones en contra de Azerbaiyán. Y las mismas reglas son válidas desde hace 46 años para la realización del concurso: el país ganador es el organizador de la edición el año siguiente”, defiende Ingrid Deltenre, directora general de la Unión Europea de la Radio y Televisión (UER), con sede en Ginebra.

Deltenre hizo frente a las vivas críticas ante los micrófonos de su ex empleador, la televisión pública suiza en alemán (SRF) y dijo que si bien con la realización del concurso Azerbaiyán tiene la ocasión de mostrar sus lados positivos, también los sombríos.

Punto de vista que comparten Reporteros Sin Fronteras y Amnistía Internacional (AI).

“Nuestra campaña ha permitido hacer avanzar la causa de los derechos humanos en ese país poco conocido”, estima Nadia Boehlen, portavoz de la sección suiza de AI. Gracias a la presión ejercida, algunos prisioneros políticos, entre ellos el militante pacifista Jabbar Savalan, pudieron ser liberados”.

Actualmente, trece opositores permanecen aún de modo arbitrario privados de su libertad, mismos que han sufrido malos tratos al momento de su arresto o en los interrogatorios policiacos”, denuncia Boehlen.

Varios artistas que anteriormente han participado en el concurso Eurovisión respondieron al llamado de AI y se han comprometido a apoyar a los detenidos. Es el caso del dúo suizo Sinplus, compuesto por los hermanos Gabriel et Ivan Broggini, eliminado el pasado martes en semifinales. “En nuestro papel como músicos y, al igual que todo mundo, lo mínimo que podemos hacer es expresar nuestra solidaridad con todas las personas que han sido privadas de sus libertades fundamentales”, explicó el dueto al diario suizo Le Matin.

No al boicot

“No nos desengañemos, este encuentro servirá sobre todo a la imagen y a la comunicación del régimen”, concede Nadia Boehlen. Pero también el concurso permite a los opositores hacerse escuchar y obliga a Azerbaiyán a abrir sus puertas”.

En el mismo tenor se expresa el diario Tages-Anzeiger”: “El país ha invertido mucho dinero para hacerse promoción, especialmente a través de anuncios publicitarios dispendiosos, pero no ha logrado evitar que el debate político prevalezca”.

 

Para AI no se trata de proclamar un boicot a una cita como la de Eurovisión, sino aprovechar el momento para denunciar las violaciones de los derechos humanos que allí se producen. Lo mismo ocurrirá en el caso de Ucrania, sede en dos semanas de la Eurocopa. “Insistiremos ante el gobierno para que ponga fin a la violencia policiaca”, afirma Nadia Boehlen sobre el caso de la otra ex república soviética.

Y esto en tiempos las manifestaciones deportivas o culturales internacionales se multiplican en países autoritarios. Juegos Olímpicos en China o en Rusia, GP de Fórmula 1 en Bahréin, Mundial de Fútbol en Qatar, etc. “Son países que disponen del dinero necesario para organizar tales manifestaciones y que no dudan en aplicar la corrupción a gran escala”, afirma Thérèse Obrecht. No obstante, los avances esperados en materia de apertura política decepcionan con frecuencia, como fue constatado en China tras los Juegos”.

Antigua república soviética, proclamó su independencia en 1991. Entre Europa y Asia, Azerbaiyán tiene fronteras con Armenia, Turquía, Georgia, Rusia e Irán. Cuenta con cerca de 9 millones de habitantes, la mayoría de confesión musulmana.

Aliado político de EE.UU., Azerbaiyán es fuertemente dependiente de la explotación del petróleo en el Mar Caspio, que representa el 70% de sus exportaciones.

En 2006, gracias a la entrada en funcionamiento del superoleoducto con destino a Europa, el pequeño Estado caucásico tuvo un crecimiento económico del 36%. Afectado por la crisis, su PIB aumento apenas 0,3% en 2011.

Tras haber dirigido con mano de hierro el país de 1993 a 2003, el presidente Heydar Aliev hizo elegir a su hijo Ilham Aliev en las elecciones de 2003, mismo que fue reelegido con más de 88% de los votos en 2008, en unas elecciones faltas de democracia, según el juicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)

Este régimen es con regularidad objeto de denuncias por parte de las organizaciones civiles de defensa de los derechos humanos por poner tras las rejas a sus opositores e impedir el ejercicio libre de la prensa.

Las relaciones entre Suiza y Azerbaiyán revisten “una importancia particular no sólo debido a que Azerbaiyán pertenece al grupo de voto que preside Suiza en las instituciones de Bretton-Woods, sino también por la cooperación en materia de política energética”, indica el Ministerio de Asuntos Exteriores de Suiza.

En 2008, Suiza ha destinado a Azerbaiyán cerca de 10 millones de francos para proyectos de ayuda humanitaria y de cooperación técnica y económica.

En febrero de 2006, la otrora ministra de Asuntos Exteriores, Micheline Calmy-Rey, efectuó una visita a ese país, donde firmó tres acuerdos y una declaración común en materia de migración. Los ex presidentes suizos Pascal Couchepin (2008) y Hans-Rudolf Merz (2009) mantuvieron encuentros con el presidente Ilham Aliev.

Como miembro de la OSCE, Suiza acompaña y apoya la iniciativa lanzada por el Grupo de Minsk para lograr un  arreglo del conflicto enNagorno-Karabakh. Suiza ha ofrecido apoyo logístico en diversos encuentros organizados por ese Grupo.

(Adaptación: Patricia Islas)

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