Ricola, historia de un dulce éxito suizo
Adrian Kohler, director de Ricola, explicó en el reciente 'Swiss Economic Forum' de Thun cómo un caramelo de hierbas logró conquistar el mundo.
"Nuestro producto, sencillamente, es original y no una copia". Esta es, en resumen, la filosofía de la empresa de Laufen que ha conseguido hacerse con un nicho de mercado.
Toblerone, Ovomaltine, Ricola: son marcas mundialmente conocidas y los mejores embajadores de Suiza como un país productor de delicias y alimentos de calidad.
Hoy, los dos primeros figuran en el portafolio de gigantes extranjeros de la alimentación. Los caramelos Ricola, que inventó hace 75 años el confitero Emil Richterich, siguen siendo no sólo un producto de éxito, sino también cien por cien suizo.
Más de 40 países que han sucumbido a la 'Ricola-manía' y entre sus consumidores figuran estrellas del pop, como Robbie Williams, Tina Turner o Britney Spears.
El año pasado, la empresa de Laufen, en el cantón de Basilea, facturó 260 millones de francos suizos.
En un discurso pronunciado ante el 'Swiss Economic Forum' de Thun – que incitaba a "romper con las reglas" (Breaking the Rules) – el director ejecutivo de Ricola, Adrian Kohler, declaró: "Todo gira en torno al producto. Nuestros caramelos de hierbas son marrones, duros y rectangulares, no blandos y redondos".
"La marca es nuestro principal activo", si diversificamos, corremos el riesgo de ahogar la marca, afirmó Kohler ante los 1.200 empresarios que escucharon su discurso.
Tradición e innovación
"Una innovación es siempre y solamente un monopolio temporal", explicó a swissinfo. La receta de Ricola es sencilla: ser fiel a sus estructuras tradicionales, sin dejar de invertir en su desarrollo.
En los años 80 nacieron los caramelos y las infusiones Ricola sin azúcar, así como nuevos aromas. Recientemente, Ricola se estrenó en el segmento de los productos saludables. Un ejemplo es la línea de caramelos que contienen vitamina C, aromatizados con espino amarillo.
Para Ricola, las estructuras tradicionales es sinónimo de producir en Suiza y confeccionar en el extranjero. En contra de sus asesores, la empresa decidió abrir un nuevo centro de producción en territorio helvético y no en el extranjero. Esta también es una forma de "romper con las reglas".
Otra cosa es el embalaje: en este ámbito, la deslocalización permite recortar gastos de transporte y de derechos de aduana, y reducir los riegos derivados de los tipos de cambio.
Expansión sopesada
Ricola se lanzó a la conquista de los mercados extranjeros en los años 60, con la comercialización de sus productos en Alemania.
Para adentrarse en el mercado estadounidense, la empresa transgredió una vez más las normas: antes de abrir un centro de distribución en Estados Unidos optó por la comercialización a través de un socio estadounidense y encargó un estudio de mercado a una pequeña agencia de marketing.
Necesidad de raíces
Si en lugar de producir en Suiza lo hiciese en Europa del Este, Ricola podría recortar gastos. Pero Suiza compensa los altos costes de producción, ya que el país ofrece estabilidad y mano de obra cualificada.
A ello se suma otro aspecto importante. "Toda empresa necesita raíces", lo que refuerza la identificación del personal con la firma. Pero, además, Ricola está muy arraigada en Laufen, localidad donde tiene sede. "Allí donde tomamos algo, lo devolvemos de otra manera".
En otras palabras: Nadie cuestionó los proyectos de construcción de la empresa. "Somos, además, el contribuyente más importante de Laufen", concluye Kohler.
swissinfo, Renat Künzi, Thun
(Traducción del alemán: Belén Couceiro)
Datos clave
1930: fundación de Richterich & Co. En Laufen. Posteriormente la empresa se llamará Ricola
1950: concentración en la elaboración productos dulces
Años 60: producción de los caramelos de hierbas y expansión a Alemania
Hoy Ricola comercializa sus productos en 40 países
Emplea a 400 personas
La receta de los caramelos de hierbas – un tradicional producto de nicho – es secreta.
Contiene 13 hierbas que provienen de cultivos biológicos en los cantones del Valais y Jura, así como de las regiones del Emmental y Valposchiavo.
Contexto
El 'Swiss Economic Forum' (SEF), que concluye este viernes, se creó en 1999 a iniciativa de Peter Stähli y Stefan Linder.
Este jueves (11.05.) recibió al antiguo empresario y actual ministro de Justicia y Policía, Christoph Blocher.
Hoy, el SEF es, según sus organizadores, la cita económica más importante para las empresas innovadoras.
Este año, se vendieron en una hora las 1.200 entradas disponibles.
El SEF emplea a 6 personas a tiempo completo, 12 responsables de sector y 400 voluntarios.
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El 'Swiss Economic Forum' (SEF), que concluyó el pasado viernes (12.05.), se creó en 1999 a iniciativa de Peter Stähli y Stefan Linder.
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