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Suiza paga tributo bancario a las haciendas de la UE

Suiza retiene un impuesto fijo de 20% sobre las ganancias que generaran los ahorros de los europeos comunitarios y lo devuelve a la UE. Keystone

Para estar en orden con el fisco, los europeos con cuentas helvéticas deben declararlas en casa y pagar impuestos sobre los intereses que ganaron.

O si prefieren el anonimato, deben autorizar a Suiza a retener y pagar a su país los impuestos que les corresponden. Un esquema que en 2009 generó ingresos a las economías comunitarias por 535 millones de francos suizos.

El Departamento Federal de Finanzas (DFF) retuvo y pagó a los vecinos europeos un total de 534,8 millones de francos suizos por los intereses que generaron las cuentas bancarias de sus ciudadanos en 2009.

El dato es 30% inferior al registrado en 2008, lo que se explica en la multimillonario fuga de capitales que enfrentó la plaza financiera suiza producto de la crisis de los subprime.

De los 27 países que recibieron fondos por parte de Suiza –desembolsados durante el primer trimestre de este año- tres naciones concentraron la mitad del tributo bancario: Alemania, Italia y Francia.

¿A quién van los millones?

El DFF confirmó a swissinfo.ch que en 2009, Suiza retuvo 123 millones de francos suizos a italianos con cuentas en Suiza para luego transferirlos a la hacienda de Silvio Berlusconi.

En segundo sitio se ubicaron los alemanes, quienes vía las ganancias obtenidas por sus inversiones helvéticas, pagaron impuestos a la administración de Ángela Merkel por 109 millones de francos suizos.

En la tercera plaza se ubicó Francia, cuya hacienda recibió 52,2 millones de francos.

Lejos se ubican los españoles, con 26,3 millones de francos suizos para el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero; seguidos por los británicos, cuyas cuentas generaron ingresos adicionales para la administración de David Cameron por 17,5 millones de francos.

Los belgas y los holandeses con inversiones en Suiza generaron para sus haciendas locales un total de 16 y 13 millones de francos suizos, respectivamente.

Austria, en tanto, 9 millones de francos; muy ceca de Grecia, 8 millones de francos; y de Portugal, 6,3 millones.

La lista también incluye a contribuyentes de economías relativamente pequeñas dentro de la UE, como Malta (511.892 francos); Eslovaquia (401.758 francos suizos); o Eslovenia (362.110 francos).

El país comunitario que menos impuestos generó a su gobierno vía Suiza fue el de Estonia con 195.032 francos.

Auditorias aleatorias

Consultada sobre la operación del mecanismo (conocido técnicamente como “retención en origen”), Christiana Leuker, subjefa de la división de Percepciones DAT de la Administración Federal de Contribuciones (AFC), explicó que una vez que el cliente ha autorizado al banco suizo a pagar impuestos sin revelar su identidad, la institución financiera se encarga de la retención y la transferencia del citado gravamen.

Al cuestionarle cómo se garantiza que los bancos cumplan con esta obligación afirmó que la AFC realiza auditorias aleatorias de forma permanente.

Los bancos saben que quizás una, o hasta dos veces al año, pueden ser auditados sin aviso previo para verificar que hayan cumplido con su compromiso.

Las auditorias pueden ser también cada dos, tres o cuatro años, dependiendo del tamaño del banco y el volumen de recursos que maneja, pero como siempre son sorpresivas, están obligados a mantener sus cuentas en orden, como parte de los compromisos de Fiscalidad del Ahorro firmados entre Suiza y la UE
Cabe recordar que actualmente los bancos suizos retienen 20% de los intereses que generan los ahorros de sus clientes europeos.

En un ejemplo concreto, si la cuenta de un italiano generó 10.000 francos suizos de ganancia financiera en 2009, la retención fue de 2.000 francos. El 75% se dirigieron a la hacienda italiana (1.500 francos suizos) y el 25% restante (500 francos) fueron transferidos a la Confederación Helvética y los cantones.

Cuentas claras

Suiza coincide con la UE en la necesidad de que los intereses derivados de las inversiones de sus residentes sean gravados. Por ello, a principios de la presente década propuso negociar un esquema equivalente a la reglamentación europea en marcha, pero que garantizara simultáneamente la protección de la esfera privada de sus clientes.

La respuesta fue el llamado Acuerdo sobre la Fiscalidad del Ahorro firmado en el otoño del 2004, pero que entró en vigor el 1 de julio del 2005.

La clave de dicho pacto fue el compromiso de Suiza de retener un impuesto fijo de 15% sobre las ganancias que generaran los europeos comunitarios en Suiza; tasa que operó durante tres años y que aumentó a 20% a partir del 1 de julio del 2008.
La tasa volverá a ser revisada el 1 de julio del 2011, cuando será de 35% con vigencia indefinida.

El DFF, la UE encuentra hoy que la directiva de fiscalidad del ahorro tiene “lagunas” que deben resolverse. Por ejemplo, tendría que incluir nuevos instrumentos financieros –actualmente exentos- y alternativas como los seguros de vida.
Suiza está dispuesta a negociar con respecto a las lagunas, pero no el derecho al anonimato de sus clientes si optan por esta opción para cumplir con su hacienda local.

Pero dado que este sistema de imposición incita a muchos capitales a emigrar hacia plazas financieras fuera de Europa que no realizan la retención, Suiza buscará negociar en 2011 con la UE una extensión geográfica de la “retención en origen”. Una medida que ayudaría a construir un sistema financiero internacional más equilibrado.

Andrea Ornelas, swissinfo.ch

En 2009, la plaza financiera suiza transfirió 401,1 millones de francos suizos a la UE por intereses retenidos sobre las ganancias de las cuentas de europeos en Suiza.

La Confederación Helvética recibió 120,3 millones de francos por este concepto y los cantones 13,4 millones.

Sólo 33.000 declaraciones voluntarias de impuestos fueron registradas en la UE por ciudadanos suyos con cuentas en Suiza.

La fiscalidad del ahorro busca que los intereses percibidos por los ahorros de una persona física invertidos en un país extranjero (en cualquiera de los 27 de la Unión Europea o Suiza) no evadan impuestos.

Para evitar el incumplimiento, los países de la UE han optado por el intercambio de información fiscal automática entre gobiernos. Suiza rechaza este esquema, por ello creó la fórmula de retener y pagar al fisco de los otros países, sin revelar el nombre de su cliente.

Para limpiar su imagen de “paraíso fiscal”, entre 2009 y 2010 Suiza ha firmado una veintena de Convenios para Evitar la Doble Imposición (CDI) con otros países, documentos que anulan el “secreto bancario” cuando un gobierno presuma evasión de sus contribuyentes.

Los clientes europeos de la banca suiza que no declaran voluntariamente en su país los intereses que ganaron, y que tampoco aceptan que el gobierno suizo realice una retención automática para transferirla a su gobierno (conservando su anonimato) incurren en evasión.

España encabeza desde hace un mes un escándalo de evasión que involucraría a 3.000 cuentas de españoles en el HSBC de Suiza.

El secretario de Estado de Hacienda de España, Carlos Ocaña, confirmó (07.07) que se han dado “algunas regularizaciones” durante los últimos días.

Pero a diferencia de Francia o Italia, España no ha ofrecido una “amnistía fiscal” a sus contribuyentes incumplidos.

La información obtenida por la administración española fue entregada por Francia, país que obtuve vía medios extraoficiales un listado de evasores europeos con cuentas en el HSBC de Suiza.

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