Suiza propone en Davos empresas más éticas

El presidente suizo, Joseph Deiss, acude sonriente al Centro de Congresos. Keystone

De los 2.100 invitados este año a participar en el Foro Económico Mundial (WEF), 117 son suizos.

Su principal aportación a los negocios es proponer herramientas para que la rentabilidad se combine con el respeto al medio ambiente y a la sociedad.

Como cada año, Suiza es anfitriona de 2.100 invitados al Foro Económico Mundial (WEF), pero su tarea va más allá de eso.

Al cerrarse las puertas del hermético Centro de Congresos de Davos, los 117 participantes suizos que toman parte activa en las discusiones de corte político, económico y social –entre el 21 y el 25 de enero- quieren imprimir su sello en el trabajo.

Este año, el Foro está dedicado a discutir el tema ‘Asociarse para la Prosperidad y la Seguridad’ y uno de los exhortos –expresado por el presidente del WEF, Klaus Schwab, y por el ex presidente estadounidense, Bill Clinton- es pasar de la discusión teórica a la resolución práctica de los problemas que aquejan al mundo.

Por ello, los participantes helvéticos han marcado su agenda reconociendo que las 1.000 compañías más grandes del mundo –socias del WEF y caracterizadas por tener ingresos anuales de más de 1.200 millones de francos suizos- deben también ser éticas y respetuosas del medio ambiente.

Investigar para el futuro

Entre los participantes que más interés han despertado se encuentra Patrick Aebischer, investigador de temas como el desarrollo de órganos artificiales y actualmente presidente del Instituto Federal Suizo de Tecnología.

Doctor en Medicina por la Universidad de Ginebra, Aebischer puso en alerta sobre el riesgo del envejecimiento de la población a escala mundial.

“No es suficiente con agregar años a la vida, también hay que sumarle calidad a esos años”, puntualizó.

Otros invitados destacados son Dinesh Paliwal, quien se formó académicamente en Estados Unidos y en India. Actualmente es vicepresidente de Automation Technologies Worldwide y se encarga de liderar el desarrollo de herramientas tecnológicas que potencien a las empresas sin deteriorar el medio ambiente.

También cabe mencionar a Heinz P. Imhof, presidente de Syngenta, proveedora de biotecnología que en los últimos 10 años ha desarrollado abonos que mejoran la calidad de los productos del campo.

ONG: un punto y aparte

Cuando de trabajo social se trata, la lista de participantes suizos es larga. No hay que ir demasiado lejos: el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) es Jakob Kellenberger.

Ex estudiante de la Universidad de Zúrich, adscrito al servicio diplomático desde 1974 y antiguo secretario de Estado, lleva tres años al frente del organismo humanitario internacional, con sede en Ginebra.

A Davos vino a dejar sembrada en los participantes la reflexión en torno a la capacidad de las empresas para comprometerse y tomar parte más activa en el esfuerzo por evitar que se desaten nuevas guerras en el siglo XXI.

En los pasillos de Davos está presente también Peter Brey, secretario general de la fundación Terre de hombres, organización no gubernamental dedicada al trabajo con niños y a la defensa de sus derechos.

Están también Robert Bischer, presidente del Instituto Federal Suizo de Tecnología; André Kidelski, presidente del Grupo Kudelski y del ámbito diplomático, la ministra suiza de Asuntos Exteriores, Micheline Calmy-Rey o Urs Zieswiller, uno de sus brazos derechos.

La Confederación Helvética quedó representada en el Foro por el presidente Joseph Deiss, quien participó activamente en el tema del comercio.

Una frase del presidente del WEF, Klaus Schwab, resume el espíritu helvético:

“En Davos tenemos que demostrar, empresarios, gobernantes y sociedad civil, que podemos realmente asociarnos para resolver intereses comunes y para preservar la paz. No hay más camino para la prosperidad”.

swissinfo, Andrea Ornelas, Davos