Vinos suizos en la Cordillera de los Andes
Quizá la añoranza de los Alpes hizo de la andina provincia de Mendoza el lugar ideal para que Jean Rivier se convirtiera en prestigioso vitivinicultor.
La bodega artesanal con su nombre es manejada por sus hijos mayores, y es ahora visita obligada en la ruta de los vinos argentinos.
La empresa familiar se crea en 1956, cuando Jean Rivier emigra a la Argentina. De origen suizo, llega con la idea de dedicarse a la agricultura y compra su primera propiedad en San Rafael, Mendoza.
Dieciséis años más tarde, adquiere una gran finca en San Carlos, que es actualmente el lugar donde se produce alrededor del 90 por ciento de sus uvas.
Rivier sólo necesitó cuatro años más para comprar su bodega e iniciarse, junto a su familia, en esta ocupación de viticultores-criadores, como les gusta autodenominarse.
Una bodega artesanal, con tecnología de punta
La estructura edilicia de la bodega, construida a mediados del siglo pasado, fue modernizada hace una década manteniendo el estilo general, pero respondiendo a las nuevas metodologías y necesidades en la elaboración y crianza.
La aplicación de modernas tecnologías francesa e italiana, el artesanal cuidado de los procesos y el estilo suizo aportado por Jean, garantizan la calidad de los vinos, la que además es supervisada personalmente por sus propietarios.
swissinfo conversó con Marcelo Rivier (socio gerente) durante su paso por Buenos Aires, donde la bodega familiar participó durante tres días en la 2ª Feria Argentina de Bodegas Boutique.
’Vignerons encaveues’
“Nuestro slogan ‘Vignerons encaveues’, que quiere decir ‘viticultores criadores’, es algo que no era muy normal en la Argentina cuando nosotros empezamos, y significa que elaboramos y producimos únicamente lo propio, con nuestras uvas y nuestra crianza”
“La tipicidad de un vino está dada por su origen, por el suelo, por el clima…”, explica Marcelo, al tiempo que pone énfasis en destacar la importancia del eslogan de la empresa, y se refiere a las cualidades de sus productos:
“Y en ese sentido creo que mi padre eligió una muy buena zona cuando compró la gran finca de San Carlos, porque allí el clima es excepcional y está enclavado en el Valle de Uco”.
La zona que alberga este valle ha sido, en los últimos años, lugar elegido para la implantación de viñedos por parte de las más importantes bodegas argentinas y también numerosos inversores extranjeros -franceses, italianos, españoles, estadounidenses y chilenos-, y la elección no ha sido casual:
Situado al pie de la Cordillera de Los Andes, con un paisaje inigualable y con altitudes promedios superiores a los 1000 metros, es un lugar privilegiado para la producción de uvas y vinos de altísima calidad.
Los vinos chilenos llevan la delantera
Aún cuando los vinos de los países más australes del continente americano son altamente reconocidos, no hay dudas sobre la ventaja que en la materia le lleva Chile a la Argentina.
Más allá de la calidad que aplauden y premian los especialistas de la industria, los vinos argentinos aún no han logrado insertarse a todas luces en el mundo.
“Chile es un país que hizo las cosas mucho mejor y mucho antes que Argentina. Los vinos chilenos están en todo el mundo porque tuvieron un Estado que ayudó al productor a exportar con políticas coherentes, mientras que en nuestro país es todo lo contrario: ponen retenciones a las exportaciones y diferentes trabas”, explica Rivier y agrega optimista:
“Pero la demanda crece. Sucede que Argentina es muy nueva exportando vinos, recién arrancó hace quince o veinte años. Hoy estamos muy bien conceptuados, somos premiados en el mundo, pero nos falta explotar el mercado, llegar al consumidor. Sé que entre los pocos tintos que han llegado a calificar los jurados con 100 puntos, han estado los Malbec argentinos.
“Nosotros estamos exportando a varios países, y en Suiza nuestros productos se pueden encontrar en una cadena de supermercados muy importante que funciona en las regiones de habla francesa, alemana e italiana”, sostiene.
Una familia muy suizo-argentina
Los Rivier comparten las ciudadanías suiza y argentina. Mientras Jean y su esposa dividen su tiempo entre los Alpes y los Andes, dos de los cuatro hijos del matrimonio viven en Suiza, y Marcelo y Carlos siguen arraigados en Argentina y con ganas de seguir expandiéndose.
“Estamos con un proyecto de ampliar las instalaciones, pensamos hacer una cava para barricas y ‘stock’ de botellas, queremos hacer un auditorio para el turismo donde mostrarles nuestro proceso, con una sala de degustación, empezamos con los vinos criados en barricas de roble, y también pensamos hacer un restaurante de la bodega”, dice Marcelo.
‘Jean Rivier’ sigue ocupando un lugar privilegiado en la ruta de los vinos argentinos, turistas nacionales y extranjeros –muchos de ellos suizos- visitan el lugar y se llevan una exquisita experiencia a la hora de degustar sus productos.
‘Posta Vieja Blanco’, un destacado ‘Chenin’ con toques de Torrontés Riojano; ‘Tocai Friulano’, un blanco destacado de sabor afrutado y levemente dulce, o un ‘Posta Vieja Tinto’, sabroso vino para degustar con amplia base de Malbec con Bonarda, son sólo algunas de las especialidades que ofrecen.
swissinfo, Norma Domínguez, Buenos Aires
En 1956 el suizo Jean Rivier emigra a la Argentina.
En 1972 Rivier adquiere una finca en San Carlos, donde produce actualmente un 90% de sus uvas.
En 1976 compra una bodega e inicia el negocio familiar de viticultores-criadores.
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