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Parón de varios meses para el LHC por avería

El acelerador de partículas más grande del mundo quedará parado mientras los científicos resolverán los problemas técnicos. Keystone

El acelerador más grande del mundo, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) que dispara la materia a una velocidad próxima a la de la luz, no volverá a funcionar hasta la primavera de 2009.

Según la Organización Europa para la Investigación Nuclear (CERN) en Ginebra, el LHC será apagado durante varios meses para poder reparar los fallos técnicos.

Los ingenieros no podrán empezar con su labor de reparación hasta que los imanes gigantes se hayan calentado un poco de una temperatura próxima al cero absoluto —más frío que el espacio y mucho más de lo que un ser humano es capaz de resistir—. Sólo este proceso de recalentamiento durará dos semanas.

Este lunes (22.09.), el portavoz del CERN no quiso conjeturar una fecha determinada para la conclusión de las operaciones de reparación en el LHC, el experimento científico más caro y más frío en la historia.

“Por el momento, las indagaciones están en marcha y en cuanto sepamos algo concreto les informaremos. Hasta que esto no ocurra, no entramos al juego de las especulaciones”, comentó a swissinfo James Gillies.

Gillies añadió que el período de espera durará al mínimo dos meses; este período incluye la fase de calentamiento y de la recongelación paulatina del LHC, sin incluir la reparación del defecto en sí. “No vamos a tener una escala de tiempo hasta que no hayamos tenido la ocasión de entrar y mirar lo que hay que hacer”, señaló.

Expertos ya han entrado en el túnel circular de 27 kilómetros en una profundidad de 100 metros bajo la superficie en la frontera franco-suiza para inspeccionar los daños.

Contaban con averías

Los científicos contaban con averías en el arranque de esta masiva y compleja máquina que utilizan para colisionar núcleos de átomos. El proyecto tardó veinte años en realizarse y costó 6.000 millones de francos. Los físicos esperan poder reproducir las condiciones un billón de segundo después del Big Bang, la explosión que dio origen al universo hace 13.700 millones de años.

Las calidades únicas del colisionador de partículas más grande del mundo significan que el descongelamiento de una pequeña conexión eléctrica podría retrasar hasta el año que viene los hallazgos científicos que los físicos esperan encontrar.

Es posible que el LHC no vuelva a alcanzar su operatividad regular hasta la desactivación planeada para el invierno por motivos de ahorro energético. Esto significa que las colisiones de haces de partículas a altas energías no se volverán a recrear hasta 2009.

Superconducción

Gillies explicó que los aceleradores de partículas que usan equipos superconductores en Estados Unidos —en Fermilab en las afueras de Chicago y en el Laboratorio Nacional de Brookhaven en el Estado de Nueva York— ya han tenido problemas similares cuando pusieron en funcionamiento el aparato gigante, pero desde entonces funcionan sin problemas.

“Una vez resueltos estos problemas, parece que funcionan bastante bien”, señaló Gillies.

El día de la inauguración del colisionador, el pasado 10 de septiembre, se dispararon primero haces de protones de los núcleos de los átomos en el sentido de las agujas del reloj. Los haces de protones se dispararon luego en el tubo en el sentido contrario.

Jos Engelen, el director científico y subdirector general del CERN, dijo que el arranque demostró que el LHC es capaz de controlar operaciones complejas.

“Hemos encontrado un defecto en una conexión particular durante la última fase de la puesta en marcha”, señaló Engelen. “Es duro, pero es algo que puede suceder. Haremos los trabajos de reparación y reanudaremos la operación exitosa del acelerador.”

Un transformador falló fuera de la zona congelada aproximadamente 36 horas después del arranque del colisionador. Este defecto ha sido reparado y la máquina estaba lista para su reanudación una semana más tarde después de su parón.

Colisión de protones

El objetivo del LHC —hacer colisionar los protones para saber cómo se han creado esas partículas diminutas— se aleja cada vez más porque las instalaciones alcanzarán el nivel energético requerido sólo gradualmente.

“Este fue el último circuito del LHC que formó parte de la fase de testeo antes de que hubiese alcanzado su régimen nominal de operatividad”, explicó Gillies. “Hay gran cantidad de esas conexiones de cables en esta máquina. Todas tienen que estar bien instaladas para que no impidan la superconducción. Parece que lo que ahora pasó es que esa conexión dejó de ser superconductora.”

Superconductividad —la capacidad de conducir electricidad sin resistencia en algunos metales a temperaturas bajas— es necesaria para alcanzar la eficiencia requerida para operar los imanes electrónicos que guían los haces de protones.

Sin esa superconducción, se crea resistencia en los cables que los calienta. “Esto es lo que pensamos que ocurrió”, declaró Gillies. “Este cable se calentó, se fundió y eso produjo el fallo mecánico.”

Gillies subrayó que los científicos del CERN tienen muchas cosas que pueden hacer hasta que vuelva a funcionar el LHC, como observar los rayos cósmicos que atraviesan los grandes detectores del colisionador.

swissinfo, Justin Häne (con agencias)
(Traducción del inglés: Antonio Suárez Varela)

El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) se construyó para dar a los científicos la posibilidad de aprender más sobre la naturaleza del Universo y sobre el origen de la materia.

El LHC es el acelerador de partículas más grande del mundo. Los tubos circulares están situados a 100 metros bajo tierra y tienen una longitud de 27 kilómetros.

Los hadrones son partículas —como protones o neutrones por ejemplo— que se encuentran en los núcleos de los átomos.

El colisionador dispara protones en los tubos a una velocidad próxima a la de la luz (casi 300.000 km/h por segundo). Imanes congelados guían los protones en direcciones opuestas en el vacío y los hacen colisionar en cuatro puntos dentro del túnel donde los detectores procesan la medición de las colisiones.

Cuando los protones colisionan, los detectores tratan de encontrar evidencias para las extra dimensiones a las tres del espacio y a la del tiempo de las que ya se tiene conocimiento.

También se buscará la ‘materia oscura’, que constituye gran parte de nuestro Universo, la antimateria, que refleja toda la materia conocida, y el bosón de Higgs, que podría explicar por qué las demás partículas adquieren masa.

En uno de los detectores se analizará la colisión de iones para simular las condiciones instantes después del Big Bang, que dio origen al cosmos hace 13.700 millones de años. A partir de estos experimentos, los físicos esperan poder aprender cómo se constituyó la materia.

Si el colisionador llega a demostrar la existencia de nuevas partículas, podría corroborar el modelo físico dominante de la ‘teoría de la cuerda’, que reconciliaría la mecánica cuántica con la gravedad en una fórmula global.

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