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Patagonia: Alerta ecológica contra proyecto Hidroaysén

Manifestantes se reúnen en la ciudad chilena de Valparaíso (10.05) para expresar su rechazo al proyecto de Hidroaysén Reuters

El investigador suizo Wolfgang Staub no solamente vive en la Patagonia desde hace años, sino que la conoce mejor que muchos chilenos. Recalca el impacto ambiental- turístico que tendrá la construcción de cinco enormes represas en la región y critica la conducta ‘poco ética’ de Hidroaysén con la población.

“Prácticamente han ‘comprado’ el apoyo de sectores de la población local, con becas, cursos y promesas de energía barata y fuentes laborales, sin precisar cómo ni cuándo”, sostiene.

La aprobación, por parte del gobierno regional, del proyecto de construcción de cinco centrales hidroeléctricas en la Patagonia chilena -una de las mayores reservas naturales del planeta- desató en el país un fuerte conflicto entre partidarios y detractores.

Según encuestas locales, un 75% de los chilenos está en contra, un 21,5% a favor y a un 2,9% le es indiferente. Pese a ello, el Gobierno de Sebastián Piñera asegura que es la mejor alternativa posible para satisfacer la demanda energética del país. “Si queremos crecer al 6%, en los próximos 10 años necesitamos crear tanta capacidad de generación de energía, como en toda la historia anterior de nuestro país”, apuntó.

Y aunque admitió que Chile no vive una crisis energética, “si no tomamos las decisiones hoy día, estamos condenando a nuestro país a un apagón hacia fines de esta década”, aseguró.

Asimismo, ha señalado a la prensa local que “si no es energía hidroeléctrica, entonces, lo que va a haber serán más centrales a carbón”, porque las energías limpias cubren sólo el 3% de la demanda.

A Wolfgang Staub no le sorprende esta postura. De hecho, este suizo-chileno que ha investigado a fondo la historia y geografía de la Patagonia, sostiene que “era lo esperado. Todos los gobiernos han apoyado a Hidroaysén”.

Participante activo de varias agrupaciones sociales y vecinales de la región, recuerda que “los integrantes de la comisión regional que votó a favor del proyecto son designados a nivel central, es decir, por el gobierno”.

 

Impactos múltiples

Daniel Fernández, gerente de Hidroaysén ha enfatizado que el proyecto favorecerá el  desarrollo de la región, a través de la creación de 5 mil puestos laborales, capacitación, fomento del comercio, mayor infraestructura, conectividad e integración con el resto del país. Ello, en su opinión, favorecerá la actividad turística de la zona.

Al presentar esta iniciativa al Parlamento, insistió en que “se buscará minimizar el impacto visual de la línea de transmisión”.

Sin embargo, Staub tiene una visión muy distinta. “Los perjuicios serán múltiples, partiendo por lo ambiental. Aysén es reconocida por ser una de las últimas zonas con una bajísima -o casi nula- intervención humana. Hay lugares que jamás han sido vistos por el hombre. Por ello se le ha designado Reserva de Vida. Y ése es sólo un ejemplo de su riqueza”, apunta.

Con las represas -precisa- esa imagen prístina se destruiría y muchos turistas dejarían de venir (así lo prevé también una reciente encuesta de la Universidad de Chile).

“Se desvalorizarán los predios cercanos al tendido eléctrico, porque solamente se indemnizará a los dueños de terrenos por los que pase el cableado, en circunstancias en que los demás también sufrirán impactos visuales fuertes”.

Durante la construcción -agrega- se incrementará considerablemente el tránsito por la Carretera Austral Sur. “Ese camino no está en condiciones de resistirlo. En muchas partes tiene una sola vía, curvas sin visibilidad y otras dificultades, situación que aumentará los accidentes de tránsito”, dice Wolfgang.

Y también está el impacto social. “Traer a 5 mil trabajadores del norte a una zona poco habitada, donde solamente existen pequeñas comunidades (Cochrane tiene unos 4000 habitantes), es complicado. Ni mencionar el impacto cultural y de salud, entre otros”.

swissinfo.ch: Pero se dice que beneficiará a los habitantes de la región…

W.S.: No sólo no los beneficiará, sino que perjudicará su desarrollo. Un claro ejemplo es lo que sucede con el Código de Aguas, hoy vigente en Chile. Muchos dueños de predios -campesinos y comunidades enteras- no han constituido legalmente sus derechos de agua, por la antigua creencia de que éstas pueden ser utilizadas si pasan por su propiedad. Algunos solicitaron el derecho en el último tiempo, pero la Dirección General de Aguas (organismo regulador del Estado) no se los otorgó, simplemente porque el caudal completo ya está en manos de las empresas ligadas a la hidroelectricidad.

 

swissinfo.ch : Sin embargo, la campaña de Hidroaysén señala otra cosa.

W.S.: Ellos han realizado una campaña muy poco ética, en la que prácticamente se han “comprado” el apoyo de sectores de la población local, con cursos de perfeccionamiento, becas y promesas de energía más barata y fuentes laborales, sin detallar ni precisar más. Ni hablar de  los avisos publicitarios de televisión y radio, ‘amenazando’ con quedarnos sin luz dentro de poco si no se aprueba, lo que es derechamente mentira, ya que los requerimientos de esa energía son para el crecimiento de la gran industria del país. El consumo doméstico de Chile es mínimo en comparación.

 

swissinfo.ch: A su juicio, ¿existen otras alternativas para proveer de energía al país?

W.S: Por supuesto. Chile es un país bendecido con toda clase de recursos, entre ellos, la energía. Podríamos estar innovando, pero aquí no existe una política energética del Estado. Esa política, desde hace décadas, la determina de facto el sector privado, al que obviamente le interesa el lucro, lo que es normal. Y se opta por las ‘soluciones’ con mayor ganancia a más corto plazo. Ahora, esos intereses particulares no necesariamente concuerdan con los de una nación, como lo vemos ahora.

swissinfo.ch :¿Estima que la incorporación de la minera Xstrata podría acentuar estos problemas?

W.S: Los proyectos de Xstrata, con 3 represas en la comuna de Puerto Aysén, están casi tan avanzados como los de Hidroaysén. Pero no es solamente eso. En la región existirían, entre 30 y 35 proyectos de ese tipo, según se deduce por los derechos de aguas que han obtenido las  empresas ligadas al sector.

 

swissinfo.ch : Finalmente ¿Cree que es posible detener la construcción de estas represas?

W.S: Aunque exista mucha oposición ciudadana, creo que no será posible, porque el gobierno está determinado a ejecutarlo. Lamentablemente, aquí el concepto de democracia solamente existe en los textos.

El lunes 9 de mayo, una comisión de evaluación ambiental conformada por secretarios regionales de varios ministerios aprobó, por 11 votos a favor y una abstención, la primera fase de la construcción de cinco represas en Aysén, 1800 km al sur de Santiago. 

Las centrales (con 3.800 torres de alta tensión) se levantarían en los ríos Baker y Pascua, con una inversión de US$ 4.000 millones. La iniciativa incluye también levantar una línea de transmisión, por US$ 3.000 millones de inversión, convirtiéndose en el mayor proyecto de esta envergadura en el país.

Según análisis preliminares, fragmentaría 6 parques nacionales, 11 reservas nacionales, 26 sitios prioritarios de conservación, 16 humedales y 32 áreas protegidas privadas.

Hasta ahora, el proyecto se aprobó con cuatro condiciones: que la empresa garantice el 50% de rebaja en las tarifas eléctricas en la zona, que se realice un monitoreo de la calidad de agua en los lugares a inundar e implementar viveros y asistencia técnica a los agricultores locales.

La decisión de esta comisión puede ser apelada ante un Consejo de Ministros o en los tribunales de justicia chilenos.

De mantenerse el cronograma, la primera de las centrales entraría en operación en 2019 y para el 2025 estaría funcionando todo el complejo.

Hidroaysén ha despertado un fuerte rechazo en ONG’s ecologistas, que sostienen que ésta no solucionará la estrechez energética futura, porque demorará 10 años en estar operativa. En ese tiempo –añaden- Chile podría dedicarse a fomentar otras energías, como las renovables no convencionales.

Entre estas organizaciones destaca Patagonia sin Represas, que se ha caracterizado por una intensa campaña.

El diseño de este proyecto permite el ingreso de socios, como una forma de mitigar el impacto de la línea de transmisión de energía. Por eso, al proyecto Hidroaysén, financiado por la española Endesa y la chilena Colbún, se podría sumar la anglo suiza Xstrata -a través de su filial Energía Austral- que actualmente tramita el proyecto de construcción de tres centrales en Aysén. Las conversaciones con la minera trasnacional para compartir la línea se resolverían en junio.

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