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Se busca: trabajador inflexible y solitario

RDB

Las personas diagnosticadas con autismo son cada vez más requeridas por las empresas. En algunos campos técnicos, ese trastorno puede ser una ventaja.

Los reclutadores advierten las similitudes entre las cualidades mentales que hacen un buen programador de computadoras y las características del síndrome de Asperger, una forma de autismo de alto funcionamiento en el que las personas concentran todo su interés en un solo tema, tienen pasión por los números y los modelos, así como adicción por las tareas repetitivas.

“Muchas personas con un trastorno del espectro autista (TEA) tienen afinidad con las pruebas del software (soporte lógico del sistema informático), el desarrollo de aplicaciones, la programación y el trabajo de apoyo interno”, precisa Thomas van der Stad, directivo de Specialisterne Suiza, en entrevista con swissinfo.ch.

“En informática se piensa mucho en términos de sí y no. Es muy analítico, está claramente estructurado y eso es muy bueno para las personas autistas”.

“No encajar es algo bueno”, desde el punto de vista de Specialisterne Suiza, fundada en octubre de 2011, cuya matriz se encuentra en Dinamarca, y que  tiene como objetivo crear un millón de puestos de trabajo para personas con autismo.

“Los rasgos que generalmente excluyen a las personas con autismo del mercado de trabajo son los mismos que las convierten en preciosos empleados”, considera la empresa.

Van der Stad explica que en Specialisterne las personas con autismo trabajan en un ambiente personalizado y estructurado que les permite maximizar sus talentos y producir un trabajo de alta calidad, sin causarles estrés.

“No tienen que aprender a adaptarse a las normas del medio ambiente habituales en un marco laboral, como saber trabajar en equipo, mostrar empatía, manejar bien el estrés y mostrar flexibilidad”.

Specialisterne, del danés “especialistas”, es una empresa social en la que la mayoría de los empleados tienen un trastorno de espectro del autismo.

Fue fundada en octubre de 2004 por Thorkil Sonne, un gerente informático danés cuyo hijo fue diagnosticado con autismo a la edad de dos años y medio, en 1999. Specialisterne Suiza fue fundada en 2011.

Los empleados trabajan como consultores en tareas tales como pruebas de software, desarrollo de aplicaciones, programación e ingreso de datos, para los sectores público y privado.

La fundación Specialists People posee Specialisterne Dinamarca, así como el  concepto y la marca Specialisterne. La fundación tiene como objetivo crear un millón de puestos de trabajo para personas con autismo y problemas similares a través de emprendimiento social, participación del sector empresarial y un cambio de actitud.

Una creciente demanda

Cada vez más empresas consideran la utilización del inexplotado potencial de las personas con un trastorno autista.

En mayo, SAP, el gigante alemán de software, lanzó una campaña de reclutamiento para que personas con autismo se unieran a su personal encargado de probar los soportes.

Una semana más tarde, en Estados Unidos, la agencia de refinanciamiento inmobiliario Freddie Mac anunció una segunda ronda de prácticas remuneradas dirigidas específicamente a estudiantes con autismo o recién graduados.

Las multinacionales tienen, grosso modo, el mismo discurso. Dicen que esperan aprovechar el talento de los autistas y proporcionar una oportunidad de desarrollo profesional a esas personas, hasta ahora marginadas de la fuerza de trabajo.

SAP tiene como objetivo emplear a 650 trabajadores autistas -1% de su fuerza laboral-, de aquí al año 2020.

“Solamente mediante la contratación de personas que piensan de manera diferente y con innovación, SAP estará preparada para manejar los desafíos del Siglo XXI”, dijo Luisa Delgado, de Recursos Humanos de la empresa, al anunciar el plan.

Estructura adaptada

“En las últimas dos semanas (tras el comunicado de SAP) hemos tenido muchas consultas de clientes que nos preguntan qué podemos hacer por ellos”, indica Van der Stad. Este último, como la mayor parte del equipo directivo de Specialisterne, es neurotípico, término utilizado por muchas personas autistas para referirse a aquellos que no están en el espectro autista.

Una excepción es Gerhard Gaudard, director de proyectos informáticos de la compañía, diagnosticado con el síndrome de Asperger hace dos años.

“Una de las principales habilidades de las personas autistas es su muy alta concentración en una tarea. Podemos estar concentrados durante horas, podemos olvidar el tiempo. No nos preocupamos por nuestro medio ambiente”, puntualiza Gaudard, quien trabaja ocho horas al día, cuatro días a la semana.

“Además, algunos de nosotros podemos pensar muy rápido y de manera diferente a las personas neurotípicas. Podemos encontrar soluciones que la gente normal nunca encontraría,  pero solamente si el entorno se adapta. Si no,  no somos capaces de hacer este trabajo extremo”.

Van der Stad subraya ese punto. “El apoyo personal y la estructura son muy importantes. La comunicación y el diálogo con las personas autistas tienen que ser muy estructurados”.

“Además, esta estructura varía. No podemos decir que todas las personas con síndrome de Asperger necesitan tal o cual tipo de comunicación. Tratamos a cada colaborador de manera individual y vemos qué necesitan.

Algunos no dicen una palabra, mientras que otros sí hablan. Buscamos la mejor manera de darles el apoyo necesario para que puedan trabajar a su potencial”.

Formación profesional

Sin embargo, según Van der Stad, en lo que atañe a la integración laboral de las personas con trastornos del espectro autista, “Suiza no es un país pionero”.

“No hay mucha gente con un trastorno autista en el mercado del trabajo”, dice, aunque no existen cifras precisas al respecto.

Ray Pierce, cofundador de la asociación de padres de familia de autistas (ABA), con sede en Zúrich, señala que “un 75% o más de personas con autismo no tienen habilidades particulares en informática”.

Su hijo, de 19 años, logró encontrar un empleo como jardinero en un lugar de trabajo semiprotegido gestionado por una fundación especial. Cuando terminó la escuela tuvo una reunión de orientación vocacional con los servicios sociales en la que le indicaron los posibles programas de aprendizaje. Pierce enfatiza que su familia tuvo suerte, ya que conoce a muchas otras personas que luchan para  encontrar algo por su cuenta, ya que los programas especiales de aprendizaje están “repletos”.

“No hay otro tipo de apoyo. Los padres tienen que ser muy buenos abogados para sus hijos”.

A Pierce le gustaría que se hicieran mayores esfuerzos para encontrar a nuevos empresarios que propusieran empleos adaptados a personas autistas. “Vale la pena invertir”, destaca. Si un joven encontrara algo que le conviniera, eso reduciría el nivel de apoyo financiero que necesitará durante su vida”.

Specialisterne Suiza, que ofrece una formación profesional de cuatro años en informática para las personas diagnosticadas con TEA, puede ser un buen modelo, aunque no es el único en Suiza. “Nuestro objetivo es llevar entre 50 y 60 personas al mercado laboral en los próximos cuatro o cinco años”, dice Van der Stad.

Los participantes obtendrán al final de la  formación –que combina teoría y trabajos prácticos- un Certificado Federal de Capacitación. Los cursos inician en agosto y serán financiados por el seguro de invalidez.

Se estima que los trastornos del espectro autista (TEA), incluyendo el síndrome de Asperger, afectan a alrededor del 1% de la población mundial.

En Suiza, unas 50.000 personas (10.000 niños o adolescentes) viven con TEA, de acuerdo con Autismo Suiza. Una reciente investigación de esa entidad mostró que el 0,7% de todos los niños tiene un trastorno autista.

Los TEA son casi cinco veces más comunes entre los niños (1 de 54) que entre las niñas (1 de 252), según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Los trastornos son causados por una combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales, pero su origen exacto es aún poco conocido.

Pueden variar de un severo retraso mental, con una profunda incapacidad para comunicarse, a síntomas relativamente leves combinados con altos niveles de habilidad en sectores particulares, tales como los observados en personas con el síndrome de Asperger.

Entre las principales características del autismo están la escasa habilidad de comunicación y de relaciones sociales. En el autismo severo se observan  características como la constante atención a los detalles y comportamientos obsesivos.

Estas últimas cualidades, dicen los expertos, así como una capacidad de abordar un problema de manera diferente – a menudo con creatividad o en forma contraria a la intuición – hacen a las personas autistas potencialmente atractivas como empleadas de grandes corporaciones.

(Traducción, Marcela Águila Rubín)

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