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“Estamos programados para ser libres”

François Ansermet (izda) y Pierre Magistretti en Buenos Aires. swissinfo.ch

François Ansermet y Pierre Magistretti presentaron en Buenos Aires 'A cada cual su cerebro', libro que carga con el desafío de 'reconciliar' a dos enemigos no declarados: las neurociencias y el psicoanálisis.

Para los científicos suizos, la “neuroplasticidad” es la prueba de que “estamos genéticamente programados para no estar genéticamente programados”. Entrevista.

Podría decirse que por primera vez las neurociencias y el psicoanálisis están a punto de firmar las paces. Al menos ese es el desafío que proponen el psicoanalista François Ansermet y el neurobiólogo Pierre Magistretti en su reciente obra ‘A cada cual su cerebro’, publicada en francés, alemán, japonés, inglés y español.

Como si el tema del libro fuera poco desafiante, los expertos suizos eligieron Buenos Aires para lanzarlo formalmente en Argentina, única ciudad del mundo donde te preguntan ‘¿Con quién te psicoanalizás?’ con idéntica naturalidad con que te preguntan por tu peluquero.

Durante su paso por la metrópoli argentina, swissinfo se reunió con los especialistas en la sede de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), donde conversaron sobre neurociencias, psicoanálisis, Sigmund Freud, los profesionales argentinos y el papel de Suiza en la investigación neurocientífica.

swissinfo: ¿Cómo llegan a Argentina a dar esta conferencia?

Pierre Magistretti: Es la invitación conjunta de la Embajada de Suiza en Buenos Aires y la casa editorial KATZ que publicó nuestro libro y nos propuso dar este seminario en la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).

swissinfo: ¿Representó un desafío presentarlo en Argentina, un país donde su población se inscribe entre las más psicoanalizadas del mundo?

(Risas de ambos)

P. M.: De alguna manera sí fue un desafío porque, aunque conocíamos de nombre la plataforma que nos esperaba aquí, queríamos verla personalmente, y ahora que estamos en Buenos Aires desde hace dos días y pudimos tener encuentros con psicólogos y profesionales nos ha parecido muy interesante.

François Ansermet: Estábamos muy contentos de que se tradujera el libro en Argentina. Para nosotros era muy importante ya que somos conscientes de que es un debate actual y muy presente dentro de la cultura argentina.

Encuentro, dentro de los profesionales que he conocido aquí, un abanico de pensamiento muy abierto, dado que nuestro libro se interroga sobre un nuevo paradigma, que es la plasticidad, y en las reuniones que hemos tenido estos días se pudo discutir abiertamente sobre los conceptos del libro.

swissinfo: Considerando que las corrientes psicoanalíticas de Argentina son muchas y variadas (freudianos, lacanianos, kleinianos, junguianos, entre otras), ¿desde qué corriente encuentran mayor aproximación a la neurociencia?

P. M.: ¿En Argentina o en el mundo?

swissinfo: A escala internacional…

P. M.: Creo que no es una cuestión de ‘escuela’ o ‘corriente’. Pienso que se trata más bien de una cuestión de ‘individuo’. Hay quienes son sensibles y se interesan sobre este tema, otros que están fascinados, otros que critican y otros que ni siquiera critican y descartan el tema.

F. A.: El psicoanálisis vive también a partir de la investigación. Debe estar abierto porque no es un dogma detenido ni estático, sino una obra abierta que tiene que seguir respondiendo constantemente a nuevas preguntas, a partir de nuevos elementos clínicos que van surgiendo o de avances que se producen en la lingüística, en la literatura y, principalmente, en la biología, donde hay grandes movimientos, por ejemplo con la cuestión del genoma humano y de la plasticidad que, digamos, tiene que cuestionar todo el tiempo a la psicología.

swissinfo: ¿Cuando hablamos de ‘plasticidad’, nos referimos a transformación, adaptación, un cambio necesario…?

P. M.: Esa es una pregunta muy interesante. Se trata fundamentalmente de la capacidad del cerebro de inscribir la experiencia dejando una ‘huella’.

Se ha estudiado mucho esto en el aprendizaje cognitivo, en la memoria, pero nosotros creemos que también hay otros mecanismos que entran en juego y que también son centrales para la conformación del inconsciente.

F. A.: Ahora, ¿qué es una ‘huella’ y para qué sirve? Una huella es una necesidad. Por ejemplo, en un lactante la situación de desamparo es tal que no puede descargar solo la excitación que tiene adentro y necesita la acción de otro, algo que se demuestra en todo el destino trágico que tienen los chicos abandonados.

La acción de otro implica la descarga de la excitación y la inscripción de una ‘huella’. Y en este caso la ‘huella’ tiene una función protectora con respecto a la ausencia, es una necesidad…

swissinfo: ¿Qué paralelismos podrían trazarse entre esta ‘huella sináptica’ y la ‘huella psíquica’ a la que hacía referencia Freud?

P. M.: Digamos que la experiencia deja una huella en la red neuronal que tiene la capacidad de asociarse a otras huellas y crear una realidad alternativa inconciente. Ahí entra en juego la ‘plasticidad’.

El fenómeno de la ‘plasticidad’ demuestra que la experiencia deja una ‘huella’ en la red neuronal, al tiempo que modifica la eficacia de la transferencia de información a nivel de los elementos más finos del sistema. Es decir que más allá de lo innato y de cualquier dato de partida, lo que es adquirido por medio de la experiencia deja una ‘huella’ que transforma lo anterior.

F. A.: Es justamente por la ‘plasticidad’ que se crea esa discontinuidad que abre al sujeto a lo imprevisto, a la libertad.

La experiencia modifica permanentemente las conexiones entre las neuronas; y los cambios son tanto de orden estructural como funcional. El cerebro es considerado, entonces, como un órgano extremadamente dinámico en permanente relación con el medio ambiente, por un lado; y con los hechos psíquicos o los actos del sujeto, por otro.

swissinfo: ¿En qué sentido ‘abre’ al sujeto a la libertad?

F. A.: En el sentido de que estamos genéticamente programados para no estar genéticamente programados. O en otras palabras: estamos genéticamente programados para ser libres. Nada puede predeterminar cuál va a ser nuestra próxima acción.

swissinfo: ¿Tiene que ver esto, de algún modo, con una especie de instinto de supervivencia?

F. A.: Voy a hacer un razonamiento absurdo: si no hubiera ‘huella’ el sujeto sería destruido por su misma materia viva. El sujeto es una defensa contra el real pulsional. Hay una pendiente hacia la destrucción, por lo tanto hay fuerzas que resisten a dicha destrucción y la inscripción de la huella es una marca para la vida.

Hay una necesidad biológica de la huella, una necesidad a lo psíquico, porque la persona en potencia está inacabada, lo que permite el encuentro.

swissinfo: ¿Por qué se habla de enfrentamiento u oposición entre neurociencia y psicoanálisis?

P. M.: ¿Por qué?, nos preguntamos nosotros también (risas)

Para mí, a priori, no hay oposición. Toda disciplina puede tener posiciones cerradas, dogmáticas y reduccionistas que evitan el encuentro, pero para nosotros, claramente, no hay oposición.

F. A.: A menudo se ha opuesto causalidad psíquica y causalidad orgánica, que si se hubiera encontrado un gen o un elemento biológico de una enfermedad mental, en ese momento esa enfermedad hubiera abandonado el campo de la psiquiatría. Es como si la psiquiatría tuviera miedo de que las neurociencias le redujeran su campo de acción.

Pero, en realidad, es todo lo contrario, porque la ‘plasticidad’ muestra que la experiencia deja una huella, por lo tanto los factores epigenéticos desempeñan un gran papel… por eso se llama a las neurociencias.

P. M.: Hay ciertas corrientes de neurociencias que piensan que el psicoanálisis no es una ciencia, que es algo vago, que no puede ser demostrado, y por lo tanto no puede ser interesante.

swissinfo: Y para ustedes, ¿el psicoanálisis es una ciencia?

F. A.: Sí, porque la psicología procede del sujeto de la ciencia. Pero existen en la ciencia ‘pseudociencias’ que ponen en duda el sujeto, la singularidad del sujeto. La plasticidad y las neurociencias reintroducen el sujeto en el camino de la ciencia.

swissinfo: ¿Cómo trabajan el tema de las neurociencias en Suiza?

P. M.: Yo codirijo el ‘Brain and Mind Institute’ que depende de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y es un centro de investigación con más de 180 personas, doce profesores, sesenta posdoctorandos, más de cien doctorandos, y depende del Fondo Nacional Suizo para la Investigación Científica y algunos fondos europeos. En este sentido, creo que Suiza se sitúa en la vanguardia dentro de Europa.

swissinfo: En Argentina, desde hace unos años, hay una especie de ‘moda’ de las neurociencias, y se discute en algunos campos si están más cerca de la filosofía o de la psicología. ¿Existe alguna distinción entre estas aproximaciones?

P. M.: El punto focal de esto es la investigación experimental. A partir de ahí se puede enriquecer explorando otras ciencias, como la filosofía, la neuroeconomía que acaba de aparecer… Pero lo fundamental es la investigación.

swissinfo: ¿Cuáles han sido los aportes de la neurociencia en los últimos años?

P. M.: Es una pregunta que requiere mucho tiempo para responderla. Pero a grandes rasgos, diría que hace 20 años había muchos avances en los mecanismos celulares y moleculares que explicaban el funcionamiento cerebral, por ejemplo a través de la plasticidad. y ahora se están reuniendo todos estos conocimientos y se está buscando una visión integrada del funcionamiento del cerebro.

Entrevista swissinfo: Norma Domínguez, Buenos Aires

El libro ‘A cada cual su cerebro’, obra de los suizos François François Ansermet y Pierre Magistretti, está publicado en francés, alemán, inglés, japonés, español y próximamente saldrá en italiano.

Las ventas del libro en Argentina superan a las de España. Y la presencia de sus autores en Buenos Aires abrió el debate entre neurociencias y psicoanálisis.

Nació en Suiza en 1952 y es psicoanalista, especializado en medicina perinatal, particularmente en situaciones de estrés y traumatismos precoces.

Estudioso de las relaciones entre psicoanálisis y neurociencias, se ha concentrado en los vínculos entre huella psíquica y huella sináptica.

Es profesor de Psiquiatría del niño y del adolescente en la Facultad de Biología y Medicina de la Universidad de Lausana.

Entre sus obras, se figuran:
-‘Clinique de l’origine. L’enfant entre la médecine et la psychanalyse’ (Lausana,1999) y
-‘Parentalité stérile et procréation médicalement assistée. Le dégel du devenir’ (Ramonville, 2006).

Nació en Suiza en 1952. Estudió en Ginebra y en la Universidad de California, en San Diego, donde obtuvo su doctorado en Biología.

Realizó significativas contribuciones sobre el metabolismo de la energía cerebral y descubrió varios mecanismos celulares y moleculares que explican la relación entre la actividad neuronal y el consumo de energía por el cerebro.

Esos trabajos tienen una importante derivación en la comprensión del origen de las señales detectadas con las técnicas actuales de proyección de imágenes cerebrales utilizadas en la investigación neurológica y psiquiátrica.

Es autor de más de cien artículos científicos y ha participado en numerosos congresos y reuniones internacionales celebradas en Europa y Estados Unidos.

En 2002 obtuvo la medalla Emil Kraepelin concedida por el Instituto Max Planck de Múnich.

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