“La cooperación juega un rol muy importante”
La Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación destina cerca de 20 millones de francos anuales a Nicaragua, país prioritario de su labor en el que trabaja desde 1979.
Un mayor crecimiento y una distribución más equitativa de los recursos son la clave para brindar mejores condiciones de vida a la población.
Una de las metas esenciales que persigue la cooperación suiza en Nicaragua es el crecimiento económico del país y una mayor equidad en la distribución del mismo.
Son algunos de los aspectos centrales que Jürg Benz, coordinador para Centroamérica de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), presenta a una delegación helvética de más de 40 personas que viajó a Nicaragua para conmemorar el 20 aniversario de la muerte de Maurice Demierre, cooperante suizo asesinado en Sotomillo, cerca de la frontera con Honduras.
De manera general, “la relación Suiza-Nicaragua, pasa por muchas esferas diferentes; no sólo por la cooperación oficial, sino también por la solidaridad de la sociedad civil suiza y las ONG; las ciudades con hermanamientos aquí…”, explica Benz. “Y por eso pienso que esta delegación es muy importante”.
Una cooperación diversificada
Jürg Benz enumera a swissinfo las principales actividades de la cooperación helvética en el país centroamericano: facilitar el acceso al agua potable especialmente en las regiones rurales; promover las pequeñas y medianas empresas; impulsar la agricultura, sobre todo de subsistencia, sin olvidar el reto de que los campesinos puedan llegar al mercado; la ayuda humanitaria y la prevención de desastres naturales, teniendo en cuenta la “profunda vulnerabilidad que soporta en este renglón toda la región centroamericana”.
No menos importante, según el coordinador de COSUDE que reside en Managua desde hace cinco años, es la labor ligada a los instrumentos de apoyo presupuestario, impulsados por Suiza y otros ocho países donantes. “Eso significa cofinanciar el presupuesto nacional y mantener un diálogo permanente con las autoridades en torno a la reforma de las finanzas públicas”, enfatiza.
Renovar la “cultura política”
Estos ejes responden a las dinámicas y prioridades esenciales de un país que en las últimas décadas se ha visto desgarrado por guerras, intervenciones, enfrentamientos políticos y el flagelo de la corrupción.
Todas estas circunstancias se han producido en el marco de una “cultura política particular, con limitada conciencia y participación civil, a pesar de haber vivido una revolución (en los años 80)”, indica Benz. A pesar de este marco “se perciben tendencias positivas, ya que la sociedad civil va tomando más y nuevas iniciativas” y van surgieron “nuevos líderes y agrupaciones políticas” que pueden conducir a una recomposición de esos espacios y avanzar en la lucha contra la corrupción.
La cooperación internacional, que en su conjunto representa el 10 % del Producto Interno Bruto (PIB) del país, tiene un “rol importante”, recuerda Benz recuerda, aunque sin obviar el carácter “fragmentado y disperso de la misma”. Son numerosos los países y las organizaciones no gubernamentales, así como los hermanamientos y entidades internacionales que apoyan a Nicaragua.
“A nivel económico es un país muy pobre, con un crecimiento moderado y una distribución de la riqueza y del ingreso muy desigual”, explica Jürg Benz, quien no duda en definir como desafío clave lograr “más crecimiento y mayor equidad del mismo”.
Avances significativos
Mirando atrás, “la situación política de gobernabilidad mejoró con relación a cinco años atrás, cuando estaba en el poder el presidente Arnoldo Alemán, uno de los más corruptos de América Latina…”, destaca, sin censurarse, el representante de la cooperación helvética.
“En ese sentido ha habido cambios, aunque no se puede decir que se erradicó totalmente la corrupción. Pero hay algo más de transparencia”. Asimismo recuerda que “los procesos de desarrollo son siempre a largo plazo y la principal atención se debe poner en las tendencias en marcha”.
Trazando un balance del último lustro Benz opina que “la relación con el gobierno nicaragüense mejoró muchísimo. Cuando yo llegué no había casi ninguna comunicación con las autoridades nacionales, más bien existía una tensión”. También anota que Suiza desempeña un papel importante “en la coordinación de países donantes y en el diálogo político con el gobierno que ha ganado un mayor peso”.
Hacia el futuro
El desafío para el futuro consiste en “orientar la cooperación mucho más en relación con los planes de desarrollo del país o del gobierno”, aunque estos planes “tengan un arraigo en la población, es decir, que haya participación y consulta, y que se conviertan en programas nacionales y no de un gobierno determinado”, puntualiza.
La “cooperación es hoy más política”, según Benz. “El buen gobierno es un desafío y la participación activa de la sociedad civil se convierte en una dimensión indispensable para asegurar ese buen gobierno”.
La preocupación de las ONG
“Lo que más nos preocupa de cara al futuro es avanzar realmente hacia un desarrollo global humano que se base en la organización comunitaria y que cuente con dichas comunidades como actores esenciales”, señala a swissinfo Veronica Pfranger, coordinadora en Nicaragua de Brücke – Le Pont.
Si bien esta ONG suiza vinculada a los sindicatos cristianos, con de 10 años de presencia en Nicaragua y cuyo presupuesto anual ronda los 300 mil francos, apuesta por el desarrollo rural como eje fundamental, lo entiende como un medio para proporcionar “una vida mejor a la gente”.
Mejorar la calidad de vida implica también promover la “capacidad de incidencia” de las organizaciones contrapartes, explica Pfranger el concepto innovador que defiende Brücke – Le Pont.
Incidencia implica la capacidad de reflexión, cabildeo, sensibilización y presión sobre el gobierno y las instituciones desde la propia sociedad civil para “influir directamente en las decisiones, en la elaboración de leyes, en la implementación de determinadas políticas”, sentencia. Y son los actores sociales más dinámicos, entre ellos las mujeres organizadas, los que deben dinamizar esa sociedad civil, precisa.
Si la cooperación internacional, en general, y la suiza, en particular, peca por ser “dispersa y fragmentada”, según COSUDE, se están dando pasos importantes para hacerla más efectiva, responde Pfranger.
En ese contexto cita la decisión de varias de las ONG helvéticas, presentes en Nicaragua, de “instalarse a corto plazo en un mismo local, para potencializar el intercambio y las sinergias, y aumentar la reflexión común”. En ese ámbito “ya se ha avanzado en la elaboración de un mapa común del desarrollo rural impulsado por las ONG helvéticas para asegurar más efectividad”, concluye.
swissinfo, Sergio Ferrari, Managua
La Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE)trabaja en Nicaragua desde 1979.
Actualmente destina casi 20 millones de francos anuales a los programas de desarrollo en ese país.
El 60% proviene de COSUDE, el resto de la Secretaría de Estado de Economía (Seco).
Desde los años 80, numerosas ONG suizas están presentes en Nicaragua, entre ellas Caritas, Swissaid, Ayuda Obrera Suiza, Brücke – Le Pont y E-changer. Desde inicios de los 90 los cooperantes voluntarios están reunidos en una coordinación común denominada UNITE.
Aunque los contactos e intercambios entre las ONG son sostenidos, existe un proyecto de abrir una ‘casa suiza’, que acogerá a al menos cuatro de las más grandes en un mismo local. Se trata de reforzar las sinergias y el intercambio efectivo entre las mismas. Este proyecto arrancará en los próximos meses.
Existe, además, una serie de comités de solidaridad y hermanamientos con Nicaragua; entre ellos el Secretariado para América Central (ZAS); el comité de Solidaridad con Nicaragua y El Salvador de Ginebra; el hermanamiento de Delemont con La Trinidad y el de Bienne con San Marcos.
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