¿Prohibir el fútbol?

Ni el estadio Heysel, ni las hordas de ‘hooligans’, ni las frecuentes malversaciones han logrado nada contra el fútbol: Este deporte es hoy día el rey de la sociedad occidental moderna, a pesar de los costes y las molestias que a veces implica –o a menudo, según los casos. Pero no siempre fue igual. En 1314 el alcalde de Londres prohibió el fútbol de la época “por los graves desórdenes causados en la ciudad”, un deporte que “puede hacer surgir muchos de los males que Dios condena”. En 1388 Ricardo II hizo lo mismo: “Siervos y trabajadores deben poseer arcos y flechas y entrenar los domingos y días de fiesta, y abandonar todo juego de pelota, ya sea con la mano o con el pie”.

Dos citas extraídas de ‘La fabulosa historia del fútbol’, de Jean-Philippe Rethaker y Jacques Thibert (Ediciones Minerva, 2003)

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