“Será muy positivo conocernos”

Michelle Bachelet fue ministra de Defensa antes de asumir la presidencia de Chile. Keystone

En la rueda de prensa antes de iniciar su gira europea, Michelle Bachelet se refirió a su experiencia como mandataria y al liderazgo de las mujeres en la política.

En ese sentido, la presidenta chilena expresó un gran interés por conocer personalmente a su homóloga suiza, Micheline Calmy-Rey.

Recientemente, la presidenta de Suiza manifestó su simpatía por su homóloga chilena y sus deseos de conocerla. En respuesta a estas declaraciones, Michelle Bachelet afirmó: “También yo estoy extremadamente interesada en conocer a Micheline Calmy-Rey. Ya había tenido oportunidad de estar con los presidentes de los otros países que visitaré (Finlandia y Noruega), pero no con ella, de modo que será un gran gusto y un privilegio”.

“Conozco su trayectoria y el rol que ha cumplido, y por las mismas razones que ella ha señalado -ser ambas presidentas, mujeres y del mismo partido-, será muy positivo conocernos”.

En efecto, agregó, tiene proyectado invitarla a participar de un encuentro de mujeres políticas que propuso organizar el año pasado a Naciones Unidas.

“En este momento, hay varias mujeres presidentas, somos alrededor de ocho. Por ello, había pensado hacer un gran encuentro de mujeres para intercambiar perspectivas, opiniones, conocer sus experiencias. Todavía no tengo la fecha, pero creo que es la primera vez en la historia de la humanidad que hay tantas mujeres presidentas. Espero que se repita, pero no sabemos, entonces hay que aprovechar esta oportunidad”, recalcó.

“Si me emociono, soy desequilibrada”

En esa misma línea y refiriéndose a su experiencia personal, reconoció que “es difícil ser presidenta mujer. Si bien la cultura chilena tuvo la capacidad y el desarrollo para elegir a una mujer presidente, aun hay códigos que siguen presentes”.

Y a modo de ejemplo, señaló cómo la opinión pública evalúa el comportamiento de los mandatarios, dependiendo de su género.

“Si Ricardo Lagos (el presidente anterior) se emocionaba frente a un tema determinado, él era un hombre sensible, pero si yo lo hago, soy una mujer desequilibrada; si él hablaba firme, era un hombre de liderazgo, si lo hago yo, es que ‘me puse furiosa”.

A pesar de ello, dijo no sentirse víctima ni tener el ánimo de quejarse. “Sólo planteo la situación”, acotó.

Al mismo tiempo, recalcó que “el liderazgo femenino no tiene por qué ser igual al masculino, hay diferencias evidentes, desde el hablar más suave o el ser más pequeñas. Eso hace que se produzcan diferencias que los hombres no sienten, por ejemplo, que nos tiendan a proteger”.

Y recordó una frase, a su juicio, muy decidora al respecto: “Cuando una mujer llega a la política, se dice que cambia la mujer; pero cuando varias mujeres lo hacen, cambia la política. Con mi participación también espero poder contribuir a un país más democrático, en el cual mujeres y hombres puedan cooperar”.

Su pasado en Villa Grimaldi

Consultada por la prensa extranjera respecto A su paso por Villa Grimaldi, uno de los centros de detención y torturas durante la dictadura militar de Pinochet, la mandataria señaló: “Mi experiencia fue como la de muchos otros, y mejor incluso que la de algunos, porque varios de los que estuvieron conmigo están desaparecidos. Fue una experiencia dolorosa, dura, que me marcó profundamente como persona, como ciudadana y política, quizás de una manera distinta que a otros”.

Sin embargo, matizó, “teniendo profundos dolores -como la pena de mi padre en la cárcel y su posterior deceso, el estar yo y mi madre detenidas- e incluso sintiendo rabia en algunos momentos y todos aquellos sentimientos que los seres humanos experimentamos ante el horror y la injusticia, puedo decir que en mí ese dolor se transformó en una fuerza constructiva, sin ánimo de venganza”.
Ello le permitió buscar “cómo garantizar que en nuestro país, en nuestra sociedad, algo así no se repita; cómo aprendemos de nuestros errores y de nuestros horrores también”.

Asimismo Michelle Bachelet confesó que en su período como ministra de Defensa muchas personas le preguntaban cómo podía ejercer ese cargo después de lo vivido durante el régimen militar.

“Nunca sentí una contradicción, sino al revés; (tuve) la certeza de que nuestras Fuerzas Armadas podían llegar a ser respetadas y queridas por todos, y también que ellos (los militares) se sintieran parte de los chilenos e hicieran el mismo camino de reencuentro que hicieron quienes sufrieron mucha represión”.

En ese sentido, concluyó: “En eso hemos avanzado mucho en Chile, producto del esfuerzo de mucha gente. Yo también puse mi granito de arena y eso me tiene muy orgullosa y feliz. Espero que este aprendizaje nos permita olvidar lo que pasó.”

swissinfo, Mariel Jara, Santiago de Chile