“Sin Úrsula, Colomé no sería Colomé”
Úrsula Hess acompaña a su esposo en esto que define como “nuestro último gran sueño”. La educación, el cuidado de la ecología y el respeto de la cultura autóctona, son para ella fundamentales.
Una tarde, caminando entre los viñedos, Donald Hess comentó: “Sin Úrsula, Colomé no sería Colomé”.
Y es que la paz y la pasión con que su esposa trabaja en la Estancia, ocupándose de cada detalle, de cada problema, han hecho del lugar un espacio distinto.
“Estamos agradecidos de tener los medios para llevar este proyecto adelante, y estamos convencidos de que es posible por eso y porque la gente que trabaja con nosotros nos ayuda”, dice Úrsula Hess en charla con swissinfo.
“Mucho más que un negocio”
Alma del hotel y defensora de la naturaleza, destaca que lo más importante de Colomé es que su gente comprenda que esto no es sólo un negocio:
“Nuestro proyecto es mucho más que eso y más que el hecho de que ahora la gente tiene un trabajo y un salario. Por eso es fundamental que los líderes de la comunidad estén en la misma frecuencia que nosotros”
Para Úrsula este proyecto es un servicio para la gente, para que puedan conectarse nuevamente con su cultura y para que conozcan lo que su propia tierra les brinda.
Explica que las tierras de Colomé están llenas de recursos alimenticios que brinda la propia naturaleza del lugar, y un objetivo es que puedan volver a valorarlos y aprovecharlos, siempre manteniendo el equilibrio natural:
“Necesitamos darle a la gente la seguridad que no van a perder si se vuelve a las llamas, que son animales típicos de aquí que fueron reemplazados por vacas, porque no van a comprometer la pastura, por ejemplo”
Úrsula está consciente de las diferencias culturales, pero está convencida que pueden vencerse con el tiempo. Cuenta que la gente de la zona ha vivido oprimida y que no estaba acostumbrada a dialogar, preguntar o cuestionar las cosas. “¡Todavía tienen miedo!”, cuenta sorprendida.
También se muestra crítica en cuanto a las leyes laborales de la Argentina, ya que en muchos casos juegan en contra del progreso de los emprendimientos. Un ejemplo tiene que ver con el tema de las vacaciones, donde los empleados pueden elegir las fechas, y éstas siempre coinciden, en el caso de la Bodega, con las épocas de mayor trabajo en los viñedos:
“Aquí el sistema de trabajo es muy duro y complicado. Hay muchos ejemplos, que tienen que ver con las burocracias. Los obstáculos de las leyes laborales argentinas, muchas veces son expulsivas y marginan a la gente”
Un proyecto sustentable
Los Hess aspiran a hacer del Valle, un lugar autosustentable y con capacidad de desarrollo. Para ello vienen trabajando en la educación y capacitación del personal, los dotan de las armas para que puedan educar a sus hijos, han equipado la escuela y el hospital y construyeron una Iglesia.
“Colomé para nosotros es un sueño. Queremos crear algo que sea una expresión nuestra, que pueda crecer en muchos niveles diferentes y sentar una base con futuro”, dice Úrsula.
“Que sea también estética, confortable, donde se pueda internacionalizar la tranquilidad y donde uno pueda ‘ser’ en armonía con la naturaleza, y disfrutarla”, agrega.
Aunque sabe que las particularidades del lugar y las distancias seguramente provocarán algunas carencias, con sentido optimista considera que está bien que las haya “porque eso permite aprender”.
“La misión y la pasión de mi marido es hacer uno de los mejores vinos, si es posible. Y él es consciente que el vino se hace del viñedo y que el viñedo necesita de la tierra. Por eso la tierra tiene que estar en equilibrio”
“Queremos que esta sea una finca integral, que no necesite todo de afuera. Sabemos que se puede producir internamente lo que hace falta para autoabastecerse y necesitamos más animales, desarrollar más la agricultura, y que el hombre lo trabaje para estar mejor cada vez”
El matrimonio Hess está en sintonía. No hay dudas. Trabajan en equipo aunque cada uno tenga sus propias actividades:
“Donald y yo marchamos juntos, pero cada cual en su camino. Y esos caminos van paralelos y se retroalimentan. Nos complementamos muy bien. Mi trabajo aquí es de a un paso a la vez, voy tranquila porque sé que voy a encontrar a la gente que necesito para hacer todo lo que deseo”, dice y concluye:
“A mí me encanta que los huéspedes se sientan bien. Aquí llegan personas muy interesantes, que buscan un lugar diferente, rodeado de paz y naturaleza, y lo encuentran”.
swissinfo, Norma Domínguez, Buenos Aires
Úrsula está consciente de las diferencias culturales, pero está convencida que pueden vencerse con el tiempo.
Cuenta que la gente de la zona ha vivido oprimida y que no estaba acostumbrada a dialogar, preguntar o cuestionar las cosas. “¡Todavía tienen miedo!”, cuenta sorprendida.
También se muestra crítica en cuanto a las leyes laborales de la Argentina, ya que en muchos casos juegan en contra del progreso de los emprendimientos.
Un ejemplo tiene que ver con el tema de las vacaciones, donde los empleados pueden elegir las fechas, y éstas siempre coinciden, en el caso de la Bodega, con las épocas de mayor trabajo en los viñedos:
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