“Solo la solidaridad puede salvar a la especie humana”
Reconocida por amplios sectores públicos y profesionales helvéticos, al llegar este octubre a sus 25 años de existencia, la ONG suiza mediCuba acepta el desafío de continuar el intercambio y la riqueza de experiencias con la isla, sin "paternalismo eurocentrista", indica uno de sus dirigentes, Martin Herrmann.
Desde la perspectiva médica y de una visión internacional solidaria, el Doctor Martin Herrmann, especialista en cirugía general y copresidente desde 2010 de la asociación, valora en diálogo con swissinfo.ch la importancia de la cooperación hacia esa nación caribeña. Este fin de semana se reúne en asamblea en el Monte Verità, en las proximidades de Ascona, en el cantón de Tesino.
“Me parece vital ayudar a promover una visión igualitaria y horizontal de la cooperación, con el intercambio de saberes y experiencias en todas las direcciones y quebrando cualquier paternalismo eurocentrista”, subraya quien fuera por muchos años jefe del servicio de cirugía del Hospital de Moutier, en la actualidad consultor en instituciones sanitarias de Château-d’Oex y Le Sentier, en el Cantón de Vaud.
swissinfo.ch: ¿Mencione uno de los principales logros de mediCuba en estos cinco lustros?
Martin Herrmann: Tal vez el haber facilitado al Centro de Inmunología Molecular (CIM) de La Habana conseguir sus primeros equipos, que cofinanciamos. Lo esencial fue el trabajo explicativo para convencer a las autoridades que permitan las exportaciones del equipo principal, en medio del bloqueo y de las presiones contra Cuba. Esto permitió al CIM lanzar con éxito sus actividades, tanto en la investigación como, luego, en la producción de medicamentos que hoy tienen un gran reconocimiento internacional. Me refiero por ejemplo a la vacuna contra el cáncer de pulmón. Lo que muestra la decisión de ese pequeño país caribeño que desde hace muchos años impulsa la salud y la investigación como prioridades.
swissinfo.ch: ¿Logró vuestra ONG durante todos estos años transmitir la información sobre este tipo de proyectos al ciudadano suizo?
M.H.: Me gustaría mencionarlo como un segundo logro de importancia de nuestra presencia. El haber asegurado una información sistemática sobre Cuba, especialmente en el terreno de la salud y haber podido contrarrestar parcialmente la desinformación dominante. Esa información de primera mano, totalmente confiable y con fuentes directas, fue lo que permitió incluso ganar la confianza de la cooperación oficial suiza y obtener fondos para nuestro programa de sostén al sistema de salud cubano.
swissinfo.ch: Experiencias o prácticas que mediCuba no repetiría si pudiera recomenzar de cero su labor…
M.H.: Como en toda actividad humana no se pueden descartar ciertas frustraciones. Por ejemplo, en el terreno administrativo, ciertos bancos que por tratarse de Cuba nos complicaron las transferencias. Las consecuencias del bloqueo que nos impuso, a veces, la compra de equipos a costos más altos y con envíos más complicados y caros. Cierta burocracia de algunos funcionarios administrativos de nuestras contrapartes cubanas con gestiones complejas e incluso muy lentas… Si algo lamento es que a pesar del gran trabajo de mediCuba no hemos logrado instalar un consenso dentro de los sectores progresistas europeos sobre la necesidad y justificación plena de la cooperación con ese país.
swissinfo.ch: ¿Cuál es su lectura de la fase actual del proceso cubano y sobre el sentido de la solidaridad?
M.H.: Aunque evidentemente Cuba sufre las consecuencias de la globalización como cualquier país, quiero subrayar que hasta hoy ha logrado mantener políticas emancipadoras y solidarias. Algunas de las cuales se conocen ampliamente, sobre todo en la salud, la educación y en su sensibilidad ante desastres y crisis que confrontan otras naciones. Sea por el terremoto de Haití, en 2010, o en la coyuntura de la incontrolable epidemia del Ébola en África y muy recientemente luego del temblor en México en septiembre pasado. A pesar que Cuba misma había sido fuertemente azotada por el huracán Irma que devastó algunas de sus provincias. Casi simultáneamente hizo frente a las consecuencias internas del huracán y envió especialistas a México.
Los retos actuales de Cuba siguen siendo enormes. En primer lugar, económicos, debido esencialmente al bloqueo y sus corolarios, tan claramente enunciados en la declaración 71/5 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Desafíos ambientales, debido al calentamiento global y cambios climáticos. Y también en el terreno político-ideológico. ¿Cómo logrará esa pequeña nación caribeña enfrentar la lógica hegemónica mundial tan implantada en nuestros países europeos y del Norte? ¿Cómo logrará el país mantener la conciencia política y solidaria, especialmente de su juventud, ante la desaparición generacional de los revolucionarios históricos?
Son preguntas. ¡Pero atención, no es a nosotros, desde Europa, decidir sobre el presente y el futuro del pueblo cubano! A nosotros nos toca acompañar activamente, con ayuda, discusiones y debates, y en el marco de un profundo respeto, el desarrollo propio de la sociedad cubana.
swissinfo.ch: En ese mundo globalizado al cual se refiere ¿no es un poco estrecho dedicarse a apoyar a un solo país y un solo sector específico, como el de la salud?
M.H.: Si un país en el mundo no se queda con lo que recibe, es Cuba. Para nosotros apoyar a Cuba es sostener una visión global de la solidaridad. Solo en el terreno de la salud, que es el que mejor conozco, Cuba sostiene de una u otra forma a más de 60 países. Y ofrece estudios de Medicina de alta calidad a decenas de miles de estudiantes originarios de países que no pueden (o no quieren) brindar tal formación a grupos sociales con menos ingresos. Hay que recordar que las competencias cubanas son altamente reconocidas y su actitud es considerada como ejemplar en el ámbito internacional. No creo, entonces, para subrayarlo, que nuestra cooperación se limite a Cuba. En cuanto al sector médico/sanitario, es el que mejor conocemos.
swissinfo.ch: ¿Cómo ven el trabajo de mediCuba para los próximos cinco o diez años?
M. H.: El actual sistema mundial dominante destruye más que construye. Lo vemos en las consecuencias sociales y climáticas para la humanidad y la tierra. El consumo de los recursos supera enormemente lo que la tierra nos puede brindar.
Con el agravante de que la que más usufrutua de las riquezas a nivel planetario es apenas el 1 % de la población. Vemos un desequilibrio y polarización sociales enormes y crecientes. Para superar este diagnóstico preocupante debemos unirnos más allá de las fronteras nacionales para cambiar la relación de fuerzas, que haga que las instituciones públicas de nuestros países sean cada vez más activas en la solidaridad internacional. Y eso es lo que espero para Cuba: que los intercambios y las ayudas se hagan cada vez más entre instituciones, entidades, municipios, provincias y cantones, ministerios públicos, escuelas y universidades. Estoy convencido que solo la solidaridad internacional puede asegurar la sobrevivencia de la especie humana.
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