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Berna intenta facilitar diálogo entre Hamas e Israel

Ismaïl Haniyeh, dirigente de Hamas y ex primer ministro palestino, durante la celebración del XX aniversario del movimiento. Keystone

Berna contribuyó a la redacción de un documento que por primera vez establece las condiciones del movimiento islamista para lograr una tregua de larga duración con el Estado hebreo.

La existencia de este documento, que remonta a 2006, fue confirmada este jueves por el embajador suizo, Thomas Greminger. Israel se abstiene de todo comentario por el momento.

Evocado estos últimos días por diversos responsables palestinos, este “documento suizo” es en realidad un texto de Hamas redactado sobre la base de ideas formuladas por responsables del movimiento islamista.

Jefe de la división política IV del Ministerio suizo de Exteriores (DFAE), el embajador Thomas Greminger confirmó este jueves la existencia del documento durante una entrevista con la Agencia Telegráfica Suiza (ATS).

Precisó que el texto data de 2006 y que es el fruto de varios meses de contactos entre todas las partes palestinas.

Ninguna mediación

En este expediente, Suiza desempeña un papel de “creadora de ideas”, según la expresión del diplomático suizo. No se trata de una mediación suiza entre Israel y Hamas, insiste Thomas Greminger.

Afirma que todas las partes han sido puestas al corriente, al menos de manera informal, incluido Israel. Contactado por la ATS, un responsable de la embajada israelí en Berna declinó hacer comentarios.

El presidente palestino Mahmoud Abbas, líder del Fatah, el movimiento rival de Hamas, fue informado personalmente por la ministra suiza de Exteriores, Micheline Calmy-Rey. “No queríamos hacer nada a espaldas de Abou Mazen (sobrenombre de Mahmoud Abbas)”, explicó el diplomático suizo.

Tregua de larga duración

El documento fue entregado en el trascurso de 2006 al primer ministro del gobierno de la época, Ismaïl Haniyeh, miembro de Hamas. Este último lo habría transmitido a Mahmoud Abbas, que no ocultó esta semana su enfado al respecto.

Para Thomas Greminger, el elemento clave es que Hamas está dispuesto a discutir una tregua de larga duración (‘Hudna’ en árabe), y no un acuerdo de paz. El movimiento islamista garantizaría así la existencia de Israel sin tener que reconocer formalmente al Estado Hebreo, lo que siempre se ha negado a hacer.

Según diversos medios de comunicación, una tregua sería acompañada del cese de los tiros de cohetes palestinos contra Israel, el fin de las ejecuciones dirigidas por activistas del Estado Hebreo, el levantamiento de algunas barreras alrededor de la franja de Gaza y del intercambio de prisioneros.

Irritación de Israel

Del lado palestino, la situación se complicó durante el verano pasado cuando Hamas tomó el control de la franja de Gaza, expulsando a las fuerzas del Fatah fieles a Mahmoud Abbas. En reacción, el presidente palestino destituyó al gobierno de Ismaïl Haniyeh y nombró un nuevo gabinete, que recibió el apoyo de la comunidad internacional pero que fue considerado ilegítimo por Hamas.

“Esperábamos que este documento pudiera convertirse en el pilar de un gobierno de unión pero eso no se materializó”, comenta Thomas Greminger.

Contrariamente a diversos países occidentales, Suiza se dijo dispuesta a discutir con todos los responsables palestinos, sean de Fatah o de Hamas. Para Berna, no puede haber solución de paz duradera sin una implicación del movimiento islamista.

Apertura posible

Estos contactos entre diplomáticos suizos y representantes de Hamas irritan a las autoridades israelíes que consideran -como la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos-, a Hamas una entidad terrorista.

Hace algunos días, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, rechazó otra vez cualquier diálogo con Hamas.

Pero dos de sus ministros, Shaoul Mofaz y Binyamin Ben Eliezer, evocaron sin embargo la posibilidad de una tregua con Hamas si el movimiento islamista hacía una proposición considerada digna de crédito.

swissinfo y agencias

Suiza se compromete activamente desde hace varios años para intentar resolver el conflicto israelo-palestino.

Berna contribuyó en particular con la famosa Iniciativa de Ginebra, un plan de paz alternativo apoyado por Suiza y elaborado principalmente por los ex ministros Yossi Beilin (israelí) y Yasser Abd Rabbo (palestino).

Este acuerdo prevé en particular la división de la soberanía sobre Jerusalén, que se convertiría en capital de ambos Estados, así como el retorno a las fronteras de 1967. El texto también fija las modalidades de la vuelta de los refugiados palestinos.

La Iniciativa de Ginebra ha sido hasta ahora letra muerta, a pesar del apoyo de numerosas personalidades conocidas en el plano internacional, entre las cuales el actual ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, el ex presidente estadounidense, Jimmy Carter y el ex presidente sudafricano y premio Nobel de la Paz 2003, Nelson Mandela, entre otros.

La Autoridad Palestina acogió este texto con cierta frialdad, mientras que Hamas lo considera como una traición porque no concede a los refugiados palestinos un derecho total de retorno.

Por su parte, el primer ministro israelí de la época, Ariel Sharon, no aprobó este acuerdo, al considerarlo peligroso para su país.

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